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Mostrando las entradas de 2009

Políticamente incorrecto

Cioran escribió una vez: "por qué cualquier cosa antes que nada?"... y yo hace ya mucho que me pregunto lo mismo cuando me pesan los cielos plomizos y las realidades inconclusas. Hace unas semanas estaba bajo uno de esos cielos, parada en el medio de una ocupación de tierras en la zona norte de Comodoro Rivadavia. Uno podría decir mucha teoría sobre la toma ilegal de la tierra. Y a partir de ahí hacer diagnósticos, evaluar alternativas, barajar posibilidades, sacar conclusiones, delinear políticas… Uno teoriza mucho y fácil con realidades que no son las propias. En pos de entender, escucho por qués que me suenan cercanos, con los que me podría identificar sin mayor problema. Pero la posta me la dice una de los okupas: “esto no es lo correcto”. Inmediatamente se pregunta qué lo es cuando las entregas de lotes parecieran estar eternamente digitadas por cercanías y relaciones, por criterios de marginalidad, por cualquier parámetro que no abarca a los -cada vez más- nadies del m

Inseguridad

Yo debato, tú debates, él debate, ella debate, nosotros debatimos, vosotros debatís... ellos mueren todos los días.

Saber luchar

“A veces en la vida hay que saber luchar no sólo sin miedo, sino también sin esperanza” Sandro Pertini De todas las columnas escritas en estos años, la que me ha traído devoluciones más conmovedoras ha sido la última. Todos los que se tomaron un rato para compartir su ánimo, me contaron entre tímidos y confidentes, de luchas y de esperanzas, de encantos y resistencias. Y este mínimo ser, al decir de Neruda, se emocionó frente a la pantalla pensando en qué habría detrás de tanto anhelo por tiempos mejores. Como no puedo especular con el de ustedes, vuelco aquí el mío… y pienso que quizás, una vez más, el milagro exista y coincidamos. La frase que arranca estas letras me asaltó desde la página de mi agenda esta semana. (Sí, todavía soy de esos bichos raros que se resisten a extinguir el hábito de garabatear planes, gastos, ideas y cumpleaños en un papel.) Serendipia o nada, vino a caber en estos días en los que al menos algunos comodorenses vimos cómo la puja por el poder puede tener ojo

Caída libre

Hace tanto que no escribo… ¿será que no queda mucho por decir sin reincidir? Esta noche de esta semana de este mes de este año con vibra bizarra e inconsecuente decido que vuelvo a intentarlo y ver qué sale. Pies descalzos, primera medida. Cigarrillo viajando entre los labios y los dedos, cuando piensan antes de escribir. Ya sé, no debiera, pero hay días en los que al menos uno se hace necesario para exhumar ruido blanco. Música en la compu, sahumerio encendido, ritual completo… y esa voz, la de la memoria larga y cansina, me recuerda una frase que vi escrita en una cartulina, en la plazoleta del Obelisco, hace tantos años que me pierdo al sumar. Estaba soñando con un mundo mejor y me caí de la cama. Pasé días y días frente al mismo puesto improvisado, con sus cartelones y unos libros chiquitos desparramados en una mesa. Y una de esas tantas noches, al final de esas vacaciones de verano, usé mis ahorros de infancia para comprarme un libro. Se llamaba “Autorizado a vivir”, de Eduardo Ma

Nunca la novia

Un viejo dicho popular reza: “siempre la dama de honor, nunca la novia”. Tal pareciera que el futuro político de Comodoro Rivadavia se niega a encorsetarse en ese traje blanco y a medio apolillar que descansa en el fondo del ropero, a la eterna espera de ser usado. De un esquema todopoderoso que la situaba al fin en el centro de la escena, con cánticos y carteles de victoria que veían en el 2011 una marca con impronta local, la bella Comodoro ha pasado a ser una vez más la presa fácil de la ambición electoral de otros que siempre, por experiencia, la tienen más clara. O sea, el novio se le fugó a dos pasos del altar. Le pasó a la Comodoro radical, cuando el aparato valletano que responde a Mario Cimadevilla se mostró impermeable a la avanzada de Pedro Peralta, aunque los números finales jugaran más a su favor. Le pasó a la PACHista, cuando las internas le guiñaron un ojo al tradicional Roque González contra el aparato escindido del ruedo local, encabezado por Federico Pichl. Le pasó a

Catarsis

Voy al coliseo a prenderme fuego (mi racha de novato nunca cambiará) Por favor que el adiós no se alargue… me cansé de tanto esperar. Cuando el fuego crezca quiero estar allí. Será cierto aquello que me gusta creer, que las historias rondan a quienes escriben hasta que dan con la puerta entornada para colarse entre los dedos con voz de cuento. Para muestra, hace muchos años esta palabra y yo nos encontramos en tono de infancia. Hace un par de noches, volvió a mi aire y me tomó por sorpresa. Y de repente fue como si la hubiera estado esperando para arrancar este racconto post-electoral que no terminaba de encontrar rumbo ni forma de tan caótico. Palabra justa para esta época en la que los estertores de las urnas no parecieran cesar. Como si todos hubieran estado esperando una liberación demasiado postergada, el flujo de declaraciones, posicionamientos y demandas no descansa. La voz hasta ayer moderada hoy se revela crítica, la mano tendida para acompañamientos se desdice hacia el espaci

Gaviotas y gaviotos

En el pasto para rumiar que están dejando los ecos de esta campaña, que prometía ser una carrera de fondo y terminó en cien metros llanos, hay un bocado que me resulta un tanto amargo. De buenas a primeras y sin concesiones, las mujeres se quedaron fuera de juego en el tablero superpoblado de las candidaturas marca 2011. Las gaviotas -como atinó a llamarlas el histórico referente justicialista José Manuel Corchuelo Blasco- desaparecieron para planear en otro horizonte mucho más lejano. ¿Nunca es triste la verdad?, me pregunto sin atinar a encontrar razones para una respuesta terminante. A veces me gusta creer que las gaviotas hemos dado pasos importantes en nuestro plan de vuelo, que todo es cuestión de paciencia y savoir faire , que es parte de una estrategia cuidadosamente planeada quedarse en determinadas áreas de gestión dominadas por el género. Salud y Educación, diría nuestro propio Gobernador. No digo que no, digo que quizás ya tienen gusto a poco esas tradiciones que, cuando mu

El séptimo sentido

"Tiempos de rara felicidad aquellos en los cuales se puede pensar lo que se quiere y decir lo que se siente” Tácito La frase se reza como letanía resignada y póstuma, para afirmarse a pruebas vista: el sentido común es el menos común de los sentidos . Algunos me podrán discutir que los sentidos son cinco y no seis. Quizás sea así, aunque yo creo mucho en el sexto sentido. Ese que me dice que quizás no sea el momento para hacer algunas cosas y me empuje a decidirme por otras. Ese que me preserva de muchos garrotazos y me canturrea “te lo dije” cada vez que, por hacerle caso omiso, me ligo uno. El cuarto poder se basa en el séptimo sentido, el común. Es su columna vertebral, su brújula y al mismo tiempo su norte. Ejercer ese poder con carencia es remontar una cometa errática que no termina de encontrar el filo del viento. Un destino similar al de los otros tres poderes cuando incurren en la misma ceguera. Cierto es que la distinción no siempre es clara y el sistema de alarmas suele

Política en pijamas

Cualquiera que trabaje en periodismo o tenga un pie puesto en el ruedo político se da de frente con una temida pregunta ante la proximidad de elecciones de cualquier tipo: ¿a quién se puede votar? La respuesta variará entre detallada y concisa, según el interés del demandante y el ánimo de quien responda. Pero por estos días la pregunta clásica ha mutado hacia otra más preocupante, una que muestra a las claras que no siempre el oficialismo más pudiente es el más eficiente y que la oposición está más quieta en sus imposibilidades financieras de lo que éstas la obligan. Hoy la pregunta es: ¿quiénes son los candidatos? Triste interrogante para legisladores ya en sus bancas y activos, para funcionarios que ostentan cargo y gestión, por no mencionar a los referentes partidarios históricos. Ellos conforman el 90% de los nombres que aparecen en las boletas de la próxima elección legislativa. Uno de los casos paradigmáticos es el de Marcelo Guinle, quien bien podría considerarse uno de los leg

Latidos bicentenarios

Entre el fuego de las ideas y las pasiones de la política diaria, hoy comienza el despertar irremediable y bicentenario. El bronce de la gloria fundiéndose con la sangre de nuestros ancestros latiendo, milenaria y ansiosa. Los tiempos se renuevan y el pensamiento busca el salto cuántico que lo eleve hacia otro lugar, hacia el nacimiento de otra nación. Y en medio de esta turbulencia supongo que podría escribir sobre inmortalidades y glorias, sobre próceres y prohombres, sobre ilustres e Historia… pero sólo me sale recordar las manos quebradas, las fotos de sepia, los heroísmos anónimos, las historias de familia contadas alrededor de una mesa. De todo el andamiaje que sostiene 200 años de patria, elijo creer que este es el fundamental, el arco ojival de nuestra Argentina gótica, compleja, misteriosa y exquisita que ansía siempre elevarse. En los días que vienen muchos recordarán las voces del pensamiento fundador, pero quizás las más olvidadas sean aquellas que más me inspiran. Aquellas

Llegar distinta

Se me ocurre que vas a llegar distinta no exactamente más linda ni más fuerte ni más dócil ni más cauta tan sólo que vas a llegar distinta Fragmento de “Bienvenida”, de Mario Benedetti Supongo que tuvo razón después de todo. De todo este tiempo de reconocerlo en la letra, en las bandas de sonido de mis recuerdos, de esa noche a dos voces con Daniel Viglietti que me conmovió el alma… Quién sabe si realmente hubiera querido llegar distinta a este día en el que decir adiós no me sale. Recuerdo haber festejado cumpledías , cambiando estatutos y horóscopos como lo sugería, aprendiendo a manar amor sin miseria y añorando que esos júbilos y lealtades que me prometía desde el papel me rodearan cuanto antes como ángeles o veleros . No temí perderme en esa laguna insomne, inmóvil y paciente . De alguna extraña manera, sus palabras fueron relato y conjuro. Las leí, nos hicimos cómplices, me acompañaron en el camino y luego volvieron a sus páginas. De los poetas que han puesto su voz en mi vida

Quijotes, Sanchos y molinos

Contar fábulas siempre se me ha antojado un capricho no resuelto. Nunca sé del todo cómo dar con los finales aleccionadores o felices, y la moralina se me hace repetitiva y aguada. Esta noche lo reintento porque quiero escribir sin que alguien decida borrarme la letra. Esta noche creo mucho menos de lo que creía a las 6 de la tarde. Esta noche se me cayó un ídolo. Supongo que a todos nos pasa alguna vez. Esa persona que creíamos inteligente, brillante, distinta y que a la postre, en el tira y afloje de la cotidianeidad, termina siendo más débil, mezquina y humana de lo que ya somos los que peleamos por zafar. Y, a qué negarlo, puestos ante nuestra debilidad y sumada la decepción somos seres frágiles y muy volátiles. Verán… es que yo adoro a los visionarios, pequeños Quijotes de nuestros tiempos con ideas propias y ritmo para germinarlas. Torpes y arrebatados, cuando cuidan el detalle tienen el mimo excesivo de los niños para con lo más frágil. Me pierdo en horas de escuchar sueños impo

Sentados sobre calabazas

El hijo del policía. El sobrino del vecinalista. El nieto del albañil. La hija del doctor. La nuera de la empleada doméstica. El hermano menor del puntero. Todos en la misma foto borroneada. Todos con iniciales en negro sobre blanco. Todos anónimos e inimputables. El nene de mamá. La princesa de papá. Los 16 de ayer convertidos en los 10 de hoy. Demasiado estímulo para cerebros que sólo atinan a tomar el paso, cuando y como pueden, entre una niñez perdida cada vez más temprano, una adolescencia cada vez más adulta y una juventud que llega, sí, pero desgastada. Demasiadas decisiones, sin importar las abundancias o carencias del entorno. Una agenda implícita que los pone a cargo de sus familias o de sus futuros, cuando apenas pueden manejar su propio cambio. Escuelas con horarios eternos o erráticos, familias con prioridades alteradas por trabajos que no se apiadan de nada o planes sociales adictivos, hogares disueltos por violencia, desidia, drogas y alcohol. Deambulando en un mapa no

Príncipes perdidos

Que el poder obsesiona es un hecho comprobado por los siglos. Que corrompe invariablemente, es una leyenda que mantiene a los nobles al margen. Que seduce, es un mito menemista. Pero, ya sea como fin o como medio, el poder en manos de un príncipe perdido termina convirtiéndose en una condena. Los hemos visto desgranando estrategias en mesas de café o en oficinas céntricas. Siempre a buen resguardo del ojo indiscreto que ve y cuenta cuando la movida es importante; no tan guardados cuando la intención es que trascienda. Los llaman por su primer nombre, como a Mirtha o a Susana, o en su defecto por aquel apodo de los primeros tiempos más cercanos al barro y al barrio. No son jóvenes ni viejos, son eternos. Con un aura vampiresca, a medio camino entre la pasividad y una calculada indiferencia. No aceptan, condescienden. No avalan, bendicen. No disienten, condenan. Cuando la mano obliga, juegan la carta del buen perdedor mientras calculan al milímetro la puñalada certera. Filtran el mundo a

Un buen hombre

Ha muerto Raúl Alfonsín. Un político, un estadista, un pacificador, un luchador, un creyente. Un hombre culto, honesto, comprometido. El padre de la democracia. El guardián de la memoria. Un histórico. Un constructor. Un buen hombre. Hace dos horas que intento encontrarle palabras a esta pérdida. De todas las imágenes, de todos los discursos, de todas las páginas de diarios de la historia reciente, me quedo entrampada en la fascinación por su oratoria perfecta y hechizante, madre de muchas frases recordadas hasta el cansancio. Y siempre, siempre, en el mar de banderas argentinas, rojas y blancas, que lo saludaba en el regreso a la democracia. Esa imagen increíble, esa sensación electrizante, que ningún político ha recreado con exactitud en tiempos más recientes. No tengo la edad suficiente para haber sido protagonista de esa época. Los míos son recuerdos coleccionados a posteriori y, sin embargo, cada vez que voto regreso a aquel 30 de Octubre de 1983 en el que esperé una eternidad has

Reflexión y Memoria

“Dos cuervos se posan en los hombros de Odín y le susurran al oído todas las noticias de lo que ven y oyen; sus nombres son Reflexión y Memoria. Odín los envía a volar cada mañana por el mundo para que se enteren de todo lo que sucede. Siempre teme que no regrese el cuervo llamado Reflexión, pero quien más le preocupa es Memoria.” Snorri Sturlson “La quimera de Gylfi” Yo fui una argentina sin memoria. Durante años viví armando un rompecabezas con piezas que no existían. A los 18 años me mudé a Buenos Aires y un día como cualquiera compré el ya muy famoso Página/12. En la página 2 descubrí una foto de DNI, con un nombre, una fecha de nacimiento y una duda de muerte al pie. “Desaparecido”. Era una palabra que conocía por haber estudiado, pero también una realidad que no tenía rostro, una historia que no tenía relato. Ese mismo año conocí a personas que habían vivido en una ciudad sitiada, con términos como “operativos”, “guerrilleros” y “tortura” en su vocabulario diario. Eran personas

Mesa de saldos

Mordiendo los primeros fríos del otoño, el tablero chubutense enfrenta su fin de temporada estival con una oferta variada sobre la mesa de saldos. Se largan las rebajas y todos quieren su parte del botín. En esta punta, algunos sindicalistas se arrojan sobre los últimos objetos del deseo en las tierras del post- petroboom. Vuelven las internas sindicales, las denuncias de trinchera, los ladridos desde la arena del circo mediático, y el rejunte de compañeros leales para seguir empujando –desde abajo, claro está- el carro de la desdibujada causa. Algunos miran el desguace desde la puerta porque lo de ellos es otro ruedo y, como reza el proverbio, han sabido cómo nadar y guardar la ropa. Más allá, tirado de bruces en el revoltijo, está el político que veía su nombre numerado y ahora no le cierra la última cifra. Ya lleva tres rumores firmes que lo dejan fuera de juego y uno que lo arrima pero no lo sienta. Cada vez que está por aferrarse al saldo correcto, un codazo lo vuelve a dejar fue

Muerte a los violentos

La frase del título la escuché hace muchos años de boca de un periodista deportivo y la recuerdo cada vez que alguien, alzando la bandera de la única verdad, se siente dueño de eliminar a quien no esté aferrado al mismo mástil. Pero en el Comodoro de hoy, esta frase ya es un slogan literal. Ya no es secreto para nadie que los esfuerzos en torno a disipar la sensación de inseguridad en nuestra ciudad han sido, sino vanos, al menos no los esperados. El enfrentamiento de dos grupos antagónicos en el Barrio Moure en las últimas horas ha dejado como implicados o detenidos a varios involucrados en el Plan de Seguridad Participativa desde hace 4 años. Una persona ha muerto. Quizás un delincuente, sí. Pero sobre todo una persona. Muchas más viven con miedo. Tantas otras ya han vivido en carne propia el terrible oficio de ser víctimas. Y no es un fenómeno que se produzca sólo en ese barrio. En las calles céntricas de la ciudad, a no más de 10 cuadras del edificio municipal, ya no es posible cam

Grandes bolas de fuego

Uno de los hechos insólitos de los pasados días comodorenses ha sido la caída de una bola de fuego frente a la costa de la ciudad. Les juro que hay varios testigos. Nadie atina a dar una explicación científica ni mucho menos y, a través de comentarios virtuales y no sin humor, los lectores de uno de los diarios locales se encargaron de especular que se trataría de marcianos enterados de la posibilidad de usurpar tierras hasta una nueva estrategia petrolera para tomar plantas de almacenamiento costeras. Muchos, con menos humor y hasta alivio, celebran que la trayectoria del objeto desconocido haya terminado en el mar y aseguran que lo último que la faltaría a la actual administración municipal sería lidiar con un impacto profundo en pleno centro de la ciudad. Rodeando el evento, otras bolas de fuego han ido cayendo sobre el cada vez más bombardeado campo de la política local. La elección de Ricardo Trovant como vocero de la gestión ante la problemática suscitada por las ocupaciones ileg

2009 y van…

Casi sin sentirlo se fue el 2008 y llegó el nuevo año. Esperado, en crisis, electoral, en guerra, inseguro, okupa, cansado antes de empezar. Pareciera que también al mundo se le ha hecho difícil afrontar este año con esperanza. Una recorrida por los canales “científicos” el primer día del 2009 y desde entonces arroja una serie de programas especiales con títulos dignos del mejor cine catástrofe: Imágenes del Apocalipsis, La Tierra sin Humanos, y así. Hasta la cartelera cinematográfica se estrenó con un “El día en el que la tierra se detuvo”, en el que un ser de otro planeta nos advierte que lo hemos hecho todo mal. En suma, la idea imperante es un apocalíptico “moriremos todos”. O nos arrasará una ola gigante, o nos llevará por delante un cometa, o un descuido de laboratorio nos eliminará con un virus, o el clima se volverá un enemigo letal, o algo así de masivo y express. La realidad es que sí, moriremos todos, pero es probable que sea lento y doloroso y quizás nos vayamos exterminand