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Mostrando las entradas de octubre, 2008

La otra marcha de los pingüinos

Hoy vivo en una ciudad que se dispone a movilizarse. Comodoro Rivadavia, el emirato patagónico, dice “basta” de una manera que no es la ideal, sino la que proviene del pisoteo y el hastío. Es un “basta” reaccionario. Cansada de alzar voces individuales, apuesta a crear un ruido común. El fusilamiento de un comerciante en un robo hace unos días vino a dibujar la línea roja que marcaron mucho antes la sociedad trelewense en nuestra provincia y ni qué hablar de la porteña a nivel nacional. Ya no alcanzan los anuncios de más efectivos policiales. Ya no sirve el flamante Código Procesal Penal. Ya no nos contenta la petrobonanza. Ya no nos suena ejecutivo el anuncio gubernamental de turno. Todo tiene gusto a poco, a extemporáneo, a zarpazo desesperado. La ola nos ha pasado por encima a todos y nuestra propia falta de previsión nos ha acorralado. Ya nadie está seguro detrás de las rejas y los códigos de alarma, con el dedo en la tecla del portero eléctrico que habilita la entrada al negocio e

Es el lobby, estúpido

Reinventada hasta el cansancio, la frase “es la economía, estúpido” marcó toda una época en lo que a discurso político se refiere. Por si no conocen la historia, se las resumo. George Bush, el padre, iba de campaña presidencial en los Estados Unidos del Norte frente a Bill Clinton allá por el ‘92. Los números no favorecían a los demócratas cuando James Carville, estratega de la campaña Clinton, armó un cartel para su equipo con tres lineamientos para enfrentar el tanque Bush que avanzaba y se alejaba usando como punta de lanza el dominio en política internacional. Las tres frases de Carville fueron: - Cambio vs. Más de lo mismo - La economía, estúpido - No olvidar la salud pública El cartel trascendió el ámbito interno de la campaña y la segunda frase se convirtió en el caballito de batalla de Clinton, uno que lo llevó hasta la Casa Blanca. A modo de legado a la posteridad, la línea quedó para el uso del mundillo político y mediático, y se ha adaptado a los más diversos focos de atenci

Nobleza obliga

Quienes han seguido este blog fuera de micrófono, y antes mi voz desde el otro lado del micrófono, sabrán lo cercano e importante que ha sido para mi el cabildeo por el estado de la Ruta Nacional 40 entre Esquel y Gobernador Costa. Hace unos días regresé de un largo viaje rutero en el que transité ese tramo por primera vez en años. Después de meses y meses de voces amigas contándome destrozos y mejoras y nuevos destrozos, pude verlo todo por mí misma. En honor a la verdad, hay tramos todavía deshechos por baches con diploma de cráteres o banquinas comidas por el paso de los vehículos pesados y algún que otro invierno. En general, la señalización de advertencia varía entre muy buena e inexistente. Prima la muy buena, así es que tomo lo inexistente como un detalle a ser salvado, con urgencia claro está. Hay tramos hechos a nuevo y ya mostrando algunas huellas de desgaste por el tránsito de camiones que no perdona. Pero hay otros en los que se observa el trabajo ya hecho o en progreso, lo