tag:blogger.com,1999:blog-39160525087468272602024-03-14T04:49:49.634-03:00Fuera de MicrófonoHistorias del Otro LadoSandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comBlogger87125tag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-32335575569104900672017-12-29T00:59:00.000-03:002017-12-29T01:14:08.812-03:00Los que venimos marchando<div style="text-align: justify;">
De los años transcurridos desde que soy una ciudadana con derecho a votar, he marchado mucho.</div>
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Mi primera marcha fue contra el terrorismo, por las víctimas del atentado contra la Embajada de Israel. Era 1992. Recién me había mudado a Buenos Aires y vivía a seis cuadras de la calle Arroyo. El día de la bomba, llegué más tarde de lo acostumbrado y no entendía nada mientras pasaba por calles con vidrios rotos y gente que corría hacia el lugar.</div>
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Dos años después, sin paraguas que frenara la lluvia casi constante, marché hacia la Plaza del Congreso luego del atentado contra la AMIA. La amiga que habíamos buscado durante horas sin saber dónde estaba, marchaba al lado mío. La tristeza nos traspasaba. Llorábamos como muchos. No había palabras que describieran nada. Sólo dolor. </div>
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Ese día, cerca de donde estábamos paradas en silencio, un grupo intentó agredir a un político. Siempre recuerdo las palabras que decíamos y escuchábamos a nuestro alrededor: <i>“no, no vinimos a eso; no entendieron nada”</i>.</div>
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En mi ciudad natal, marché con sus docentes y empleados municipales en lucha, con familias que pedían una terapia intensiva pediátrica, o reclamando el mantenimiento de subsidios patagónicos… Caminé hacia piquetes infranqueables y me senté en otros para saber y contar. Pasé viento y frío de noche en una ocupación ilegal de tierras, y en charlas improvisadas con trabajadores en huelga. </div>
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En diferentes ciudades, fui parte de plazas y de columnas. Canté, grité, aplaudí. </div>
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Me paré al lado de luchas lejanas muchas veces. </div>
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En mis años de periodista relaté sus historias, escuché sus voces. En los que no, busqué llegar a ellas y ser un canal.</div>
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Hace unos días, todos vimos cómo se rompen esas marchas. No es nada nuevo ni que no hayamos visto antes. Es una práctica que se reitera y se avala por impunidad y conveniencia.</div>
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También es un accionar que algunos miramos con preocupación y hastío: la legitimación de la violencia como expresión, tanto del reclamo como del operativo represor. </div>
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Porque estoy en contra, te apedreo. Porque corrés, te disparo. Porque tenés insignia o carnet de algo, te imponés. Porque te conviene, hacés un show sin conciencia. Porque te sirve, dejás que pase y se repita.</div>
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Amigos, conocidos, compañeros de militancias sufrieron las corridas, los gases y el miedo. No estaban haciendo más que lo que habían elegido: unos trabajando, otros manifestando una oposición. Nada más. Pero los órdenes se violentan con un fin: el de los que agitan infiernos por conveniencia y encuentran en cada fila a sus colaboradores, por elección o por obediencia. Y esa violencia cuidadosamente construida se cobra víctimas sin importar lados.</div>
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En otro capítulo del libro ya leído, cuando la Justicia llega a la escena es tarde. Más de muchas veces, la impunidad ampara a los agitadores y represores por igual, liberados para ejercer su rol en el siguiente caos de vidas y lugares mutilados.</div>
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Nada cambiará si no repudiamos toda violencia. Justificar unas porque peores son otras es una trampa. Una en la que estamos cayendo, polarizados y atizados por la política reactiva que sabe muy bien qué gana mientras todos perdemos nuestro derecho a manifestarnos.</div>
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Los que venimos marchando tal vez sigamos sumando pasos en otros lugares, en otras plazas, desde diferentes retaguardias. Quizás cambiando de a poco pequeñas realidades, susurrándoles a las conciencias que hay un tiempo que nos pertenece y le debemos un mejor esfuerzo. Tal vez participando en cada espacio que se abre, aunque la esperanza del logro quede mermada por lo que se cede.</div>
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Creo en el poder de los que venimos marchando. </div>
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Creo en lo que logramos cuando la conciencia de un ciudadano en democracia se hace acción, y participa y vota en consecuencia.</div>
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Porque el mundo se nos entrega cada día más para vivir sus transformaciones, cualquiera sea nuestra ideología o pertenencia partidaria. Somos miles de miles. Somos los que esperamos desde siempre. </div>
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Si los violentos propios y ajenos nos ganan, les habremos cedido mucho más que una calle: será de ellos todo ese grito que les recuerda a nuestros representantes que todavía tenemos una voz y un espacio público que son nuestros por derecho. </div>
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Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-64239095037925782892017-01-17T11:36:00.000-03:002017-01-17T11:36:07.102-03:00El mejor de los nuestros<div style="text-align: justify;">
A veces me escucho decretos que no estoy tan segura que debieran tener vigencia.</div>
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<i>“Todo pasa por alguna razón”</i>. <i>“Es lo que es”</i>. Y ahí, en el lote de los últimos meses, se acomoda un clásico por reiteración: <i>“el mejor de los nuestros”</i>.</div>
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La última vez que lo pronuncié asociado al mismo personaje político de siempre, pensé si realmente lo era. Si a todas luces neutrales era el mejor de los nuestros. Tal vez sí, y su entorno no. Quizás ser el mejor no importe tanto, después de todo.</div>
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Señalar a <i>los nuestros </i>como generación y como pertenencia, como parte de una camada de supuestos cuadros bisagra que no terminan de encontrar la pared ideal para amurarse, es un ejercicio de identidad contemporánea casi no abordado.</div>
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Los nuestros como contraste de los que nos antecedieron e incluso de los que nos siguen desde las generaciones posteriores. Los nuestros como construcción colectiva de aquellos que se superaron en función de logros precedentes, pero no a sí mismos en las visiones heredadas.</div>
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Repaso las nuevas caras en la galería, algunos de las cuales he perfilado para terceros en los últimos meses. A esos no los conozco en una base constante y ni siquiera personal, pero sus historiales tienen la marca que requieren los nuevos tiempos públicos. Recorrer su galería de gestión pública y política fascina y desconcierta. De lectura intrincada, despiertan curiosidad en 360°, impactan en la emoción electoral, y hasta hay alguno que genera esa empatía militante que muchos ambicionan y fallan en recrear. </div>
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<i>“Qué me podés decir de…”</i> y empieza el juego. Que no lo es tanto, porque sobre eso se trazan decisiones, pero sí es banal porque… ¿quién pudiera perfilar con certitud a un referente en la política cambiante de este siglo? Llaman la atención de los observadores del poder, pero sus perfiles son la minoría del paisaje.</div>
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En estos días comienzan a aparecer los proyectos de los próximos mejores de los nuestros. A la luz de las listas incipientes, ya la frase es más un mantra que un convencimiento real.</div>
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Pocas veces en los últimos años se ha agitado tanto el caldo generacional de la política chubutense. Cada nombre que sale a girar en su rueda de la fortuna recibe el coro de Moiras dispuesto a tejerle destinos fatales. Amigo de uno, ahijado político de otro, heredero natural de aquel. No es habitual que ese coro hable de condiciones propias ni merecimientos, aunque existan las excepciones. Mucho menos aún que el nombre del entramado sea el de una mujer, claras perdedoras del trasvasamiento generacional imperante. Cada vez, y una vez más.</div>
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Del <i>“vamos que vamos”</i> a las UTE políticas, de los apellidos históricos a los que siempre quisieron en eternos intentos al margen. Con posicionadores profesionales dispuestos a comprarles la primavera sin disonancias y con fórmulas anacrónicas; con currículums construidos con cuidado para florear trayectorias que tal vez ni siquiera pesen al final. Con traspaso de cuentas por saldar de décadas de facturas políticas acumuladas, con el quebranto del que nada tiene para arriesgar y por eso juega. </div>
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Así surgen y apuestan a veces sordos a los señalamientos, escuchas de las sirenas cantoras; amantes del empoderamiento casual a la vez que testigos del poder que nunca es efímero sino trashumante. Así la vieja política aún determina lo nuevo, moldeándolo en legado de formas y visiones que sólo queda esperar sea resistido en la medida necesaria para consolidarse con esa experiencia pero sin recrear las limitaciones.</div>
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Aunque ninguno sea realmente el que esperábamos, avanzan los nuevos patrocinados en medio de la sucesión política más importante que haya visto Chubut desde el ciclo radical de Carlos Maestro. </div>
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La más vertiginosa. La más peronista sin serlo en los sellos. </div>
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La única que importará de aquí al 2019, y diseñará la clase política provincial de la próxima década.</div>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-9553845851912760852016-11-05T14:53:00.000-03:002016-11-05T14:54:34.845-03:00Desde el laberintoHace unas noches escribía en Twitter:<br />
<i><br /></i>
<i>"Fue el primer gobernador que me dio una entrevista. </i><br />
<i>Le pregunté si iba a ser Presidente.</i><br />
<i>Yo era nadie. Aún lo soy.</i><br />
<i>Él entró en la Historia."</i><br />
<br />
Una mañana del año 2000. Aeropuerto de Comodoro Rivadavia.<br />
Él se paseaba en el hall de la planta baja, casi vacío. Su entorno era mínimo.<br />
Lo reconocí, no lo reconocí, me pareció, me arriesgué.<br />
Lo vi entrar en el kiosco de revistas, me decidí y lo seguí. Los que me conocen bien saben que vencer toda mi timidez en un segundo es casi impensado si no hay del otro lado algo realmente convocante.<br />
<i>- "Gobernador? Disculpe que lo moleste, buen día..."</i><br />
<br />
Era Néstor Kirchner y le pedía una entrevista para la radio en la que todavía hacía nada. Me dijo que no tenía problemas, si lo esperaba un minuto afuera.<br />
Lo esperé ese minuto eterno. Pedí aire desde un celular Nokia bodoque que todavía rueda por algunos cajones. Me lo dieron. Salimos.<br />
Cerrando la charla, le pregunté si iba por la presidencia. Me habló de prudencia, de tiempos... pero todo en él hablaba de ganas y punto. Se rió, mi guiñó un ojo y me apretó el brazo. Me tenté.<br />
Varios años después supe que, en ese entonces, la carrera ya había empezado y conocí a muchos que caminaron con él todo ese tiempo de historia, escuchando con fascinación los detalles del perfil humano.<br />
Es uno de mis recuerdos más vívidos de esos años y uno de los más queridos, también. Hay personas que tienen esa sencillez que desarma y se recuerda, al margen de cualquier análisis político racionalizado.<br />
<br />
Cuando fue proclamado Presidente, escribí una de mis primeras columnas para un medio digital de Buenos Aires: <i>"Vértigo horizontal"</i>. La rastreé en mi archivo y leo cómo me preguntaba entonces si los patagónicos estaríamos preparados para lo que venía, para reposicionar una región detrás de ese proyecto. A la luz de lo que ocurre por estos días, con gobernadores alzando voces por puntos de presupuestos y ciudadanías considerándolos un derecho adquirido, pienso que tal vez logramos esa conciencia generada. La conciencia ganada.<br />
<br />
Desde los espacios políticos, sé que es tiempo de revisiones y también de admisiones de lo que no debió hacerse y se hizo, de lo que no se hizo y debió hacerse.<br />
Aún así, yo no me evito recordarme que los políticos tienen una cara humana, que la maquinaria del sistema se alimenta de ella cuando la siente necesaria y la ausenta cuando el relato del contexto requiere otros engranajes. La memoria colectiva de ese perfil es cíclica y su valor aumenta con el correr de los tiempos.<br />
<br />
Esa noche, en redes muchos creyeron que la referencia posteada era para Mario Das Neves.<br />
No lo era, pero si comparamos esa fuerza que trasunta ganas, hay un hilo invisible ahí.<br />
<br />
Nunca pude entrevistar a Das Neves como gobernador. Creo que la única charla lograda fue una grabación pautada durante su campaña a inicios de 2003, en un café de hotel, con casi el único miembro de su comitiva de aquel entonces haciendo aspavientos para cortarla cada cinco minutos.<br />
De aquel día, como del último que lo vi hace unos meses, me quedó lo único que siempre menciono ante el inquisidor ocasional: la fuerza en la mirada. Traspasa. Radiografía. Detecta.<br />
Sabe lo que quiere, lo que busca, y probablemente hasta tiene trazado el mapa mental de cómo lograrlo. Quién supiera, quién pudiera…<br />
De nuevo: vértigo horizontal.<br />
<br />
Aunque la crítica feroz y contemporánea nos devore la visión proyectada e integradora, nuestra generación patagónica ha tenido la oportunidad de hacerse a la par de líderes políticos sin molde. Hombres de sus pueblos y de sus tiempos, ambos complejos y demandantes. Pragmáticos en sus construcciones, que entendieron la gestión pública desde la movilidad y, a esos procesos, con ósmosis. Objetados por ajenos y hasta propios, pero reconocidos aún desde el cuestionamiento. Disruptivos en sus espacios políticos, irreverentes de los sellos, y generadores de nuevas arenas que los contuvieran siempre en movimiento antes que en estructuras.<br />
<br />
En ellos hay también en común otra incertidumbre: la de los ejecutores de sus legados políticos.<br />
Tanto en Kirchner como en Das Neves, esa sucesión permanece incierta.<br />
<br />
Sobrepoblada de traductores, la escena requiere perfiles más definidos en acción ya que no en palabras. La generación intermedia de uno y otro - si bien lo intenta- aún no se arroga el derecho de errar para acercárseles. La devoción, la lealtad sublimada, puede más y auto-preserva.<br />
Es tan difícil perfilar a los más prometedores como lo es leerlos en un ocasional mano a mano. Su avance es uno que no reconoce otro mapa que el ya trazado, que les brinda una trayectoria sólida construida sobre pruebas impuestas y hasta superadas. Ese mismo probarse más allá de los límites previstos, para todos, es todavía el paso pendiente. Probarse como elección, incluso desoyendo prudencias y arriesgando enojos. Probarse como deuda, como obediencia debida e implícita.<br />
<br />
Vivimos la era de la militancia, y la de sus cientos de voces redimidas en busca de nuevos referentes. Ya sin aceptar con mansedumbre ni admitir dobleces en los afiches de los otrora bendecidos. En este ciclo y con estas reglas de juego, luego de los adelantados de aquella conciencia ganada, se perfilarán los nuevos dirigentes.<br />
Como si se tratara de <i>“elegidos”</i>, escucho a militantes anónimos buscando las marcas que les muestren que esos sí son los verdaderos, los propios aunque compartidos, los que merecen el legado del que ellos son celosos guardianes. Sus miradas son tan implacables como sus juicios; se esfuerzan revolviendo en la historia aquellos gestos que les permitan discernir si lo que tienen frente a ellos vale la pena poner el cuerpo en territorio. Buscan al próximo <i>“único”</i> y hasta lo demandan.<br />
<br />
Desde el laberinto, ya ruge el próximo vértigo horizontal.<br />
<br />Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-18353118282709848612016-09-26T22:43:00.000-03:002016-09-26T22:43:00.200-03:00De gobiernos y cyborgs<div style="text-align: justify;">
<i>“¿No te estupidiza estar todo el tiempo mirando eso?”</i>, me preguntaron hace poco, mientras me observaban en un día de trabajo sumergida completamente en diversas pantallas y redes. Para mí es habitual, hasta normal diría, sin embargo me llamó mucho la atención la mirada que todavía considera al universo digital como contaminación. Eso dice que aún creemos que podemos prescindir de él, con la misma fe con la que elegimos una cabaña en el medio de la Cordillera para no enterarnos de nada por quince días. Sin embargo, incluso allí todavía existe el momento en el que –haciendo uso del <i>wifi</i> al paso o el mínimo paquete de datos móviles disponible- sale una foto, un estado compartido, un relato de la experiencia que se escoge no demorar.</div>
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Por contexto aunque no en la práctica, ya no somos analógicos, ni siquiera los no nativos digitales. Aún nos engañamos con la nostalgia de los tiempos del teléfono fijo y la localización o disponibilidad esporádica. La verdad es que preferimos estar a mano de lo que nos interesa y todavía poder ignorar aquello que nos mal-hackea el sistema. Ayer y hoy el filtro selectivo es el mismo, sólo han cambiado los soportes.</div>
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<br /></div>
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En el mapeo de las últimas semanas, me escucho hablar una y otra vez sobre<i> nosotros y la tecnología</i>, de celulares y relojes inteligentes como una extensión del cuerpo, de los cyborgs como el próximo paso que ya es contemporáneo. En un mundo paralelo a ese, cada día me cruzo con personas que no logran realizar con éxito tareas de compatibilidad básica con su oponente <i>tech</i>, sea un cajero automático, un móvil de última generación, una tablet, una compu de las viejas o la maquinita expendedora de cualquier cosa. </div>
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También veo a niños de meses interactuar con libros de papel como si pasaran la pantalla táctil, o me cuentan de esos que sorprenden a sus padres con facturaciones de miles de pesos en aplicaciones móviles porque ya entienden cómo se puede “seguir jugando”. Siempre me pregunto qué tipo de gobiernos co-crearemos con ellos, tan habituados a la inmediatez y una paciencia sólo apta para lo efímero, para aquello que no dura más de los tres segundos de mirada y soluciones que se adquieren con un click.</div>
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Uno de mis profes de idiomas chequea el diccionario online antes de escribir en la pizarra, con una naturalidad casi impensada para quienes hemos crecido en mundos de docentes sabelotodo e infalibles. Por primera vez, la Educación quiebra sus lógicas de desigualdad y admite que –tal vez- no nos diferencia ese quién sabe más, sino cómo accedemos al conocimiento disponible y abierto, y nos relacionamos con él.</div>
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En un contexto de tecnología convergiendo en el cuerpo humano, si les sacamos los celulares a los estudiantes en nuestras aulas, ¿qué ocurrirá cuando ya no podamos quitarles las herramientas tecnológicas que usan como extensión de ellos mismos? ¿Qué ejercicio de control vamos a elegir llegada esa instancia? ¿Bloqueadores de señal? ¿Desconexiones forzadas? ¿Extracciones? ¿Los haremos elegir entre “lo que se debe” y “lo que no se debe” llevar a un ámbito de aprendizaje, sometiendo el uso de los diferentes dispositivos de acceso a un criterio de comportamiento esperado y por ello considerado correcto, pero ajeno a su realidad?</div>
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El desafío no es la tecnología como elemento invasivo, sino el uso que hacemos de ella según los contextos. Los fines son la clave. Debiéramos estar educando y debatiendo sobre valores en el uso del conocimiento y no sobre formas de acceder a él, porque esa vía ya ha sido despejada. Cómo la transitaremos es el siguiente desafío, o mejor dicho, el actual, y las constantes disidencias con ruido entre los marcos normativos y la realidad demandante demuestran que no llegamos a este punto equipados con el mapa actualizado.</div>
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En una conferencia sobre Gobierno Abierto a la que asistí, Oscar Oszlak preguntaba qué pasaría en el futuro de los gobiernos si los ciudadanos fueran en parte robóticos. Ya está pasando, le contestaba: ya tenemos ciudadanos cyborgs.</div>
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Hace cuatro años conocí al único que he visto en mi vida. Cuando lo pienso, no era diferente de ninguno de nosotros. Su percepción del entorno sí estaba transformada y amplificada. Su registro ya era otro, diferente al mío y también al que podría ser el mío si lo interviniera tecnológicamente alguna vez. </div>
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En lo cotidiano, ya tenemos una ciberciudadanía hambrienta y participativa que muta todo el tiempo, interviniéndose a sí misma en vías y prácticas. La percepción de la “cosa pública” que posee el ciberciudadano es hoy infinitamente mayor a la prevista hace apenas 20 años atrás, y varía de persona a persona sin caer en la comodidad de la estandarización. Ante su avance, ya no es posible cerrar la puerta de nuestros gobiernos aunque todavía quienes los integran quieran controlar su acceso. Como resultado de estos procesos, también tenemos una ciudadanía analógica que vamos condenando a un exilio de la vida pública y por la cual debiéramos redoblar esfuerzos para cerrar brechas digitales y educativas, como también para crear las garantías de que el paso nunca le será cerrado por omisión. Volvemos a la polis griega: la ciudadanía no es para todos y todas, y esta vez el filtro es la conectividad. </div>
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¿Qué haríamos los ciberciudadanos chubutenses con un Das Neves en nuestra cabeza? ¿Y con un Macri? ¿Cuál sería la opción para apagar, filtrar y resignificar sus mensajes según nuestro sistema programado? ¿Diferirá de lo que hacemos hoy en día, con las redes sociales como ríos que atraviesan muchas cotidianeidades, aunque no de forma constante? ¿Y qué tan compatibles terminarían siendo ellos con nosotros? Yendo tal vez más lejos, quizás la pregunta debiera ser si el gobierno son sólo ellos o ya somos todos, incluidos quienes están en definidas “otras veredas”. ¿Cómo nos reclamaríamos entonces las acciones debidas y construiríamos los aciertos? Metidos en la brecha invisible, ¿qué nivel de co-responsabilidad tenemos los ciberciudadanos con nuestros pares analógicos? ¿Qué acceso reclamamos para ellos entre los aplausos ante la magia de los Datos Abiertos y el virtuosismo de la Transparencia?</div>
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La convergencia tecnología-humano nos obliga a esas preguntas, para las que tendríamos que estar delineando no sólo respuestas sino proyecciones y políticas públicas realmente inclusivas, ajenas a los artificios de moda. </div>
<div style="text-align: justify;">
Si nuestros gobiernos no son compatibles con todos, sólo serán gobiernos de algunos: los privilegiados, los que lleguen primero, los que puedan acceder porque comparten el lenguaje, los que tengan en sus manos las herramientas correctas o los medios para obtenerlas. </div>
<div style="text-align: justify;">
Recreamos una época con vicios de las más oscuras, en la que sólo podrán gobernarnos -o cogobernarnos, en la predicción más optimista- los que habiten los estratos favorecidos de la nueva igualdad democrática. Tal vez sólo por esta última razón, por esta “nueva igualdad” tan excluyente, es que debiéramos desafiarnos a obviar las formas de los debates y tomar cualquier ágora disponible para poner manos a la obra en remediar la huella irreversible que ha creado nuestra ausencia hasta ahora.</div>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-55268598260272973122016-07-15T22:38:00.000-03:002016-07-15T22:38:02.106-03:00Al diablo con el invictus <div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">Desde 2009, Mandela se parece mucho
más a Morgan Freeman, y los Springboks nos recuerdan que <i>somos capitanes de
nuestra alma y amos de nuestros destinos</i>.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">No ha pasado más de unos pocos meses
en los que no vea publicado el famoso poema de William Ernest Henley en un
estado de Facebook, su línea más resonante en un tweet, o la escuche recitada
por alguien con total solemnidad en contextos de resistencia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">Hace un par de meses me lo encontré
colgado en la pared de una oficina, sin poder evitar la sorpresa por el lugar ni
frenarme al enunciar el asombro en voz alta. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">Tal vez no todos sepan que ese poema
victoriano sí acompañó a Mandela en sus años de prisión, mas nunca fue
entregado al capitán de la selección sudafricana de rugby para alentar épica
alguna. Una licencia de guión, la necesidad de añadir poderío a la historia –como
si acaso lo necesitara- y esa evasiva de la realidad que toma el cine como
marca propia nos han privado de una sensación de perseverancia que tal vez
hubiera sido infinitamente más cercana a lo cotidiano. Más humana, de cualquier
modo, como mensaje y valor.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">Es que la venta se hace sobre lo
invencible, lo victorioso y la <i>pole position</i>. El resto sólo acompaña
como elenco necesario, y muchas veces hasta merece el vapuleo humillante que
destinamos como sociedad a “los segundos” en todo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">Sin embargo, el Mandela real fue
mucho más sabio que su versión guionada y lo que supo entregarle a François Pienaar
fue un fragmento del discurso del presidente estadounidense Theodore Roosevelt
en la Sorbonne, en abril de 1910. Se llama “Ciudadanía en una república” y
contiene este extracto conocido como “El hombre en la arena”:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="margin-left: 35.4pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<i><span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">“No es el
crítico quien cuenta; ni el hombre que señala con el dedo cómo tropieza el
hombre fuerte, o dónde quien hace las cosas podría haberlas hecho mejor. El crédito
le pertenece al hombre que se halla de hecho en la arena, aquel cuyo rostro
está manchado de polvo y sudor y sangre; quien lucha con valentía; quien se
equivoca, quien falla el golpe una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin error
y sin limitaciones; quien realmente lucha por llevar a cabo las acciones; quien
conoce los grandes entusiasmos, las grandes devociones; quien agota sus fuerzas
en una causa noble; quien si tiene suerte conoce al final el triunfo del gran
logro, y si no la tiene, si falla, al menos fracasa atreviéndose con grandeza, de
modo que su lugar nunca será con esas almas frías y tímidas que desconocen tanto
la victoria como la derrota.”</span></span></i></blockquote>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">La visión es impecable. Estremece.
Es el segundo el que crea y re-crea la historia, con suerte o sin ella,
evadiendo la timidez de su propia alma y confrontando la de otras.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">Como en la versionada <i>Invictus</i>,
y mucho antes también, el valor del hombre en la arena ha quedado despreciado y
hasta en el olvido. Ganar o acertar es lo único válido, el dedo acusador es
soportado como ruido de fondo, y lo importante se centra en el valor del héroe
estoico que todo lo soporta porque la victoria de su espíritu es lo que lo
envuelve en gloria. Resistir antes que arriesgar, como si fuera sólo lo primero lo
que construye. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">Esa gloria, como único destino
meritocrático, es lo que nos deja entrampados en la ilusión. En su estela y
mientras dure su búsqueda, el error no sólo es inadmisible sino que tampoco sirve
ni permite un hacer mejorado si no deriva en una victoria lineal. Quien falla,
no enseña ni se destaca ni persiste. Quizás ni siquiera existe el error en sí,
porque en la impermanencia no hay forma de fallar el golpe, ni una ni mil
veces. Tampoco es condenable entonces el eterno tribunero que, sin dar tregua
ni arriesgar realmente nada, toma protagonismo influyente en la condición de su
víctima.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">Hace algunos años conocí a un
referente político nacional de muy bajo perfil. Un hombre del “poder detrás del
poder”. En un encuentro de militantes, se hizo una rueda en la que cada uno fue
invitado a dejar un mensaje en pie de igualdad. La mayoría habló sobre todo eso
que podía mejorarse, se demoró en los señalamientos sobre lo mal hecho, y el
mismo dedo se elevó para advertir que los errores no debían repetirse. A su
turno, esta persona habló pausado y con toda simpleza explicó: <i>brillar,
brilla cualquiera; pero hay que estar todos los días trabajando, haciendo,
comprometiéndose, sin rendirse, sabiendo que ese brillo tal vez nunca llegue</i>.
<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">Habló de ese <i>hombre en la arena</i>
y, si bien para muchos pasó desapercibido o sonó a poco, a mí me pareció
sencillamente justo. Para la política, para el deporte, para la vida. Simple y
justo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">No sé en ustedes que leen estas
líneas, pero en mí resuena mucho más “el que cuenta”, el que desde la pugna
hace tal vez para equivocarse pero sabiendo siempre que habrá una oportunidad más
y estará mejor preparado. También se me hace infinitamente más simpática la
condena al crítico, al eterno director técnico, a las almas frías y tímidas. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">Tanto en aquel mundial de rugby como
en esa oficina, tenía mucho más sentido la lucha del hacedor aunque llevara a la
derrota –con su marketing cansino e inmerecido- que aquella perfección del estoicismo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">La dignidad ante los golpes del
camino es loable, por cierto, y aún así provoca la acción desde ese arriesgarlo
todo sólo por no darle el gusto a la quietud que espera quien propina los porrazos.
Dependerá de momentos o contextos, tal vez; esos ajustes que requieren
actitudes distintas para escenarios diferentes, las otras mejillas que a veces
se hace necesario poner en juego por guión.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">Sin embargo, los pies buscan la
arena aún cuando se caiga en el intento. Sólo porque transformar es
precisamente eso: pasar de la gloria a tiempo para dejar huella duradera,
perder lo necesario para aprender, y tal vez sólo hacer el camino con absoluta entrega.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: 11pt;"><span style="font-family: inherit;">Será cuestión de pura fe, entonces, el
abandonar la impermanencia cuando ya no nos salva ni nos preserva de nada, y al
diablo con el <i>invictus</i> impuesto como mandato.</span><span style="font-family: Arial;"><o:p></o:p></span></span></div>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-36696928326968527662016-07-07T16:34:00.000-03:002016-07-15T21:33:35.220-03:00Neonómades<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">En
los últimos cinco años he vivido en tres ciudades diferentes y viajado por
varias provincias. He trabajado en proyectos desde locales a internacionales con
la misma <i>laptop</i> destartalada y muchas veces moribunda en la que escribo este
<i>post</i>. Varios <i>smartphones</i> quedaron en el camino, y uno prestado apenas sobrevive
ahora para la tarea.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">De
alguna forma pasó que dejé de tener una base fija para mi trabajo y las
carteras dieron paso sin preocupación a mochilas y morrales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">Me
he conectado desde aeropuertos, colectivos de larga distancia, cafés y
restaurantes, sedes de gobierno, auditorios y salones de eventos, puntos de
acceso libre en plena calle o espacios de <i>co-working</i>. He re-visitado esos locutorios
que sobreviven como pueden y usado las impersonales PC de cortesía que aún
existen en algunos hoteles. Tengo al menos dos chips de telefonía móvil
constantemente en uso, desde cualquier lugar, y una configuración en <i>app</i> para
cuando falla todo. En un estuche, duermen varios <i>pendrives</i> y sus archivos co-existen
en respaldos en otros soportes y en la “nube”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">Todavía
hay un punto geográfico al que llamo “mi casa”, otro que es “mi lugar elegido”,
y varios en los que paso días y noches por trabajo. Parto desde el elegido y
voy saltando de ciudad en ciudad, física o virtualmente. Cada tanto, vuelvo
realmente a casa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">Las
exigencias del alojamiento confortable se flexibilizan y toma el primer lugar en
la carrera de prioridades que el espacio de tránsito tenga <i>wi-fi</i>. He dormido en
lugares insólitos, con una conectividad impecable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">Hace
dos años, durante un viaje rutero y leyendo algún material sobre <i>Gestión del
Conocimiento</i>, me encontré con una categoría que al parecer podría definir esta
forma de trabajar: los “gitanos corporativos”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<i><span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">“El
grupo mayor de gitanos corporativos, con un número que crece todos los años,
está constituido por los empleados contratados a terceros, colaboradores a
tiempo parcial, consultores y empleados temporales que inflan los cuadros
corporativos y, muchas veces, poseen todas las responsabilidades de un empleado
a tiempo completo, sin que formen parte de la empresa. Es decir, venderán sus
talentos a diversas empresas cada semana, trabajando algunos minutos para una
de ellas antes de desplazarse para el próximo compromiso.”</span></i></blockquote>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">A
pesar de la categoría “académica” y lo difundido de la práctica, aún enfrento
miradas desconfiadas cuando respondo que trabajo viajando o vía <i>Skype</i>, y paso
de anclarme a oficinas con tiempos muertos más de lo que sea necesario. También
ocurre que en un punto miro con recelo la estabilidad de los corporativos<i> </i>de
empresas y gobiernos, aunque no estoy segura de querer cambiarla por la
intensidad de tener una fuente de riqueza intelectual y humana en cada nuevo
proyecto. De la otra, la económica, podríamos debatir preferencias largo rato.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">Así
de claro, con frecuencia recibo devoluciones todavía apegadas a las ocho horas
de oficina y el mandato de lunes a viernes como parte del paquete que
–supuestamente- asegura compromiso y productividad. O la más reciente que me
tocó escuchar: <i>“entendí que querés trabajar desde tu casa”</i>. Un cansancio
indisimulable se me cuela entre el fastidio y la sensación de batalla perdida
cuando rozo esos puertos, para algunos todavía irrenunciables aunque ya
encuentren poco de satisfactorio en ellos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">Hace
un año, en una de mis estadías corporativas, conocí a otra persona que trabaja
como yo. Fue como mirarse en el reflejo de un hermano de esta lucha que se va
imponiendo. En su caso, alterna su estadía entre el país y el extranjero, y se
mueve con su familia en caravana. Su naturalidad al relatar y exponer las
condiciones de contratación, sin ceder un centímetro, fue un atisbo de
esperanza. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">En
Argentina todavía ocurre que el sistema laboral íntegro está preparado para
personas que nacen, trabajan y mueren en el mismo lugar. Bancos, impuestos, contratos,
derechos, la mentalidad de ejecutivos y funcionarios... todo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">La
burocracia organizacional aún considera a la ventanilla física territorial como
su forma más perfecta de llegada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">Sin
embargo, el avance de la cultura emprendedora y <i>freelance</i> va demandando
al sistema otras formas de respuesta y ya algunos comienzan a pensar en los
beneficios. Como es natural, aún en los beneficios a favor del contratante y no
compartidos, pero ese cambio también llegará. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">Los
neonómades interactuamos y procuramos transformar contextos desde la
aceptación de sus particularidades. La misma que ejercemos cuando elegimos
nuestros propios escenarios de colaboración, y también la que esperamos que
desarrollen los actores de esos espacios hacia nosotros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">Aceptación
es darse cuenta que no se necesita un “trabajador” de 8 horas por día: se
necesita un talento asertivo, en proceso 24/7. Un cambio de mandatos que sería
deseable que nos lleve a una nueva expansión de fronteras productivas y
derechos laborales. Al menos en su formalización, porque en las rutas del día a
día esos límites ya quedaron muy atrás y el camino es tierra de nadie.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">Aceptación
también es admitir que no hay una realidad única o masificada, sino una por cada
persona impactada y es necesario –tanto en diseños de proyectos empresariales
como de políticas públicas- llegar a esas realidades saliendo del condicionamiento
de un escritorio en una oficina sin interferencias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">No
es lo mismo escuchar a quien llega luego de la carrera de obstáculos de acceso
a la puerta de un despacho, que hacer los kilómetros necesarios para oír a esa
misma persona en su propia arena. Nada reemplaza la comprensión desde el lugar
del otro, en el lugar del otro. Jugar de visitante, abandonando el falso poder
de la localía, es un riesgo que lo ofrece todo a quien está equipado con la
visión y apertura para asimilarlo de forma sistemática.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">Hace
unos días leía un concepto del consultor local Luis Babino sobre las Ciudades
Inteligentes: <i>“No se trata de un desafío tecnológico, se trata de desafiar
la inteligencia gubernativa”</i>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-family: inherit; font-size: 11.0pt;">Cientos
de personas que ya conforman esas ciudades hacen suyo ese desafío a las
inteligencias gubernativa y corporativa, expandiéndolas y provocándolas a la
innovación. Tal vez todavía las estructuras de gobiernos y empresas no crujen
de forma audible, pero las voces que las habitan murmuran cuestionamientos y fuerzan nuevas reglas. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="ES-MX" style="font-size: 11.0pt;"><span style="font-family: inherit;">El
cambio ya es transversal y migrante. Nos vuelve a convertir en nómades que avanzan construyendo
su propio mapa.</span><span style="font-family: arial;"><o:p></o:p></span></span></div>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-19832984417496770902016-06-30T18:42:00.000-03:002016-06-30T20:23:03.919-03:00Pequeñas historias de horror<div style="text-align: justify;">
Desde fin del año pasado escucho pequeñas historias de horror sobre aquellos y aquellas que van perdiendo sus trabajos e ingresos, y lo mucho que eso afecta toda su vida y las de los suyos. En un segundo no hay más sueldo para vivir, carrera para estudiar, oportunidades educativas para los hijos, sostén para los padres, tratamientos médicos, ahorros para proyectar, planes… futuro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace unos días escuché el último <i>racconto</i> y tuve un impulso que no sentía hace mucho tiempo: las ganas de volver a escribir. Mal, como saliera, con teclas oxidadas y sin estilo. No importaba, y testimoniar sí.</div>
<div style="text-align: justify;">
Tal vez me cansé. Quizás ya no me sirve admitir en voz baja a algún amigo que lloro con muchas de esas vivencias que me cuentan. Por ahí ya me resulta un insulto ese <i>hay que aguantar</i> del desafortunado discurso que cunde entre propios cómodos y ajenos encumbrados. O será porque pienso que el punto de quiebre social ya se superó y nadie estaba mirando.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>“Ahí”.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
La palabra chiquita que responde al “cómo estás” de rigor y que todos sabemos lo que realmente significa. “Ahí” de lo que no debiera ser. “Ahí” de lo que pasa y no se puede controlar ni evitar. “Ahí” de los peores miedos y los puntos finales.</div>
<div style="text-align: justify;">
Los que caminan más porque ya no pueden costear el pasaje del colectivo o el tramo en subte, los que comen sólo una vez al día para que alcance para las cuentas fijas que no paran de crecer, los que piensan en qué pueden privarse para no restarles a sus hijos, los que juntan sus “ahí” para no sentirse solos del todo en el sacrificio.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>“Lloro todos los días”.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
La frase con las palabras que no le salen al miedo, la que va acompañada de la mirada rota, y a la que le sigue el silencio o un susurrado “yo también”.</div>
<div style="text-align: justify;">
Se llora de impotencia, de bronca, y también por no saber cómo ayudar. Se llora para tomar fuerza y reinventar corajes, para volver al afuera más armados, para no quebrar frente al que está buscando justamente eso. Se llora, como me dijo una persona hace poco, porque la posibilidad de ser el próximo siempre es extenuante adentro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>“Te presto, te asilo, te ayudo…”</i></div>
<div style="text-align: justify;">
La solidaridad imposible, que va desde los libros, las compus o el WiFi hasta la plata para llegar a fin de mes, la comida invitada, el asilo cuando ya no hay para los alquileres, o los contactos para pasar el currículum actualizado a las apuradas. Los que dan lo que tienen y no les sobra, para que el otro no quede sin red. Los que se unen para pedir por alguien que <i>simplemente no puede</i> quedarse sin trabajo. La mano tendida que no sólo sostiene o comprende, sino que se convierte en abrazo y deja cada vez más solo al que se desentiende.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los relatos de los hasta-hace-un-segundo compañeros y compañeras de trabajo que tienen que limpiar esos escritorios y oficinas de sus cosas personales y llevarlas al que no puede pasar la puerta... </div>
<div style="text-align: justify;">
El testimonio que revuelve el estómago de aquel al que le asignaron un número para que ya no sea un nombre –léase “una persona”- y cada día al llegar a su trabajo debe buscarse en la lista de los “números” despedidos… </div>
<div style="text-align: justify;">
La eterna evaluación de puestos que oculta la persecución cínica y el hábito del “despido de los viernes” que no sigue lógicas de productividad, para que siempre alguien pueda ser el próximo…</div>
<div style="text-align: justify;">
La historia de los universitarios que se organizan para hacer compras colectivas y así poder seguir estudiando y comiendo todos los días a la par…</div>
<div style="text-align: justify;">
La anécdota miserable del que desactiva huellas de un sistema de ingreso y, cuando le preguntan qué pasó, se ríe y lo asigna a una transitoria falla técnica…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Creo siempre en ese <i>“saber luchar no sólo sin miedo sino también sin esperanza”</i> del que alguna vez he escrito. Todo puede cambiar, puede re-significarse, y seguiría creyendo en la profunda dignidad de esas luchas.</div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy tal vez sólo pasa que fue demasiado. Que las internas políticas hacen un ruido tan molesto como lejano a todo, que quienes debieran contar o cuestionar se quedan mudos mirando la hoguera y dando consejos sobre cómo caminar sobre las brasas… </div>
<div style="text-align: justify;">
Tal vez sólo pasa que todo esto <i>nos pasa</i> sin que en verdad nada lo transforme.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Miro ese pasar, escucho las voces, atestiguo las derrotas y no me engaño pensándome ajena: sé que son también las mías tanto como las del futuro de todos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Lo escribo y no doy más de tristeza. </div>
<div style="text-align: justify;">
Una que no sabe de meritocracias, ni vagos mantenidos, ni militancias choripaneras, ni periodismos militantes, ni acusaciones de fanatismo descerebrado, ni subsidiados. Una que sólo es lo que es y duele adentro por el otro, por mí misma, por todos. Una que no afloja.</div>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-34688957725997683972015-06-24T00:15:00.001-03:002015-06-24T00:15:42.182-03:00Seguir al líder<div class="MsoNormal">
Podría parecer la más segura de las acciones… una vez identificado el líder.</div>
<div class="MsoNormal">
Sin embargo desde hace un tiempo me pregunto si esa distinción se nos aparece de una forma tan clara. Hay líderes sólo nominales? Si es así, se puede llamar lo que ejercen un verdadero liderazgo?</div>
<div class="MsoNormal">
El mal tanto social como político de los últimos años ha sido, para una gran parte de la sociedad, la falta de líderes claros y coherentes en su acción. Dónde mirar sino al centro y, en general, arriba? </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
A través de las búsquedas en las que me pierdo, llegué una tarde a la danza tribal.</div>
<div class="MsoNormal">
Una de sus maravillas es la improvisación, que encuentra su norte organizador no sólo en el conocimiento de pasos básicos sino en la conexión con los compañeros, mirándose a los ojos y siguiendo señales. Un gesto sutil cambia los liderazgos en cada grupo, los cuales rotan con naturalidad entre quienes decidan tomarlos. </div>
<div class="MsoNormal">
Hace unos días, en una de las explicaciones sobre la importancia de la posición de las líderes en el <i>ensemble,</i> escuché lo siguiente:</div>
<blockquote class="tr_bq">
<i>“No sé por qué tenemos la costumbre de identificar al líder con el centro. La líder siempre está hacia la izquierda y debe ser visible en todo momento.”</i></blockquote>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Dejé resonar la frase y la guardé en esos lugares donde quedan algunas durmiendo antes de llegar a este blog. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Es cierto que siempre identificamos al líder como ese que está en el centro de todo: de las posturas, de las negociaciones, de los acuerdos, de las roscas con tela para cortar y hasta de los escándalos. El que junta las cabezas y baja la línea, lo sigan luego o no. El hombre, claro. Sólo hemos visto a una mujer, en la historia reciente, <i>verdaderamente</i> en esa danza.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
A los líderes todos los conocemos, los identificamos subidos al banquito de sus verdades y pregonando desde los atriles. Voceros de nuestros miedos y sus mañas, la mayoría de las veces; otras tantas, hablando no como saben sino como creen que habla “el pueblo”, al que insultan con soltura en su parodia. Casi nunca bailamos con líderes de igual a igual; casi menos alternamos con ellos su posición.</div>
<div class="MsoNormal">
Llegan las campañas electorales y se ve a muchos de aquellos en el llano, un tanto hacia la izquierda simpaticona, buscando encontrar avales en las miradas y seguir lo que creen reconocer como señales. </div>
<div class="MsoNormal">
En algunos el llano es natural, tierra propia en la que nunca desentonan simplemente porque jamás la dejaron atrás. En otros –como bailarines que no conectan- es impostado y mana un marketing chorreante de obviedades.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Una militante con la que disfruto intercambiar suele referirse al conductor de su partido como “líder”. Sus acciones van al unísono, como si las supiera de antemano: se refleja. He estado en plazas con cientos sintonizando la misma emoción, sin necesidad de coreografías marcadas. Escuchan de fondo su propio tambor, lo entienden, cambian el paso para hacerlo mensaje.</div>
<div class="MsoNormal">
Aún así, nada es tan claro en ese lenguaje para los no naturales, que luchan en vano por decodificar hasta lo místico.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Puede parecer tentadoramente sencillo bailar en una rueda que interesa dominar, pero sentir el latido del otro es algo más que saraos al paso. </div>
<div class="MsoNormal">
Es necesaria una construcción de iguales para lograr que ese sonido fluya y no creernos su dueño sino, simplemente, honrar el privilegio de ser su música por un rato. Bailás...?</div>
<div>
<br /></div>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-39392925821794796502015-06-07T19:27:00.001-03:002015-06-07T19:32:21.479-03:00Bendito sea el caos<div class="tr_bq">
Lo escribí hace eones digitales. Hoy lo encontré.</div>
Fue posteado el 7 de junio de 2006 en uno de mis blogs de aquel tiempo, casi siete años después de haberme aventurado al periodismo digital que era por entonces tierra de nadie.<br />
Tal vez lo siga siendo...tierra de nadie y de todos, ojalá por muchos tiempos y formatos más.<br />
<br />
<blockquote>
<i>Bendito sea el caos, porque es síntoma de libertad.</i><br />
La frase que acompaña este 7 de Junio corresponde a Enrique Tierno Galván, político e intelectual español del siglo XX, aunque esta breve descripción sea injusta para la dimensión de su figura.<br />
En el caos que es la blogósfera de este siglo XXI, cada palabra puesta en pantalla mantiene vigente el ideal de libertad.<br />
La censura deja de ser una herramienta para convertirse en una pesadilla del censor, la cual adquiere ribetes de complejidad insospechados en otros tiempos.<br />
Quien ha escrito y su letra ha sido borrada como si nunca hubiera existido, quien ha tenido una voz y ha sido obligado al silencio, quien ha sido imagen y su existencia negada, sabe que este es el ruedo que nos iguala.<br />
No hay pautas oficiales, no hay presiones publicitarias privadas, no hay políticas del medio, no hay más compromiso que con la propia ética profesional.<br />
Si un servidor se hackea, habrá otros. Si un sitio es cerrado, habrá otros. Si un nombre está en las listas negras, habrá otros nicks que lo reemplacen para poder seguir.<br />
Siempre hay un mañana en este caos de libertad.<br />
Esta es la tierra que les propongo y espero que la visiten a menudo para conocer algunas historias que nos rodean.</blockquote>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-86270780634342745922015-04-16T22:28:00.001-03:002015-04-16T22:28:57.633-03:00MascotaSi las ganas son esa mascota que nunca nos hace caso y vive en sus tiempos sin culpa, así están las mías.<br />
<br />
Varias veces llegué a esta pantalla en blanco en los últimos 12 meses.<br />
Le tiré un montón de letras, más producto de catarsis arrebatadas que de puros deseos de compartir una historia. La guardé como un documento con un título que fue mutando desde “columnas” hasta “ideas” o un hastiado “que digan lo que quieran”. La borré hasta dejarla prolija de nuevo.<br />
Hace un mes decidí eliminar todos esos fragmentos de nada y dejar que otras pantallas emergieran de su ruido blanco. Ahora intento recordar algunas de esas líneas y pocas apenas asoman a la memoria. No estaban ahí, entonces. No realmente.<br />
<br />
Durante todo este tiempo de fluir caprichoso, me encontré a mí misma dibujando y arriesgando nuevos proyectos, aprendiendo nuevas artes y formas, compartiendo círculos de emprendedoras y líderes comunitarias, creando desde menos cero, y hasta volviendo a manar radio… pero desde otro lugar.<br />
Hacía mucho tiempo que mi rueda no giraba con tanta riqueza y ante tantos rumbos potenciales. Hacía mucho más que no sentía a todo como posible al alcance de una vuelta, o dos, o realmente sin importar cuántas en tanto siguiera girando. Infinitamente más que no me interesaba en lo absoluto lo por venir o las cejas que pudieran elevarse ante las decisiones.<br />
<br />
Tal vez eso sea realmente la esperanza. Ese blend del deseo, la expectación y la seguridad confiada.<br />
Nunca escuché como en estos tiempos tantas historias que la invocaran así, como la pienso.<br />
Relatos que no se detienen en los debiera, en lo ominoso ni lo impuesto. Palabras que no buscan convencer ni cartelizar, sino encontrarse en una construcción compartida e inspirar. Energía que se nutre y une a otras para concretar cambios, ideas y empresas.<br />
<br />
Las sociedades avanzamos en tiempos y sentires que muchas veces no son los que cristalizan en sus discursos públicos nuestros representantes políticos e institucionales.<br />
Sentada en la ribera y escuchando caminantes, creo que este es uno de esos preciosos y raros tiempos en los que el río suena… y con ellos el llamado a desperezar nuestra mascota durmiente.<br />
<br />
Quizás ella mire el cauce y sienta que nunca tuvo un poder tan real en sus manos: el de hacer que el río cante su canción.Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-88571341790556912772014-04-04T16:21:00.002-03:002014-04-04T16:21:49.498-03:00Los diez papelitos<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Pasan los
meses y cada vez se me da menos el antojo de escribir. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hace unos
días encontré entre los favs de mi cuenta en Twitter un par de consejos que me
daban un periodista y un político de mi provincia para salir del bloqueo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El
periodista -quien será siempre extrañado- me decía que él solía encontrarle la
vuelta escribiendo sobre algo que le fuera ajeno, de una forma desconectada, y
así fluía para lo que realmente le interesaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El político
me proponía con simpleza escribir palabras en diez papelitos, tirarlos al aire
y ponerle letra a lo que indicara el azar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Ese mismo
día corté las tiritas de papel a ojo. No porque el primer consejo no fuera
bueno, sino porque desconectarme se sintió infinitamente más complicado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Las conté,
como la buena alumna que todavía soy en algún rincón de mí misma, y las acomodé
adentro de mi agenda para tenerlas a mano cuando surgieran las palabras para
cada una.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cinco meses
después, ya en Enero, encontré esos papeles cuando fue el momento de renovar
calendarios y compromisos. Seis habían sido escritos, sin que pudiera recordar
el cuándo, y cuatro todavía estaban en blanco. Los guardé a todos y esperé
quién sabe qué.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La semana
pasada me pregunté una vez más sobre cómo escribir desde este hastío que lo
traspasa todo. Todo sin dejar nada en pie, desde el convencimiento más fuerte
hasta lo que solían ser los motores-pasión que animaban nuevos rumbos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cómo inspirarse
en lo pasado sin caer en su trampa de dorado intocable. Cómo pensar que no dilapidamos
nuestro tiempo asignado y de la peor manera. Cómo ponerle palabras al asco
profundo por lo poco que vale el esfuerzo y lo mucho que cotiza la avivada
eterna.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Demasiadas
preguntas para un rato… demasiados cuestionamientos para los no pecados…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Recordé
esos diez papelitos olvidados y los busqué. Me encontré con que, en algún
momento, los cuatro que permanecían en blanco habían encontrado un contenido. Los
repasé, redescubriendo palabras y frases que llegaron a ellos en este medio
año. Sin apartarme de las instrucciones, cerré los ojos, los tiré al aire y
elegí uno.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES-MX">“Antifrágil. Construir en el desorden”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Sonrisa
inevitable porque adiviné haberlo escrito mientras estaba sumergida en el libro
del mismo nombre, allá por Octubre o Noviembre, intentando encontrar la lógica
oculta en la caótica decepción creciente. También, porque pareció un guiño del
invocado azar escribir sobre el desorden en estos días de fin de ciclo, tan
anunciados que apenas si hay tiempo de vivirlos a conciencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hoy vuelvo
a esta columna y me hago trampa. Las tentaciones son momentos para los que ya
no pido salvación. Vuelan todos de nuevo y el boomerang marca regreso con el nuevo
papelito elegido que dice: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES-MX">“Fuerza”.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Me dispara
otro recuerdo y es el de una columna que escribí hace muchos años para el
portal de noticias que entonces administraba. Hablaba de la resiliencia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La busco y
la encuentro perdida en mi pendrive, escrita el Viernes Santo de 2001. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Aquellos
días de abril el periodista Alfredo Leuco había leído un mensaje en su habitual
espacio de Radio Continental. Hacía referencia a los excluidos, a la pobreza
sin esperanza, y a la capacidad de las personas para hacer las cosas bien pese
a las condiciones adversas. El aguante, lo llamaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Durante
estas últimas semanas el aguante ha sido la pieza de resistencia de muchos
argentinos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El ajuste
para volver a llegar a fin de mes, la garra para pelear por un pequeño aumento
que deje con mejores chances en esa tarea, la creatividad para no resignar lo
importante y reasignar importancias, la aceptación para dejar ir lo que parecía
posible. Nunca es fácil cuando sube la marea y se pierde pie, aunque más no sea
por un rato. A veces, ver luces en el horizonte es para quienes tienen
tranquilidad mucho más que en la mirada y en la conciencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Pantalla
tras pantalla y diario a diario asistimos a los debates blanco-negro más
increíbles de los últimos años. En el medio, los que descreemos de los versus
extremos intentamos valorar el gesto de quienes se plantan en las delgadas
líneas rojas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El orden se
altera y lo construido se proyecta frágil, lo sea o no lo sea. De repente, ya
nada es seguro aunque mucho lo pregone y la desesperanza se acomoda entre el
bagaje diario.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Es esa
fuerza, esa resiliencia, la que no se permite ni nos permite flaquear. Nos dice
que hay algo más, que todavía hay acciones que nos empoderan y formas de hacer
que llevan escrito nuestro “no pasarán”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Unos días
antes de Navidad, en un alto en una estación de servicio rutera, leía un correo
electrónico donde una chica de las que no paran contaba sobre lo difícil de no
poder planificar nada y creer que lo mejor ya pasó, sobre la angustia del no
disfrute y el agotamiento por no poder parar de pensar. Ayer reviví esa confesión
en un círculo de mujeres, mientras escuchaba las voces de mis compañeras hablar
de <i>“lo feo que está todo” </i>en una
ciudad que ha decidido revolverse en el hartazgo sin superarlo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Con
frecuencia en estos días me encuentro pensando en qué sigue cuando las mujeres
–antifrágiles por naturaleza- comenzamos a cuestionarnos las batallas sin cuartel,
preguntándonos en voz alta si acaso hay un siguiente Norte y cómo llegar a él
protegiendo lo que atesoramos, sean sueños, proyectos, personas o patrias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Estos son
los días en que ninguna duda tiene una respuesta cierta, aunque se hable mucho
de todo al mismo tiempo que de nada, y la reflexión sólo es una postura trivial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Guardo los diez
papelitos que me han traído hasta acá, le escribo un “gracias” al Comandante por
el consejo, e imagino que tal vez sea el aguante lo que nos eleva más allá de
las alarmas, de lo que se derrumba, del desorden y de lo incierto. De lo que no
podemos decidir sobre lo que nos pasa y de lo que decidimos sin reconocimiento.
De ese páramo donde lo antifrágil encuentra y recupera su fuerza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Tal vez esa
resiliencia sea una camuflada forma de esperanza, sostenida mientras avanzan
los <i>“después de todo” </i>que, aunque
suenen a condenas, serán pasos que forzosamente nos dejen en otro lugar donde acaso
sigamos preguntándonos si existe la victoria, siempre.<o:p></o:p></span></div>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-86679096701255122912014-01-02T16:47:00.000-03:002014-01-02T16:47:50.438-03:00Chubut y los otros<br />
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES-MX">“La Patria es el otro”</span></i><span lang="ES-MX"> es una de las frases que más me ha
gustado escuchar en los últimos tiempos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Contiene
mucho, dice lo que quiere decir, y en lo personal me identifica. La siento cercana:
mi patria son los otros y mi compromiso los tiene presentes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En la
Argentina que construimos, muchas veces avanzamos en la vía diaria escuchando y
viendo sinnúmero de mensajes que hablan de la patria <i>de</i> los otros, una equivocada y distorsionada según convenga, una
que pocas veces es la propia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Es el
eterno <i>“versus”</i>, es la lectura sobre
la <i>“persona supuestamente inteligente”</i>
que no está donde el analista de turno la esperaba, es la tribunalización de cualquier
cosa con bardeo <i>all-in</i>, es el anónimo
opinador y el llevador de agua para molinos, es el estigma de castas del <i>ser o no ser</i> del que muchos se han hecho
cultores y devotos, es el comunicador mercenario de su oficio…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Pasan los
años y como Patria es rara todavía la ocasión en la que nos abocamos a
construir en conjunto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No en
conjunto de un sector -lo que sería infinitamente más fácil aunque todavía
prueba ser un desafío- sino en conjunto como sociedad, como pueblo, como una
coincidencia en los principales destinos del mapa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Siempre hay
un <i>“pero” </i>del que cualquier referente,
dirigente, o agitador se vale para agigantar brechas. Desde el argumento fácil,
el blanco o negro simplón, hasta el insulto físico o la tergiversación <i>ad hoc</i>. Todo es válido y tal vez lo más
preocupante sea que todo es <i>igual</i> de
válido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En un
ejercicio que me autoimpongo desde hace años, escucho a todas las voces esté o
no de acuerdo. Tal vez los años de periodismo hacen de eso algo inevitable, tal
vez no. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Lo cierto
es que, superadas las ganas de escuchar solo lo amable al oído, es la única
forma en que el tablero completa todos los cuadros para poder ver realmente las
jugadas. Así, conocidos dirigentes quedan tocados o hacen agua, posturas que
parecen acorazados son solo pequeños barquitos entrampados en una coordenada, y
algunas batallas navales por el poder político se quedan en lo que son: un
simple reacomodamiento de ocasión o una trampa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Siempre en
esos tableros hay pequeños <i>quienes</i>
que avanzan como pueden, con sus acciones a cuesta y sus creencias como
banderas. Los barquitos de papel del Nano Serrat, bastante prescindentes de
todos los hilos invisibles que invariablemente los atraviesan. Así de nimios
también para movilizar agujas de cambios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En ese
tablero también está nuestro Chubut como parte de esa Nación tironeada: salpicado
por una cierta dosis de tensión reactiva que lo satura todo, desde las
declaraciones públicas hasta los ánimos ciudadanos, desde la memoria
archivística manipulada hasta el dato arrojado sin contexto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No
terminamos de entender en nuestra provincia como funciona el <i>otro</i> de la Patria. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Casi no le
hablamos desde las gestiones gubernamentales, apenas si lo reflejamos desde los
medios de comunicación cada día más cartelizados, y rara vez lo consideramos en
nuestra vereda a menos que esté envuelto en una bandera que consideremos
propia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">De nada sirve
en estos contextos el <i>bocarriver</i>
regionalista que ha sido un decadente habitué de los discursos políticos del
año que pasó. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Nunca demostró
su utilidad y no será ahora que, en un mundo que prospera con soluciones
colaborativas, descubramos que la pólvora del progreso es ir por la de uno.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Existe una alarmante,
amplia y hasta respaldada percepción sobre la denuncia de las injusticias: si
las gritamos bien alto y con aire de bravuconada, dejan de serlo. La realidad,
que es de amilanarse menos ante los gritos, demuestra que las asimetrías se
superan solo con trabajo y compromiso, y que la reparación –histórica o
contemporánea-, el reconocimiento justo y la superación de condicionantes nunca
son posibles en soledad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Debe
existir <i>el otro</i> como construcción colectiva
y parte activa de las transformaciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No existen
gestiones exitosas posibles si no se piensan desde el <i>otro</i>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No hay un solo
gobierno que pueda representar a un pueblo sin ese <i>otro </i>activo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No hay
futuro para nosotros sin pensarlo junto al <i>otro</i>,
arte y parte todo el tiempo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Sin el <i>otro</i> a bordo, como apoyo o disidencia,
no somos “así” ni chubutenses ni nada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cada
oportunidad perdida, cada gobierno municipal mal gestionado, cada decisión
política sin ton ni son, cada sordera elegida, cada imprevisión o fallo
apresurado son profecías autocumplidas del fracaso. Cada una de las decisiones
omitidas, los avances contados de a fragmentos y con frases hechas, y los
pecados abrazados como santidades constituyen muescas que marcan el ascenso a
la vez que anticipan las caídas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Año tras
año, gran parte de la dirigencia político-institucional y el poder económico de
la provincia han sabido ser langostas de los otros. Ahora la indignación es un
ejercicio simple, el rencor es fácil y la frustración de haber elevado a tal o
cual a un sillón con poder deslucido no tiene fondo. Pero en el mientras tanto,
todo tuvo sentido, connivencia y consenso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Poco nos
une, mucho nos enfrenta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El otro
Otro que vuelve por más. Aquel Otro eternamente contra todo y todos. El Otro
del Valle contra el Otro de Comodoro. Los Otros recién llegados frente a los
Otros dueños de la mesita de luz desde donde prenden y apagan todo. El Otro
culpable, el Otro no bueno, el Otro eterna víctima…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES-MX">“¿Quién fue tu señorita en el jardín de
infantes? ¿Drácula?”</span></i><span lang="ES-MX">,
solía preguntarse una amiga cuando el nivel de no adaptación social de algunos
supuestos adultos superaba toda su paciencia docente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">A veces,
cuando escucho a ciertos políticos y dirigentes sindicales chubutenses y los
veo accionar con avaricia de preescolares, me la formulo sin encontrar
respuesta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Con esa
mezquindad del poder viene la apatía ciudadana, con la decadencia urbana de
nuestras ciudades la frustración de quienes las habitan, con la intolerancia
vociferada por los representantes llega la impotencia de los representados. Entre
el desprecio a las voces que reclaman algo mejor y el rebencazo electoral del
enojo hay un paso. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No hay
construcción posible cuando la mentada <i>vox
populi</i> se usa como excusa de inacción o pase libre a la berretada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En Chubut
ya avanzamos hacia un 2015 de transmutación política revolviendo el caldero de
los miedos, las antinomias y el rencor rancio, con diálogos sectoriales basados
en el apriete legitimado con el barniz de la dignidad y neocandidatos sponsoreados.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Vamos hacia
los mismos errores, sin importar sellos partidarios ni ideologías, y nos
seguiremos preguntando quién piensa en el Otro o reclamándole a los gobiernos
las enterezas cívico-morales que no tenemos como sociedad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Es preciso
comprometernos como Otro y con los Otros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Tomar como
deber común la generación de espacios donde se supere la autocomplacencia de la
negación y dejemos de ver las revoluciones en blancos y negros, amigos y
enemigos, en el “anti” constante y sin tregua. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Transitamos
décadas de democracia sin ejercer los diálogos hasta el hartazgo, sin condenar
la violencia verbal como violencia y punto, sin entender que la construcción es
conjunta o no es, sin reconocer que la institucionalidad es una tarea ciudadana
y todos somos responsables.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Treinta
años después, desde mi ciudad gris y derruida, pienso que no hemos entendido
nada mientras repetíamos una fórmula vacía y hemos hecho todavía menos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Que los
esfuerzos enunciados sólo han quedado en eso, que las realidades descriptas
poco han cambiado, que somos pocos los que construimos y demasiados los
corrosivos crónicos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Treinta
años después, creo que aún no comprendimos que las Patrias son el otro, pero
también son de todos… o no son nada.<o:p></o:p></span></div>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-14408586267479972272013-08-15T22:41:00.000-03:002013-08-15T22:41:04.424-03:00Me gusta Ella<br />
<br />
Me gusta Ella.<br />
Me gusta que diga lo que quiera, sin esperar certificados de corrección política ni partidaria.<br />
Me gusta que no se calle nunca, que no se detenga.<br />
Me gusta que se vista como quiera. Que se peine, se maquille, se cuide y sea todo lo mujer que somos todas.<br />
Me gusta ese bancarse lo que decide hacer y no hacer.<br />
Me gusta esa forma que tiene, que logra que le corra a todo el mundo algo por la espalda cada vez que se planta frente a lo que cree.<br />
A los que la quieren, les mueve la emoción. A los que la odian, les crispa más que los nervios. Ella planta talón en tierra y no deja indiferentes.<br />
<br />
<i>“Tiene cosas que son muy de mina”</i>, me dijo alguien una noche y es cierto.<br />
¿Por qué debería ser de otra manera?<br />
<br />
Me gusta ver a los editorialistas forzados a mirarla con un cristal que no acostumbran, a los periodistas usando palabras que le dedicarían a sus mujeres más que a un hombre con su rango, a los comentaristas tratarla de cualquier cosa menos de persona.<br />
Me gusta que les mueva tanto el registro de objetividad que no encuentren un lugar para Ella en esa escala.<br />
<br />
Me gusta verla no acusar recibo de insultos y burlas, y también devolver los golpes. Derecho y sin guantes, esgrimiendo palabras y gestos como dardos.<br />
<br />
<i>Soberbia. Mal educada. Gritona. Mandona. Histérica. Desequilibrada. Débil. Influenciable. Inestable. Desquiciada. Rompe. Bipolar. Desubicada. Ignorante. Mal asesorada.</i><br />
Si trato de recordar a algún Él que haya recibido todas esas “atenciones” de sus contemporáneos, no encuentro un nombre en las décadas que puedo abarcar por uso de razón.<br />
Y ahí se planta Ella. Sabiendo todo eso que se dice, rosquea y escribe.<br />
<br />
<br />
¿Cuánto <i>bardeo</i> aceptamos algunas mujeres de esta sociedad argentina que sigue siendo profunda y cruelmente machista?<br />
Y es más, ¿en nombre de qué deuda o deber lo seguimos avalando y soportando en dosis diaria?<br />
Al menos para mí es claro desde hace ya un tiempo que este tratamiento hacia Ella no es solo mero disenso u oposición política. Se arraiga, justifica y nutre en una napa mucho más profunda.<br />
<br />
Es un periodismo que no termina de encontrar un registro de comunicación acorde con el cambio de género en el ejercicio del poder.<br />
Es un arco político y sindical que no concibe el liderazgo con otro código sentado a la mesa.<br />
Es una sociedad que lo admite sin frenarlo ni juzgarlo, que lo acepta y hasta lo expresa como propio.<br />
Es todavía una violencia de género que se agazapa en formas más sutiles, las pasivas-agresivas, las socialmente aceptadas, las toleradas y hasta defendidas como bastiones de tradicionalismo.<br />
<br />
Hoy leo expresiones de una reconocida política y siento que el mito urbano que dice que las mujeres somos lobas de nuestras congéneres es realmente cierto. Eso nunca cesa de asombrarme y entristecerme.<br />
<i>Total es Ella y no nosotras</i>, ¿pensarán acaso?<br />
Ella se destaca y ese es su peor pecado. Como antídoto purista, para muchos y muchas se convierte entonces en solo una figura casi despersonalizada y sin nombre propio. Una cosa, un ente, un alguien que no es.<br />
No es <i>mi vieja</i>, <i>mi mujer</i>, <i>mi hermana</i>, <i>mi amiga</i>, <i>mi compañera de trabajo</i>, <i>alguien que conozco</i>.<br />
Ella pareciera no tener familia, ni amigos, ni personas que la quieren.<br />
Ella no merecería cuestionamientos populares con inteligencia o elaborados, solo simplismos burlescos.<br />
Las mujeres convivimos todos los días con este hábitat de mesas chicas, círculos cerrados, acuerdos tácitos y <i>Fútbol 5</i>. Las políticas, mucho más y aún con peor suerte.<br />
Sería necio creer y afirmar que Ella es la única maltratada. Sin embargo, para muchas es más simple aporrearla a Ella que enfrentar a los abusadores de sus propios ruedos.<br />
Al fin y al cabo, su pecado es demasiado para cualquiera y en Ella expiamos los nuestros como género.<br />
<br />
<br />
Hace unos meses el escritor español Arturo Pérez Reverte twitteaba sobre una estudiante de Valencia detenida en una manifestación: <i>“Me gusta que, con razón o sin ella (a ver quién la tiene, en este perro pifostio), haya chicas valientes que salen a que les rompan la cara.”</i><br />
<br />
Ella es una chica valiente que sale a lo que venga, como muchas cada día.<br />
Razón, ¿quién puede decir si la tiene o no en muchos ruedos de esta Argentina revuelta?.<br />
<i>“Ni santa ni perfecta”</i>, la escuché decir hace un año sobre otra Ella que aún hoy corre su misma suerte.<br />
<br />
<br />
Me <i>desindigno</i> pensando que “las cosas de hombres” cada día existen menos como exclusivas, mientras leo cómo las voceras del <i>este-no-es-tu-lugar</i> cosechan el repudio que siembran.<br />
<br />
Me gusta Ella porque tengo la esperanza de que su impronta de mujer política tarde mucho tiempo en diluirse.<br />
Me gusta porque la pienso como una huella irreverente y brava.<br />
Una que me ayudará a contarle a mi hija que una mujer puede plantarse frente al mundo desde el lugar que elige y no necesita avales ni certezas para hacerlo.<br />
Esa que le demostrará que no hay que soportar la reprobación, de hombre o mujer alguno, en nombre de ningún supuesto bienestar.<br />
<br />
Me anima saber que representará una de esas lecciones que valen una vida, como las de todas las mujeres que avanzan como Ella. Les guste o no les guste Ella.<br />
<br />
<br />
<br />
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-57513428062553284392013-05-03T23:43:00.002-03:002013-05-04T00:12:53.461-03:00Las manos limpias<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Desde 1999
he sido una militante del periodismo digital contra incrédulos, desprevenidos y
<i>“quinteros”</i> del 1.0. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Durante más
de 10 años pasé por producciones, micrófonos y letras, siguiendo el paso
redoblado de imaginar, armar, crear, imponer (o no), salir, cambiar, y todo de
nuevo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Un día me
pasó que me quebraron, me cansé, y de repente dejó de tener sentido el esfuerzo.
Decidí replegarme, de a ratos habité este espacio y solo asomé la nariz en los
ruedos a los que me invitaron. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cuando
escribí uno de los últimos <i>posts</i>, intercambiamos <i>mails</i> con uno de esos colegas
generosos y únicos que he tenido la suerte de encontrar. Él también me contaba
de su desahucio, de las pocas ganas de hacer el intento de relatar tal vez algo
de lo mucho que todavía pasa. Pensé entonces si no sería propio de la época antes que personal, aunque lo dejé pasar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Lo cierto
es que hoy hace ya un año largo que, a excepción de estas columnas, veo subir y
bajar la marea periodística desde otro lado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Mientras
todo pasó, pasó de todo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Desde
aquella primicia nacional, gracias a la lectura diligente de cables por Internet
mientras la ley mandaba leer los diarios de ayer, hasta el portal regional que
fue pionero en la Patagonia y actualizaba de madrugada envuelta
en frazadas porque la estufa no podía contra el frío, con una inestable conexión
<i>dial-up</i> conspirando sin pausa. Estuvo esa entrevista con una sobreviviente de
Auschwitz, robada en una tarde de café y atesorada en mi viejo grabador de
cinta, y la noche parada en un piquete conociendo los <i>por qués</i> que siempre existen detrás de un trabajador que protesta. </span>También, ese
diario quincenal gratuito que solo tuvo tres o cuatro ediciones impresas, y la
agencia digital de noticias de la radio más escuchada con un formato de
actualización tan imposible como resistencia tuvo el proyecto.</div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Han pasado
muchas corrientes bajo mi barquito de papel<i>
serratiano</i> y siempre he tenido una debilidad recurrente por <i>eso que vendrá</i> en la forma de contarnos
las cosas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Uno de los
síntomas de esa flaqueza es la atracción especial que siento por los foros, esa
herramienta que al principio había que crear afuera para poder insertar en las
<i>webs</i> “a leña” y ahora es natural gracias a la interacción entre medios y redes
sociales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En este
placer culposo, uno de los grandes diarios nacionales fue siempre mi foro
mimado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No sé si
todos tenemos uno, pero me animo a creer que existen esos espacios de
interacción –virtual o no- que siempre re-visitamos para saber dónde está el
ruido en el mundo que nos rodea. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cuando
aquel medio inició su faz de participación, uno debía realizar un registro
exhaustivo y valía la pena porque el nivel de intercambio era edificante. Eran
las épocas <i>pre-troll</i>, claro, en las
que casi todos los usuarios registrados tenían un nombre real y una cara en el
avatar, y plantear una opinión divergente no era excusa para desatar el<i> bullying</i> más bajo y furioso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Aún hoy,
cuando ese mismo foro ha perdido casi todo vestigio de debate constructivo e
intercambio en buenos términos, sigo acudiendo a él como parándome ante la
vidriera de una <i>Tiffany’s</i> de sociedad contemporánea. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Esta mañana
leía un artículo en otro medio. Al pie del mismo, otros lectores participaban
vía <i>Facebook</i>. Decir que repasar muchas de esas entradas horroriza,
es poco. Las expresiones de violencia, de discriminación y desprecio por la
diferencia, de anulación hacia el que piensa distinto, de odio casi en estado
puro, son de uso común.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Demás está
decir que esta situación no queda tan lejos del diario digital de cualquier
ciudad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Días atrás me encontré una nota de opinión con una línea al pie que decía: <i>“foro cerrado a comentarios a pedido del autor”.</i> Tal vez algunos ya
comienzan a entender. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En los
últimos años, los multimedios han sido astutos en permitir o frenar esta marea de
participación como forma de editorializar y bajar líneas que costarían
demasiado a través de un artículo o entrevista formales, avalados por la empresa. Para ello, ha sido todo un hallazgo encontrarle una utilidad más allá de la política a la expresión </span><i><span lang="ES-MX">"Vox populi, vox Dei"</span></i><span lang="ES-MX"> y las manos limpias entonces garantizan que ciertas
ventanillas continuarán habilitadas, acaso con una mayor recompensa.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Desde hace tiempo
creo que el periodismo argentino se debe su 2001, que lo plante frente a
sí mismo y lo obligue a revisiones éticas, autocríticas y reflexiones. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No solo
un sector del periodismo, el cual variaría según la tribuna habitada. El
periodismo como oficio, el medio de comunicación como instrumento, la empresa
periodística como capital y como servicio público, y los periodistas como
engranajes de todo: el oficio, el medio, la empresa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La libertad
de expresión no solo es un derecho: es una responsabilidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En su
amplia mayoría los medios argentinos aún no lo comprenden aunque lo usan a su
favor, aduciendo fines superiores con inocencia eterna. La mugre provendrá
entonces de las expresiones de una sociedad que no necesita más que campos
abiertos y una planificada ausencia de moros en la costa para hundirse en sus
grietas. De ellas, sin dudas, no serán los medios los que la saquen.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La libertad
de prensa no es solo un derecho: es un deber. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">¿Cuántos
son realmente los que pueden enarbolar esta bandera? ¿Cuántos aquellos que se
paran en el ejercicio de una <i>“prensa
libre, pluralista e independiente” </i>y la reconocen como <i>“un componente esencial de toda sociedad democrática”</i>, pero <i>de veras, de veritas </i>y no según los deje
el recorrido cerca de sus cuentas?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En nuestro
país existe la libertad. La de expresión y la de prensa. Y también, a la par, domina
el libertinaje. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span lang="ES-MX">“Los periodistas nunca debieran ser confundidos
con los medios que los contienen”,</span></i><span lang="ES-MX"> reza una postura por ahí. La creo. Pero también creo que ningún
periodista debiera tener que trabajar en un medio que no respeta los principios
éticos de su profesión y violenta sus derechos fundamentales. </span><br />
<span lang="ES-MX">También creo que muchos
medios que se arrogan denunciar atentados a la libertad de prensa hacen un uso
indecente de esa advocación. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Veo la
aparición de blogs, perfiles de redes sociales, radios comunitarias y sitios
nuevos como una resistencia a ese <i>“alineate
o andate”</i>, y eso también me gusta. Resta por ver si esas formas surgentes
no tienen la misma cara detrás de otro maquillaje. Ahora como entonces, supongo
que habrá de todo y estará en nosotros –usuarios, beneficiarios y partícipes de
esas libertades de prensa y expresión- hacer la diferencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Casi 15
años después del primer paso sigo siendo una creyente del periodismo digital. Con toda su marcha de resistencia al hombro y sus nuevas formas de llegar y
reencontrarnos en otros foros: en los comentarios, en los <i>compartir</i>, en los <i>me
gusta</i> y en los <i>faveos</i>, en las menciones y las respuestas, e incluso en los
bloqueos y otras formas de trazar líneas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Sigo
confiando en que, si leemos suficiente de todo lo que podamos, tendremos una
escena más completa, seremos mejores ciudadanos, y educaremos para sostener y fortalecer esa diversidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Sigo
creyendo que el periodismo es un oficio noble, le pese a quien le pese, y
digitalizarlo ha sido otorgarle un salvoconducto de sí mismo aunque durante
mucho tiempo haya sido a su pesar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><br /></span>
<span lang="ES-MX">Tal vez sea a ese <i>periodismo refugiado</i> al que le toque una nueva forma de contar. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><br /></span></div>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-59203774981400003002013-02-04T23:35:00.000-03:002013-02-04T23:35:01.288-03:00Luchar por Chubut<br />
Las elecciones legislativas de este año tienen para Chubut un condimento aún más interesante que la traición: las postrimerías del rencor.<br />
A los que estén por apuntar que eso es territorio femenino, puedo concederles que la venganza lo es, pero el rencor es charco donde son los hombres quienes se enlodan con paciencia y deleite.<br />
En este barro los nombres son más que conocidos. Protagonizaron el circo romano del 2011, algunos en todo su esplendor desde la arena y otros silbando bajito desde las gradas.<br />
Martín y Carlos. Norberto y Néstor. Gustavo y Javier, tal vez.<br />
Sur y Norte. Norte y Sur. Debate fútil pero actual.<br />
Y Mario, claro, el omnipresente Mario.<br />
<br />
<br />
<i>“No quiero que nos convirtamos en una provincia llena de miedo, crimen y violencia”</i>, decía quien casi dos años después de disputar la gobernación hasta en complementarias se convertirá en el hombre fuerte del gobierno provincial.<br />
<br />
El ingreso de Carlos Eliceche a la gestión de Martín Buzzi, tras un paso más que discreto por su banca de diputado nacional, todavía no ha mostrado la telaraña invisible que justifica la trama.<br />
Más que bienvenido por muchos, hará pie en ese bastión que era dasnevista hasta que se transversalizó en kirchnerista, procuró germinar en buzzista y se entrampó en su propio frasco.<br />
<br />
¿Cómo se llega desde un gobierno pensado para la continuidad a una coalición por necesidad?<br />
Es pecado del peronismo en sí, más que de una oposición activa.<br />
Con un radicalismo todavía sin brújula para establecer su propio norte, el <i>buzzismo</i> quedó preso de desventuras, aciertos mal llevados, y tira-y-aflojes de la interna que su paso fundacional originó.<br />
El apoyo comodorense nunca fue ni definitivo ni incondicional y el desprecio de la ortodoxia del poder valletano terminó siendo un collar de ahorque ante la inexperiencia. Tampoco ayudó la impronta dejada por algunos de los funcionarios <i>“made in casa”</i> más visibles, que dio por tierra el esfuerzo de otros que sí estuvieron por sobre el listón que el desafío reclamaba. Pero todo esto ya ha sido señalado, sin considerar a ningún otro actor que tal vez el <i>mackarthysmo</i> influyendo en el delicado equilibrio de ese ecosistema.<br />
<br />
Eliceche asume este viernes corriendo riesgos aunque consolidando lo que resulta innegable: ya sea desde el <i>yahuarismo</i> puro, desde las huestes del <i>salismo</i> que nunca desapareció o desde aquel Nuevo Espacio que persiste para mantener algunos tantos en claro, el poder sigue mutando donde vivió siempre.<br />
<br />
El análisis podría demostrar que el ingreso del FPV a la gestión buzzista se inició hace muchos meses, pero ninguna incorporación generó en las filas K esta certeza de por fin haber llegado.<br />
Restará ver la reacción del díscolo Sur, que aún no resuelve ni se hace mucho cargo de haber puesto a <i>“uno de los hijos de la ciudad”</i> en Fontana 50 con tan poca proyección planificada, como tampoco de la brecha que cavó en plena campaña K del 2011 al cesar en su apoyo activo al entonces candidato propio.<br />
El rencor por las viejas alianzas –las oficiales y las no tanto- y las aprensiones por los nuevos escenarios son terreno para otro enfoque, aunque algunas voces del <i>yahuarismo</i> ya han dejado entrever que su memoria es más larga que la que ejercen algunos distraídos <i>ad hoc</i>.<br />
<br />
<i>“Trabajar por nuestra provincia no significa pelearse: significa hablar, entenderse, planificar”</i>, postulaba Eliceche en el opaco spot de campaña filmado en Puerto Madryn un día gris cualquiera.<br />
Entre la ironía y la coincidencia, no son pocos los dirigentes kirchneristas y no tanto que vienen clamando lo mismo en mesas de cafés desesperanzados hace más que muchos meses. En las últimas semanas, cuando el rumor se convirtió en paso cierto, fue la Intendenta de Rawson la que sacó el descontento a la luz dando la cara.<br />
<br />
Si el tándem Eliceche-Ika Martínez funciona, en base al vínculo de amistad y militancia compartida, será también para observar cómo digerirá este bocado el trizado bloque FPV de la Legislatura. ¿Existirá finalmente una sintonía Ejecutivo-Legislativo que no pudo crearse desde diciembre de 2011? Y de ser así, ¿significará esto un nuevo frente abierto con el dueño de casa?<br />
<br />
<br />
Hay territorios sin embargo donde toda apuesta es póstuma y los márgenes de maniobra son cada día más limitados.<br />
La provincia del miedo, el crimen y la violencia ya está acá.<br />
La vivimos, la sufrimos, la padecemos. Somos testigos de su barranca abajo toda vez que entramos y salimos de nuestras casas con temor, somos víctimas de un delito o destinatarios de la violencia cotidiana.<br />
Todos sabemos que luchar por algo no significa pelearse, y también reconocemos con impotencia que las soluciones urgentes se empantanan por la inacción que -con despreocupación de estudiantina- se permite distraerse de todo, incluso entre semana.<br />
<br />
La designación de Eliceche es una más en el esquema de entradas y salidas a los que la actual gestión nos tiene acostumbrados. En sí misma, no es ni buena ni mala. El problema que conlleva tiene que ver con las expectativas puestas en ella.<br />
¿Sería muy errado suponer que todos esperan de Carlos Eliceche un <i>“Gobernador a cargo”</i>?<br />
Las declaraciones en torno a su desembarco bastante se parecen a ese deseo peligroso. La invocación del <i>“volumen político”</i> -la frase <i>“in”</i> del verano- señalaría en esa dirección. Incluso las críticas elevadas desde el <i>dasnevismo</i>, que lo identifican como un virtual <i>“interventor federal”</i>, le asignan a su figura dos pesos implícitos: ser el garante del Modelo Nacional y Popular en la gestión provincial, y tener el apoyo nacional para ejecutar esa garantía puertas adentro de Fontana 50.<br />
<br />
<br />
Veo de nuevo el video archivado y escucho al locutor decirme: <i>“…porque sabe que luchar por Chubut no significa pelearse”</i>.<br />
La gran pregunta es: ¿sabrá él qué lucha por Chubut llevar adelante y a cuál renunciar a tiempo en beneficio de todos?<br />
<br />
Con respuestas inciertas según la agenda imperante, el gran problema de Carlos Eliceche termina siendo el mismo que ha enfrentado Martín Buzzi: cómo hacer y relatar una gestión que lo encuentre junto a su pueblo, lejos de los rencores sostenidos y las memorias recurrentes.<br />
<br />
Luchar por Chubut es cuestión de compromiso, el verdadero asunto es ganársela.<br />
<br />
<div>
<br /></div>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-76290528907423512752012-12-06T20:19:00.000-03:002012-12-06T20:19:48.185-03:00Los idus esquivos<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La primera
vez que escribí sobre él se miraba en un espejo y era otro hombre común. Un
amigo me lo recuerda desde que empecé a pensar esta columna.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cuatro años
y uno más desde entonces...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hoy sigue
siendo aquel hombre y busca otros reflejos. Como no podía ser de otra manera
para el enigma político que todavía representa, los que encuentra le son casi
siempre incompletos y extraños.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Sería
simplista reducirlo a las categorías entre lapidarias y encantadoras que
ofrecen en privado quienes comparten el ruedo con él. Y en política, como en
muchas otras áreas, nada es tan simple ni tan lineal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Intento
escapar a la descripción de la imagen en sí, que es en esencia la misma de por
aquel entonces, aunque los escenarios sean otros y los tableros hayan
incorporado nuevos peones. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Los
conflictos internos y públicos siguen siendo guerras de intereses. Los futuros
numerados continúan el sueño de las ambiciones más que de las realidades
posibles. Los popes partidarios siguen siendo popes y los militantes, aunque
ahora mucho más visibles, aún no logran hacer pie tras las puertas cerradas de
los concilios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">De su
nombre siempre se recordará, primero y ante todos sus posibles logros, su
traición.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">A sí mismo,
a sus pares, a su mentor, a su promesa, a su militancia, a quién sabe qué más y
en qué extensión. Este es un espejo que cada tanto muestra fantasmas que juran
venganzas, auguran destrucciones y el corte de la soga que sostiene vaya uno a
saber qué contrapesos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Un año
después, no lo ha amparado la lógica que señala que nadie con un esquema
político integral tan complejo podría haber elegido otro destino que no fuera
el acercamiento. La realidad indica que las resistencias eran patrimonio de los
que ya estaban pisando la arena con su propia danza, no para los recién
llegados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Quizás en
el segundo círculo de memoria quede su procedencia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Lo que
parecía un regreso con gloria se ha tornado preocupante para una ciudad que
quiso estar en el centro de un poder que no supo cortejar ni absorber en sus
modos, como tampoco formar a su dirigencia para ser la protagonista de
su tiempo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Largo es el
desprecio sobre su figura como corta la memoria sobre los hechos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Nada se dirá
de los propios -y más leales- que fueron sacrificados para que el elegido
hiciera pie en ese podio. Poco se señalará sobre las presencias que marcan con
nombre de antecesores los cuartos, terceros, y hasta cercanos segundos anillos
del poder provincial. Nadie quiere recordar que él era la foto del poster de la
renovación y el regreso que mucho se esperaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Él es parte
de los dirigentes que debían superar a los anquilosados. Aquellos que
estudiaron para aprender a ser y hacer mejor. Los licenciados, los doctores,
los 100% no pelotudos. Desde lo generacional, <i>“uno de los nuestros”.</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hoy, entre
las expectativas y las decepciones, el perfil político dirigencial de una
ciudad pierde su prestigio ante cada tropezón que sí es caída y cada puerta
marcada a la que no atinan con la llave.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Al mismo
tiempo, es una provincia entera la que retrocede bajo la sombra de esta ciudad
enojada consigo misma, pero a su vez no le perdona la torpeza de llegar sin saber cómo ni con
quiénes, enfrentándose a un todo que no comprende ni controla. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Increíble
es escuchar como voceros de esa avanzada a personajes improvisados, sin más
soporte que un <i>“-ismo”</i> reciente y
marketineado. Igual de inverosímil es verlos desgranar lo peor de su ideología
política, embanderarla en un proyecto al que han sido por práctica ajenos, y enrollar
sus paracaídas con la sonrisa del que se sabe poseedor de una parte de la
quinta-botín y un salvoconducto en el momento indicado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Como antes,
como siempre, el karma de<i> malelegir</i>
voceros se sostiene y arrastra como un pecado original nunca renunciado. Tras
él, las voces nuevas y con propuestas más válidas languidecen y se desdibujan,
y con ellas la esperanza de que el cambio impere por sobre el <i>status quo </i>sureño.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Así la
ciudad pierde a sus mejores, que van cayendo del tablero empujados por codazos
de los círculos más internos y enquistados o se salen por elección propia y de
puro fastidio. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Así se
asiste sin remedio al regreso del mohoso discurso regionalista que, lejos de
ser reparatorio, nos hunde aún más en un resentimiento agitado sin sentido y denso
de superar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En el
tercer pliegue del recuerdo quizás quede entonces el eterno “<i>quiso y no supo”</i>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Me niego
ahora -como desde hace años- a asignarle a la estupidez o la incompetencia llana
este escalón. Por lo tanto, esta es la parte donde los amigos me llaman y me
dicen que sigo equivocada, que defiendo lo indefendible, y la ola de los <i>“porque fijate…” </i>invariablemente me usa
de costa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No me importa:
creo firmemente que los visionarios también cometen el error de no saber elegir
a los ejecutores, a su círculo de asesores, a sus detractores a escuchar, a las
batallas que ganarán y a las que les servirá perder. Y es con y por ese error,
con ese desacierto reiterado y sostenido como falsa virtud, que sus visiones
desaparecen.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Mientras
tanto no todo yerro es tal ni toda acción carece de ánimo constructivo, es solo
que siempre hay alguien dispuesto a tomar lo peor e imponerlo, y otro lo
suficientemente callado para enredar los hilos por detrás y a su favor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Los que no
respetaron nunca en profundidad el espejo de pluralidad que pule para sí cada
democracia son los mismos que muchas veces tergiversan las intenciones, tuercen
las palabras y hacen de cada acción un mojón para el olvido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Eso habla
de todos como sociedad, no exclusivamente de él. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Pero
vivimos en estos extraños tiempos en los que los representantes concentran y
expían las culpas de los representados, que quedan así ligeros de civismo y
ausentes de compromiso para con las acciones reparadoras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Es claro
que no ayudan los enfrentamientos a destiempo, la terquedad en agitar sábanas
como fantasmas y fantasmas como realidades, los rencores absurdos, los
blindajes incorrectos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">De seguro
existirán más memorias. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Las
chicanas fáciles, los dichos fugaces, las actitudes desfasadas, los traspiés
tontos y persistentes. Memorias de autorías más ajenas que propias, tal vez. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">También
deambularán por allí los posicionamientos ganados, los amparos y acuerdos, las
que salieron y pocos vieron, las que se salvaron sobre la línea y no se
entendió.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En la
ecuación, él seguirá siendo un factor incierto y el resultado aquellos días de buenos augurios que no terminan de llegar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">De la frialdad
de los números de lecturas caprichosas se desprende una cierta desilusión que
lo envuelve. Siempre ha sido así con las expectativas que se sostienen hacia lo
que no se comprende del todo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Nunca pude
ponerle una etiqueta que lo describiera con exactitud. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Nunca logré
definirlo en una frase, ni siquiera cuando hoy me apuran en las sobremesas políticas
y encuentros casuales con la pregunta <i>“¿y
qué tal anda el nuevo?”</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Las charlas
se hacen largas, el abanico se despliega y el paneo de respuesta nunca cierra. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Unos días
más y ya serán 365. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Todavía hoy
ese hombre se mira en su espejo. Del otro lado, todos lo miramos a él… acaso coincidiendo
en la espera de esos <i>idus</i> esquivos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-89269114416779646962012-10-22T17:49:00.000-03:002012-10-22T17:49:57.190-03:00Gritos sagrados<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En estos
días cumpliría 13 años en el oficio del periodismo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Por
momentos más activa, por otros al borde del retiro permanente, estos tiempos
los vivo desde un margen que amenaza con quedar fijo entre un antes y un después.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">2012 es un
gran año para ser periodista. En mi caso, para haberlo sido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hace unos
días me reencontraba con alguien con quien compartí aire cuando yo recién
empezaba en la profesión y él estaba ya en un lugar de privilegio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El presente
lo encuentra en el centro de la gran batalla de los medios de comunicación de la
Argentina, que no es una relacionada con santos oficios y altruismos, sino con
profundos intereses corporativos a la vez que culturales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Mirándolo
en ese lugar pensaba en el enorme paso que representa el hecho de que un
periodista del interior esté en esa vanguardia. Y es que esta lid no es ni más
ni menos que también un último golpe al unitarismo aún vigente en nuestro país.
Si corremos las tirrias de la escena, esta es la más federal de las batallas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cuando me
puse por primera vez <i>“de aquel lado”</i>, fue frente a un micrófono de una radio
pequeña a medio camino del fin del mundo. Era 1999. Unos meses antes había
iniciado la tarea silente de la producción periodística. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Mucho ha
pasado desde entonces. Pocas de las radios en las que trabajé han sobrevivido
al paso de los años, otras han sido fusionadas en multimedios –inexistentes al
inicio del camino- y tras ellas han ido de salida varios de los buenos profesionales
con los que compartí el aire y el ruedo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">A través de
los años he estado en contacto y formando parte del proyecto de muchos medios
que han ido surgiendo, apagándose y fusionándose en pos de tener una porción
más de la voz pública: escrita, oral, visual, y últimamente también digital.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Volviendo
la vista atrás están el portal de noticias que nació mucho antes de su tiempo
correcto, el diario de distribución gratuita que se transformó en demasiado
caro de editar, los ensayos multimediales que vieron la luz y se perdieron sin
horizontes claros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Puedo decir
entonces sin temor al error que los medios de comunicación son, ante todo,
empresas. Los dirija o sostenga un sindicato, un político, un grupo de amigos o
un inversor privado. Fuera de esa lógica, en la que por supuesto impera el
capital, están aquellos medios que difunden desde señales comunitarias,
universitarias o de asociaciones civiles. Su tambor es otro, su camino suele
ocurrir que también.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En general,
las reglas de juego pocas veces están relacionadas con algo tan superior como
el bienestar de la ciudadanía, el interés público o el fortalecimiento
ciudadano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Mi último
año frente a un micrófono fue la prueba de que se puede caer en todas las malas
del sistema de medios y que aún así es posible mantener una agenda que ponga en
un escaparate real o virtual a las voces mínimas que se elige rescatar del
silencio. Y si una persona puede, imaginemos todo lo que visibilizaría un
espacio creado desde el inicio con tal fin y concebido fuera de las condiciones
del <i>“sistema”</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">He
trabajado bajo gobiernos radicales y peronistas. En medios independientes,
oficialistas y opositores. En los más y en los apenas visibles. Con presiones,
sin presiones. Con agenda libre y, en muy contadas ocasiones, con agenda
delimitada. Reconocida, ignorada o en lista negra. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Los mismos
modos, las mismas mañas, han sido transversales. Y siempre hubo una forma para
hacer y permanecer leal a uno mismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Es
exagerado determinar que en Argentina no se puede hacer oposición. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cada día,
cientos de voces –institucionalizadas o no- se oponen a algo y lo hacen saber
por todas las vías a su alcance. O casi todas: son todavía muy pocas las que
convergen en espacios de participación para realmente construir en pos de algo,
esos lugares donde realmente el cambio se plasma en concreciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Es extremo
creer que en Argentina hay periodistas obligados a callar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La primera
censura es la autocensura, y es eso lo único cierto. No es fácil y no es cómodo
sostener la voz, pero la obligación de callar no existe.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Es extremo
porque siempre hay una opción. Salirse o quedarse, callar o denunciar, buscar
la manera de preservar el oficio. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hay muchos
que lo han hecho, a costa de su bienestar personal y familiar, como hay muchos
que eligen quedarse y lucrar con el sistema. Como ocurre en cualquier trabajo,
aunque en este hay una responsabilidad pública hacia quien está escuchando,
leyendo, mirando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La épica de
la censura solo es una fábula en un mundo en que el periodismo digital no
reconoce patrias, fronteras ni límites más que los tecnológicos, con una
audiencia siempre conectada a la que se llega sin intermediarios.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Más allá de
la coyuntura que nos devora por estos días, hoy el mundo se encarga de echar en
el olvido a las corporaciones mediáticas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Para un
buen observador del ruedo, ya se asemejan a <i>Goliats</i> cascoteados,
contorsionándose en la caída en el intento por desacelerarla. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Un tweet
viralizado tiene más credibilidad que miles de diarios de primera línea. Un
blog muestra costados de realidad que los grandes medios ignoran por
conveniencia. Un video le pone caras y contenido a protestas sociales de las
que nadie habla. Un diario publicado en la web tiene más difusión de la que
nunca ha tenido su versión impresa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">¿Cuándo fue
la última vez que descubrieron una radio que no fuera la más escuchada del
país? Hoy cientos de radios argentinas se escuchan online, amplificando las
voces de un espectro al todo, llevando esos relatos a cualquier lugar del
mundo. Está en nosotros buscarlas y elegirlas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La historia
ya no es como nos la cuentan tres o cuatro y hoy es una realidad cotidiana
aquello de elegir nuestra propia aventura. La historia es más parecida a la que
vivimos, a la que construimos nosotros, con nuestras voces y espacios elegidos
y recomendados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Desde el
primer momento en que el periodismo ciudadano entró en escena, el periodismo tradicional
perdió el pie. Se lo llevó la ola y con él empezaron los primeros manotazos de
ahogado de las corporaciones que se erigen en su entorno. Y en esa corriente
siguen hoy, en estos días en los que tótems como <i>Newsweek</i> anuncian que ya no
tendrán un soporte papel, o cuando a tres años de la nueva Ley de Medios se
abren radios pequeñas en comunidades originarias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En este
contexto, la locura no es obligar a un multimedios a cumplir una ley escrita,
debatida, sancionada y promulgada en democracia. La locura es que un
multimedios quiera aferrarse a una ley que ya no existe, arrastrando a toda una
sociedad en la carrera, y en nombre de un poder de <i>“contar la historia”</i> que ya
no es tal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En el medio
de esta puja, ese peligro que aún vive agazapado en lo profundo de la
conciencia colectiva argentina encuentra caldo para cultivarse: creer que solo
es democracia lo que me parece y el resto, la disidencia, es dictadura o merece
la aniquilación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No vivimos
en una dictadura. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Vivimos en
una democracia que elegimos y sostenemos cada día. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cada dos
años votamos representantes de nuestra voluntad popular y, aún cuando ganen los
que no votamos, esto sigue siendo una democracia porque nuestra participación
así lo garantiza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Tenemos
acceso constitucional a herramientas que rara vez utilizamos: audiencias
públicas sin inscriptos, bancas del pueblo que no ocupa nadie, legisladores a
los que no reclamamos ninguna acción. Tenemos deberes cívicos que no cumplimos
si no nos pesan como obligación, y a veces ni siquiera así.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Como
sociedad ya no somos aquellos temerosos y pasivos que vieron nacer esta etapa.
Hoy, en el minuto-a-minuto de cada día, los actos de la administración pública
reciben un <i>feedback</i> inmediato. Mientras se realizan los anuncios de rumbos
institucionales, políticas públicas, obras y posicionamientos podemos
comentarlos, compartirlos, oponernos, y organizarnos para acompañar o militar
para un cambio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Los
partidos políticos tienen pleno y libre ejercicio en todo el país. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Nadie se sienta
en los fondos de una jabonería de Vieytes a hablar de una libertad soñada y
prohibida, y compartir textos contrabandeados que podrían costarles la vida.
Quienes han abrazado la actividad política recorren pueblos y ciudades, se
reúnen a la vista de todos en casas, vecinales o sedes partidarias. Lo hacen
público, como pública es la actividad, y comparten los textos de sus ideas
convertidos en links, <i>.pdfs</i>, videos y el viejo mano-a-mano. Hasta las reuniones
de mesa chica de los dirigentes partidarios, otrora en el límite mítico de lo
nunca confirmado, ahora apenas tienen forma de no ser públicas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Esta es
cada día una celebración, o debiera serlo, de esta vida democrática que se
fortalece.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">¿Qué dice
de nosotros como sociedad democrática que consideremos más allá de una ley a
los medios de comunicación, empresas al fin, y enunciemos que vivimos bajo una
dictadura?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">¿Qué dice
de los partidos políticos de este sistema democrático cuyo silencio avala esa
categorización?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">¿Qué dice
de los gobiernos democráticamente elegidos esa <i>vox</i> impuesta como <i>populi</i> con
ingeniería de marketing y no refutada con firmeza?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">He conocido
a muchos buenos periodistas en estos 13 años y, gracias a este <i>métiér</i>, también
he conocido a buenos políticos y buenos ciudadanos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Con placer,
hoy veo a varios hacerse su camino desde sus propios medios y vías de contacto,
fuera del corset impuesto por <i>status quo</i> que no les permiten firmar lo que
escriben, vocear sus opiniones, plantarse en sus convicciones, arengar a sus
tropas, despertar conciencias. Ellos ya eligieron su forma de comunicación en
democracia. ¿Cuál es la de aquellos que adosan con liviandad etiquetas de
“dictadura”?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El 10 de
diciembre de 1983 un buen hombre les dijo a otros hombres y mujeres elegidos
por este mismo pueblo en el Congreso de la Nación: <i>"Vamos a vivir en libertad. De eso no quepa duda".</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Eran días
inciertos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hoy, casi
30 años después, elijo creer que por la libertad se pelea con cuerpo y alma,
con mente y espíritu, y entender que no hay un solo día por perder y que las
batallas que nos tocan en este tiempo son culturales, cívicas y federales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No porque
así lo determine un gobierno, sino porque es el paso siguiente en la
construcción de nuestra democracia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Por obra y
entrega de quienes nos precedieron, no vivimos bajo una dictadura. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Elegimos un
gobierno que, votado por una mayoría, es el que aceptamos todos como nuestro. El
que <i>debemos</i> aceptar todos como
nuestro o nunca tendremos el país que pregonamos anhelar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Es con ese
gobierno que decidimos, debatimos, proponemos, mejoramos. Ese es nuestro deber
ciudadano y nuestro desafío. No <i>contra</i>:
con. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Aún en
disidencia. <i>Especialmente</i> en
disidencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El odio es
un camino fácil, siempre, y quienes agitan sus banderas son sabedores de esa
zona de confort de la que aún no nos desprendemos. Confían en que nos
quedaremos inmóviles y odiando, porque conocen que para lo opuesto hay que dar
un paso más y poner cuerpo, tiempo y esfuerzo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Este es un
gran año para el periodismo… <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Debiera
serlo para todos los argentinos, si acaso lo pensáramos como una sola Nación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><br /></span></div>
Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-88233170996613774582012-08-28T23:11:00.001-03:002012-08-28T23:11:04.405-03:00Cuentos para no dormirse<blockquote class="tr_bq">
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-size: x-small;">“Es importante seguir leyendo sin juzgar. Si se comienza a
dividir entre buenos y malos, otra vez, el cerebro genera un arco de violencia
que es lo más peligroso. Los ‘anti’ y los ‘ismos’, cuando recurren a la
violencia muestran la primera punta de la enfermedad mental. El individuo
violento no puede ser considerado sano, nunca.”</span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<i><span style="font-size: x-small;">José Covalschi</span></i></div>
</blockquote>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En estos
últimos quince días, dos historias sobre libros y lectores asomaron en mi
Twitter. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La primera
vino de Marcelo, quien contó sobre cómo había llegado a la Patagonia la primera
edición de <i>“Alicia en el País de las
Maravillas”</i> y de su portadora, que encontró en esas páginas un puente con
su nuevo mundo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hace apenas
unas noches atrás, Paula comunicaba la continuidad de una tradición de sus
padres a ella y de ella a sus hijos. <i>“El
Principito”</i> encontrado en su vieja biblioteca le recordaba con una
dedicatoria de sus padres que había sido su primer libro. Ella decidió entonces
fundar para cada uno de sus hijos una biblioteca con un primer libro dedicado y
que luego ellos siguieran su rumbo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Me gustaron
mucho estas historias de lectores, como amo profundamente leer y a mis cientos
de libros. En cada uno de ellos he encontrado pensamiento, acción, inspiración,
duda, coraje, decisión, consuelo, magia y encantamientos con la vida que nos
pasa. En muchos encontré espejos que me devolvieron una parte de mi a cambiar,
mejorar, resaltar y reinventar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Las formas
que han tomado los libros han mutado hasta las historias en 140, linkeadas, en
.pdf y páginas-pantallas. Han vuelto, de forma increíble, a esos ámbitos donde
ni siquiera son papel sino palabra compartida en rueda, como era en un
principio. Sin embargo, entre lo palpable y lo virtual, la brecha que genera el
debate sobre qué <i>“está bien”</i> leer y hacer con ello sigue inmutable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">A los nueve
años leía Amado Nervo. Se lo observaron a mi mamá con un <i>“¡mirá lo que lee tu
hija!”</i>. Por suerte, ignoró el reproche y ese autor me acompañó por años. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Por estos
días se agita un debate sobre los contenidos adecuados para el ámbito escolar.
Adoctrinamiento, fascismo, dictaduras, política sí o política no. Son marañas
demasiado complejas para ovillar en estos tiempos de <i>“ismos”</i> y <i>“antis”</i>. Pero
una amenaza más simple que subyace a las etiquetas es un argumento demasiado
repetido para el propio bien de una democracia: la creencia de que toda
oposición –o ruidito altisonante, o pensamiento- no es propia sino arengada por uno y seguida
por monos ciegos-sordos-mudos de a cientos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">¿Qué leen
los chicos de este tiempo? Lo que quieren.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Por lo que
he visto a mi alrededor en los últimos años, son muchos los que hoy crecen en ese
escenario que ve a la Justicia como aniquilación, a la violencia y extorsión
como medios para resolver conflictos, observa a la pluralidad y aceptación de la
diferencia como debilidades, y a su contención como preservación de un orden
justo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No es una
enunciación vacía. Hace años que es una realidad, pero hoy la violencia es más
gráfica que un <i>“pow!”</i> de historieta o una descripción librada a la imaginación.
Los chicos acceden a ella con menos filtros que nosotros y en un rango que lo
cubre casi todo. Aún así, muchos se rescatan a sí mismos del credo imperante o
lo transforman hacia un mejor lugar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Con el
activismo cívico, sindical y político pasa lo mismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hace mil
años una maestra de primaria me contó por qué estaba bien que se hiciera un
paro docente, cuáles eran las carencias y los reclamos. Fue un escándalo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hace unos
años marché con mi tía maestra, y su hermana con sus hijas chiquitas, en la última
gran lucha docente en Comodoro Rivadavia. Esas nenas llevaban latas con piedras
y una preguntaba cuándo íbamos a cantar <i>“la del enano gorilón”</i>. Esa realidad
era parte de sus vidas y conocían sus por qués. Era natural.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hoy las
familias de un trabajador o trabajadora en conflicto son parte del reclamo
activo en sitios, cortes de ruta y manifestaciones. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hace una
campaña atrás, tres generaciones se sentaron alrededor de una mesa a doblar
votos para una elección. Antes habían caminado juntas los barrios de la ciudad.
La más joven mamó esa militancia desde la infancia y ahí estaba, con su
pensamiento crítico intacto y formado, eligiendo de nuevo ese lugar con
libertad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">¿Nos
preguntamos por qué la lucha ambientalista tiene a niños, adolescentes y
jóvenes entre sus filas y actividades? No debiéramos, aunque el cuestionamiento
existe. Son ellos una de las razones por las cuales muchos adultos se afirman
en sus razones y no callan. El futuro les pertenece, ¿por qué no apropiarse de
las luchas por algo que recibirán ya intervenido?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El actual
ministro de Educación de mi provincia era el impulsor desde su banca de
concejal de un fantástico programa de extensión legislativa: alumnos de
colegios secundarios trabajando sobre temas de gestión pública, presentando
agendas y proyectos, ocupando bancas por un día. Esas agendas eran más reales y
respondían más a las necesidades comunitarias que las que hemos visto a lo
largo de los años de quienes realmente fueron elegidos para la tarea. ¿Para qué
los formamos en civismo si sus voces no contarán sino una vez cada cuatro años?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">¿Cuestionamos
cuando un gobernador, un ministro, un secretario visita el colegio de esos
niños y jóvenes, y usa esas fotos en medio de una campaña de política/gestión?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En realidad
no. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Una de mis
imágenes favoritas es una visita de un gobernador de mi provincia a una escuela
de la meseta. En la imagen, el mandatario está posando al lado de la torta,
rodeado de alumnos de primaria, y le saca el gorro tejido a uno de ellos y se
lo pone. El gesto del primero es natural y disfrutado, la mirada del chico es
de alegría. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hoy ocurrió
otra cosa igual de casual: chicos de un colegio secundario se plantaron ante un
Gobernador en un acto por su postura a favor de la explotación minera en su
zona.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Siempre me
intrigó qué habrá contado aquel nene del gorro cuando volvió a su casa, y lo
mismo me preguntaba hoy sobre ese chico con la remera de <i>“No a la Megaminería”</i>.
¿Cuáles fueron sus historias? De aquel nunca lo sabré; de este supe que se
llama Matías y ya son más de 600 las veces que su foto fue compartida en
Facebook con leyendas de apoyo. Él escribió su propia historia a través de
todos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX"><i>“Lean,
compartan, difundan”</i>, reza uno de los slogans de un foro ambiental. Leer para
saber, para entender, para no dejarse llevar por nada más que el criterio
propio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Los chicos
no nacen al mundo del civismo a los 18 años, porque recién ahí pueden votar e
independizarse. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No viven en
el mundo en el que crecimos nosotros, no tienen los mismos desafíos ni tendrán
las mismas obligaciones. No piensan como pensamos nosotros. Se informan a su
modo, leen lo que les interesa, lo viralizan y comentan, se organizan y
avanzan. No esperan permisos ni avales de nadie.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Quizás
poniéndose a tono de este nuevo tambor, muchos adultos ya no siguen como ovejas
a cualquier cencerro que suena en el monte. Si alguna vez lo hicieron, hoy el
listón está puesto en otro lugar y afrontan el desafío.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Desde hace
un tiempo tengo la sensación de que quizás estos que no se amedrentan, jóvenes
y no tanto, nos estén salvando un poco a todos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La misma
sociedad del <i>“algo habrán hecho”</i> se reinventa cuando cree que oposición crítica
es el chiste burlesco y el insulto fácil. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Es la misma
que le permite creer a un gobierno que ser fuerte es afirmar la no existencia
de lo que no le es conocido. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Es la misma
que se fortalece cuando no reclama a los líderes políticos con los que se
identifica que construyan dentro de sus propias fuerzas para salir al ruedo,
porque la pluralidad es un deber democrático. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Es la misma
que se niega a sí misma ser protagonista activa. Desde el lugar que elija,
oficialismo u oposición, pero con formación y fundamentos lejos de la chicana
fácil que tanto critica como ejerce.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Aquellos 16
nuestros son los 12 de hoy. Y cada día la barrera baja a menos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Los niños
son cada vez menos niños. Creer que podemos detener eso es prohijar una burbuja
de ilusión esperando que todo regrese a un pasado imposible.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cercenar la
realidad no es una herramienta válida. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cegarnos a
la participación política y ciudadana solo nos hará “idiotas” de nuestras
propias sociedades, sin posibilidad de constituirlas, protegerlas y asistirlas
en sus progresos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Negarnos
como seres pensantes nos pone en riesgo a todos, a los que estamos y a los que
vienen.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Leer ha
matado a mucha gente a lo largo de los siglos, como antes la mataba saber lo
que se contaba y pintaba, reproducirlo y resguardarlo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Sobre esas
personas ha caído el destino del pensamiento, ellas han sido protagonistas de
sus tiempos y sus realidades. Los han transformado o no, las han hecho posibles
o evitado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El
pensamiento crítico realmente es un pensamiento que se forja en un sillón, pero
no es cómodo. Es uno que crece en el interior de cada quien y arroja luz sobre
los destinos inciertos. Es uno que crea su propio camino. Quizás no todo el
tiempo, quizás solo en esos recodos en los que hay que detenerse y repensar
todo de nuevo, pero ahí está.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Como país,
nos merecemos destinos en los que pensar distinto o nuevo no sea justificación
para exterminar ni aplicar castigos, sino estímulo para seguir pensando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Leamos,
pensemos, escuchemos, transformemos este barro que somos y busquemos nuevas
formas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La política
es construcción, es hacer, y siempre es colectiva tanto en acción como en
conocimiento e inteligencia. No es una actividad secreta y sucia, pergeñada en
ámbitos oscuros a los que se accede por caídas de valores morales. O tal vez,
para ser justa con una realidad que todavía tiene sus cabilderos, de a poco ya
lo es cada vez menos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En tanto no
entendamos que la definición vigente de política es lo que falla y la
modifiquemos, asemejándola más a nuestro latido presente, seguiremos en las
veredas de esta tierra nueva con las viejas y heredadas piedras en la mano,
esperando vernos pasar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Como dice
Liniers en una de sus últimas historietas, a través de la adorable Enriqueta:
<i>“un buen libro te hace culto, un <u>muy</u> buen libro te hace mejor persona”</i>.
Yo agregaría: <i>y un ciudadano que, si erra el paso, al menos es de buena fe.</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">¿Qué sería
de aquella inmigrante galesa y la memoria de Marcelo sin su Alicia? ¿Qué sería
de Paula sin su Principito? ¿Qué sería de mí sin esa primera poesía? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">¿Qué sería
de nosotros sin todas las historias que nos sentamos a escuchar, tan diferentes
de las nuestras, animados por esa curiosidad que nos despertaron algunas otras con
forma de libro?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Creo
firmemente que seríamos carcazas, flotando a la deriva de los muchos tiempos
que hemos transitado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Creo que
nuestros pensamientos serían errantes, inconexos, pequeños cuerpos desnutridos.<o:p></o:p></span></div>
Creo que,
de muchas formas, no seríamos.Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-4826008075091111272012-06-29T17:31:00.000-03:002012-06-29T17:31:17.996-03:00#MiUnicoHeredero<br />
<blockquote class="tr_bq">
<div class="MsoNormal">
<i>Hoy cumplimos un mes, esta columna y yo. Ha sido una
relación compleja, con hastíos e indiferencias, cargada de nuevos comienzos y
desafíos renovados. Volvemos a elegirnos. ¿A ver si esta vez logramos? </i></div>
</blockquote>
<br />
<div class="MsoNormal">
Con la militancia digital pasa lo mismo que con esos novios
que no son lo que tus viejos, familia y amigos esperaban para vos – demasiado
muchas cosas de esas “raras” y poco de lo que se ajusta al molde “como debe
ser”. </div>
<div class="MsoNormal">
Igual destino corre el resultado: a vos -que estás de cabeza
en la cancha- nada te importa menos que la tribuna y ni qué hablar al novio,
que ya venía bastante liberado de entrada.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i>Perdón!?</i>, diría
una concejal comodorense cuando empieza a indignarse.</div>
<div class="MsoNormal">
Si. Eso pasa. </div>
<div class="MsoNormal">
Y por ahora el novio solo es peronista, porque el radical
apenas comienza a tomar nota y el resto de los partidos pasea entre la química
instantánea y el desencanto.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Juguemos a hacer zoom en algunas muestras de esto tan raro.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i>Zoom in</i> a uno de
los candidatos a intendente 2011 en Chubut. </div>
<div class="MsoNormal">
Varios meses después de resultar electo, el aludido decidió
cerrar el perfil público en redes sociales que había sido creado para la
campaña (<i>faux pas </i>basado en el
argumento “para qué quiero esto si no lo entiendo”)</div>
<div class="MsoNormal">
En fin, enfoquemos. </div>
<div class="MsoNormal">
La persona encargada de la tarea, al ingresar a la casilla
de e-mail vinculada a esas redes, encontró más de 32.000 correos electrónicos. Notificaciones
de seguimiento, mensajes privados vía Facebook y Twitter, publicaciones
gustadas y compartidas, comentarios hechos en muros, citas y retweets. </div>
<div class="MsoNormal">
Todo prolijo e informado. A quién le había gustado qué cosa,
muchas veces con la explicación del por qué. De qué temas querían sus
ciudadanos que hablara, qué gestiones pedían para su ciudad, qué esperaban de
él. Todo un “estudio de mercado” cívico. </div>
<div class="MsoNormal">
Nunca supo qué valor tuvo cada uno de esos contactos
mientras lo recibía porque su equipo de campaña digital había dejado de operar
los perfiles incluso antes del día de la elección. </div>
<div class="MsoNormal">
Supongamos, en un cálculo conservador, que al menos 3.000 - 5.000
de esas personas representaba un voto, por sí mismas o por sus círculos de
influencia. </div>
<div class="MsoNormal">
Fueron poco menos que 400 los votos de diferencia finales
entre el candidato a gobernador que lideraba la boleta de ese dirigente y el
opositor.</div>
<div class="MsoNormal">
La cuestión ya no es todo lo que valen esos votos, esas
interacciones, sino todo lo que cuesta en términos políticos ignorarlas,
desmerecerlas, dejarlas fuera de juego.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i>Zoom out. Zoom in.</i> Ahora, sobre las elecciones
presidenciales 2011. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
En su informe de “escucha activa”, la consultora internacional
Autoritas provoca con una cita: <i>“Hay
miles de personas cantando nuestros temas. Es importante saber qué canciones
están cantando”</i>.</div>
<div class="MsoNormal">
Su relevamiento de temáticas e influenciadores es pionero.
Niveles de conversación, temáticas, orígenes en redes y medios online,
atributos valorados en candidatos…</div>
<div class="MsoNormal">
Solo un multimedios patagónico fue incluido entre los
influenciadores en prensa online: el Diario Río Negro. No es casual que también sea uno de los
primeros medios tradicionales de la región en haber tenido una estrategia de
posicionamiento digital.</div>
<div class="MsoNormal">
Otro de los datos de interés es que el segundo influenciador
en Twitter fue el chubutense Fabricio Casarosa, bastante vapuleado en los
últimos tiempos por un sector del justicialismo online por su militancia
digital. El PJ Digital Chubut, del cual es referente, ocupó la novena posición.
Otro <i>“no es casual”</i> en este caso, ya que el PJ Digital ha sido precursor en
activismo político online en Argentina.</div>
<div class="MsoNormal">
Antes que los suspicaces de siempre crean que la medición es
solo para una vereda, aclaro que el ranking incluye un arco muy variado de periodistas,
canales y agencias de noticias, partidos políticos, dirigentes, consultoras y
webs.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i>Zoom out. </i>Último <i>zoom in</i>: la cibermilitancia social.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Una de las críticas más fuertes hacia la militancia digital
es una supuesta exclusión de los sectores sociales sin acceso a la tecnología.</div>
<div class="MsoNormal">
Con el avance de conectividad y acceso a dispositivos
móviles y netbooks estatales, la brecha se va achicando. No desaparece, pero la
web 2.0 ofrece muchos ejemplos de que estamos más incluidos de lo que muchos
eligen creer.</div>
<div class="MsoNormal">
Existen casos colectivos, como el activismo ambiental que ha
desplegado el Foro Ambiental y Social de la Patagonia desde su perfil en
Facebook, con 2.053 personas interactuando en su muro en la actualidad.</div>
<div class="MsoNormal">
En la misma red, son varias las asociaciones vecinales que
encuentran un espacio para promocionar su acción barrial, como también los
clubes y los grupos de temáticas focalizadas en asuntos como la inseguridad,
acciones solidarias y movidas culturales.</div>
<div class="MsoNormal">
Hace unas semanas llegué a un grupo de 20 o 30 familias de
un barrio que abrió su cuenta en Twitter. Desde allí piden limpiezas para los
espacios públicos, difunden cuando organizan operativos de mejora los mismos
vecinos o el municipio, y reclaman atención y coherencia de gestión a sus
gobernantes electos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i>Cibermilitancia</i>, <i>militancia digital</i>, <i>militantes 2.0</i>, que en
la negativa se convierten en <i>trolls</i>, <i>ciberñoños</i>, <i>cibernabos</i> y siguen las
denominaciones. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Puedo escuchar las mismas voces que vengo leyendo tweet tras
tweet, o encontrando en cada entrevista.</div>
<div class="MsoNormal">
<i>Que no es lo mismo… Que la cibermilitancia es solo una
herramienta... Que no se puede prescindir de los pies en el barro... Que
militancia es la otra y no este invento de jóvenes que no conocen la doctrina
ni la historia…</i></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Si. Si.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No es lo mismo salir una noche a pegar afiches, calcularle
por dónde va a andar la cuadrilla del otro y pegarle encima todo si la campaña
viene embarrada, que organizar un hashtag colectivo sobre un tema común,
lanzarlo en red y cruzar a determinadas cuentas del opositor de turno.</div>
<div class="MsoNormal">
Tampoco es igual sentarte toda una tarde en la sede, a
matear y analizar los grandes temas nacionales y los poblados conventillos
locales, que organizar mesas por mensaje privado, hablar en código de los
rumores del momento o abrir debate, mientras tomás mate rodeado de “compañeros”
virtuales de toda tu provincia o país.</div>
<div class="MsoNormal">
Es distinto estar sumergidos en las realidades de los
barrios, que poder dar a conocer en dos segundos esas realidades con una foto
desde cualquier teléfono. El término <i>“digital”</i> por sí mismo pareciera anular
toda posibilidad de que la misma persona que twittea, postea en un blog o
alimenta su perfil en Facebook pueda conocer su barrio, su gente, y discutir en
sus ámbitos "físicos" las políticas que defiende en caracteres.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No. No.</div>
<div class="MsoNormal">
No es lo mismo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Porque claro, militancia es ir y estar. “Esto” no es eso.</div>
<div class="MsoNormal">
“Esto” no está legitimado por ningún voto, ni avalado por
ningún dirigente, ni siquiera ha dado origen a nada histórico que se recuerde.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
No. ¿No?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Los viejos comandantes son los que más resisten “esto”,
aunque de a poco algunos se van animando y hasta llegan al ruedo aquellos que
lo critican pisando la misma arena. Les guste o no, Aníbal Fernández ha sido un
precursor en el camino: hoy explica sus proyectos legislativos con videos, sus
presentaciones tienen transmisión online y su blog es una buena muestra de qué
tan abierta y moderna puede ser una gestión parlamentaria.</div>
<div class="MsoNormal">
De alguna manera, muchos códigos internos desaparecen con “esto”,
mucho alineamiento se pierde, a la par que otros nuevos se construyen. Los
errores siempre serán errores, claro, pero en este nuevo ruedo hasta pueden ser
valorados.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Es cierto que es una herramienta. </div>
<div class="MsoNormal">
Una que difunde, viraliza conocimiento y posturas, y
profundiza si quiere… y sino, no. </div>
<div class="MsoNormal">
Aprende realidades por su cuenta, las refleja muchas veces
sin intermediarios y sale con cortafuegos frente a muchas “operaciones”. </div>
<div class="MsoNormal">
Una que hace la militancia que más se le parece y no la que se
ha entendido como única todos estos años. </div>
<div class="MsoNormal">
No es más ni menos que cualquier otra militancia, es solo
que existe en un universo que <i>“cantará su canción”</i> desde el lugar que elija
hacerlo y no desde donde muchos viejos y jóvenes-viejos dirigentes quieren que
lo haga. Por lo tanto, la música debe encontrarlos en esos espacios.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Es cuanto menos divertido ver, leer y escuchar los males que
se le asignan a la cibermilitancia hoy en Argentina: ser rentada, carecer de
contenido y doctrina, no tener formación que le permita discernir, responder a
una verticalidad ciega. </div>
<div class="MsoNormal">
Con eso en mente repasemos lo que siempre se ha construido
en el ideario de un puntero político tradicional. No difiere demasiado.</div>
<div class="MsoNormal">
En la realidad, al contrastar imaginario colectivo con
observación sin prejuicios, surgen las sorpresas.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Una <i>demasiado peruca</i>
me decía una noche no hace mucho tiempo: “nosotros armamos como una
sub-frecuencia”. Se refería a esto de ir con su propio tambor generacional dentro
del peronismo, no en particular de la militancia 2.0 aunque ella pertenece a
ese grupo. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Piazzola no era tango. El himno de Charly no era himno. La
Sole nunca fue folklore. Todo lo que no cumple con la etiqueta, no es. Será cualquier
otra cosa. Los blogs no son literatura. El “periodismo ciudadano” no es
verdadero periodismo. Y “esto” no es militancia.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Los nuevos lenguajes nunca son lo que la academia quiere:
demasiado altisonantes, desgobernados, desconocidos. Demasiado propios.</div>
<div class="MsoNormal">
Están fuera de los dominios del señor feudal de turno o, por
lo menos, de su control total y absoluto. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
“Esto nos dejó el General, mirá…”, decía un compañero de la
vieja guardia aquella noche, “la revolución de los Blackberry nos dejó…”.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sí, esta es la revolución que les legó Perón, a propios y
ajenos. A la política argentina, en fin.</div>
<div class="MsoNormal">
La revolución de los Blackberry, los iPads, las tablets, las
compus prestadas, los muros virtuales, los pajaritos azules que solo hacen <i>off</i>
para dormir. </div>
<div class="MsoNormal">
Todavía se despereza y muchas veces se toma el tiempo para
pensar por dónde quiere seguir. Busca voces, formas, une todos los medios,
contrasta, cita fuentes de lo más diversas y hasta a veces extrañas, rompe el
monopolio de la información política y mediática.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
Una forma revolucionaria y digital de mantener el poder en
su único heredero, incluso si este decide deletearlo, arrobarlo, etiquetarlo y
postearlo de nuevo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<o:p> </o:p><span style="background-color: white;"> </span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Viejos… familia… amigos…: les presento a mi novio.</i></blockquote>
<br />
<br />Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-14091737045958608122012-05-21T15:32:00.000-03:002012-05-21T15:32:21.394-03:00Nuevas fronteras<br />
<blockquote class="tr_bq">
<blockquote class="tr_bq">
<i>“Ni todo lo que anda errante está perdido”</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Tolkien</i></blockquote>
</blockquote>
<br />
<br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<i>Cualquiera que me conoce sabe que soy absolutamente capaz de extraviarme y vagar sin rumbo en un pueblo de seis calles, con el mismo talento innato que me evita seguir un mapa o salir del subte en la dirección correcta.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Es así. No importa qué tan grande o chica sea una ciudad, lo más probable es que en mis primeras exploraciones me pierda sin remedio.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Si me quedo lo suficiente en terreno, identifico aquel edificio, ese lugar, el árbol antiquísimo, la plaza bonita y de ahí parte mi métrica. Si estoy solo de paso, será una experiencia que disfrute ya sin ego herido mientras espero recordar al menos el nombre de la ciudad.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Esto me ocurrió hace unos años en Barcelona. Hacía frío, el cielo estaba constantemente gris y solo tenía unas pocas horas. Muy prolija, había señalado un par de lugares en –claro- un mapa, como si realmente fuera a poder interpretarlo una vez en marcha. De fe inquebrantable, me acusarían algunos.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Era poco después de mediodía y ya llevaba dos vueltas enteras que me devolvían siempre a la misma calle angosta del Barri Gòtic.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Sentada en una pared baja y a punto de abandonar la cruzada de llegar a las puertas de la Catedral de Barcelona, empecé a escuchar muy bajito y a lo lejos una voz. Era suave, dulce, apenas audible… y así y todo tenía el encanto que me llevó a ponerme de pie y seguirla.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Con cada paso, se hacía más clara y más hipnotizante. El objetivo ya no era la Catedral perfecta, sino conocer la fuente de aquel canto.</i></blockquote>
<br />
<br />
Más cerca en el tiempo y en Argentina, hace ya varios meses me adentré -al principio como “turista” y luego generando conocimiento y experiencia- en el terreno de Gobierno Abierto.<br />
Como ocurre con todo nuevo <i>métier</i>, lleva un tiempo conocerse y desarrollarle un código propio a ese aprendizaje.<br />
Entendí su técnica y también hice migas con su esencia, profundamente democrática y real. Me permití perderme en su visión de futuros mejores, construidos entre gobernantes y gobernados. Me ganó su aire de co-creación constante. Leí todo cuanto tuve a mano, escuché horas de conferencias, repasé casos pioneros en el país y el mundo.<br />
En medio de esas exploraciones, más de una vez me senté en algún paredón a repasar rumbos, a buscar alternativas, a tomar aire y pensarlo todo diferente.<br />
<br />
Hoy, después de haber perdido un par de vueltas, escribo desde uno de esos descansos: en mi camino hacia una implementación exitosa de Gobierno Abierto estoy todavía dando vueltas en el <i>Barri Gòtic</i>, aunque la voz que sigo es más fuerte que aquella de entonces.<br />
<br />
<br />
<i>“Con una mano en el corazón, Sandra, ¿realmente creés que eso va a prosperar, que algún día lo van a aplicar?”</i>, me preguntó alguien mientras me miraba con escepticismo y piedad, harto de escucharme parlotear sobre mi proyecto para su ciudad.<br />
<br />
En ese momento, llevaba meses en la teoría y un par en la práctica y, aunque parecía que podía avanzar, la ebullición interna gubernamental siempre estaba agazapada dispuesta a llevarse todo puesto.<br />
Fue el primer paso. Un Intendente corajudo, el aval justo en el momento indicado, las ganas puestas al servicio de una gestión pública diferente. La política interna no lo entendió. Hoy sobrevive en una estructura que quién sabe con certeza en qué arenas estará batallando.<br />
<br />
Mejor suerte hubo en el segundo intento, aunque resultara igual de fallido.<br />
La patriada fue para una provincia y el del coraje un Subsecretario. El equipo de armado del pre-proyecto entendió de primera el sentido del camino, aunque luego un infaltable dueño del palito impedidor ejerció su control sobre la rueda.<br />
<br />
El inicio del viaje fue desde un mejor lugar, con muchas lecciones aprendidas y con un objetivo más ambicioso aunque no por eso irreal.<br />
Los errores alimentaron nuevas formas de plantear y hacer, mails de ida y vuelta, horas de teléfono, escribir y pensar la implementación en otras dimensiones. En el plan final, de concretarse con éxito, esa provincia sería un <i>"es posible"</i> importante.<br />
En definitiva, como reza la frase de Beckett, esta vez fracasamos mejor.<br />
<br />
A la tercera dice el saber popular que va la vencida, ¿será así realmente?<br />
¿O tal vez la experiencia dice que esa instancia debiera esperar unos años? No tengo en claro una respuesta por sí o por no.<br />
<br />
En el país más movilizado colectivamente que recuerde desde mi generación, con un sentido hacedor y democrático recorriendo el espinel de ciudadanos y no-ciudadanos, en sus ámbitos de pertenencia o por sí mismos, ¿todavía hay funcionarios que construyen ajenos y ensimismados en sus esquemas sesgados?<br />
Sí, todavía sí. Aunque hay otros que huelen el cambio en el aire.<br />
<br />
Por primera vez desde 1983, nuestra democracia crece más desde la base que desde la estructura formal, y será esto lo que imprima en un futuro cercano su sello en el ejercicio de la política, pública y partidaria.<br />
<br />
En ese camino, Gobierno Abierto es una nueva justicia social que avanza sin nombres propios, en el mundo, en América Latina y en Argentina también.<br />
Ejercida desde su profundo sentido y no desde la vidriera, es garantía de equidad e inclusión, de desarrollo y progreso, de políticas públicas con conciencia de su tiempo.<br />
<br />
Ayer leía en mi <i>Twitter</i> algunos conceptos que vertía un diputado provincial sobre lo que consideraba debía ser el rol de una Legislatura.<br />
<i>“El Poder Legislativo puede trabajar en tiempo real”. "Prefiero que estos proyectos mueran de cara a la gente en la arena del recinto y no que mueran de inanición en comisiones”.</i><br />
<br />
<i>“Legislaturas Abiertas”</i> las llaman y viven en otros lugares no muy lejanos.<br />
Poderes legislativos con sus miembros trabajando en sinergia con los ciudadanos que representan, con leyes creadas y debatidas con quienes deberán cumplirlas, con un lenguaje claro, accesible, transparente.<br />
Son legislaturas que responden a los tiempos en los que viven sus pueblos y los sientan en una banca “virtual” y nunca tan real.<br />
¿Cuántos diputados podrían afrontar el reto? ¿Cuántos podrían “abrir” su votación y su postura ante cada tema debatido?<br />
Aún más: ¿cuánta interacción y beneficio social representaría una “Justicia Abierta”?<br />
Porque en Gobierno Abierto no hay más claustros.<br />
<br />
Es claro que no se trata solo de modernizar la función pública, de capacitar al personal con estándares gerenciales, de establecer metas internas de gestión. Este desafío va mucho más allá del mero Gobierno Electrónico, de los funcionarios 2.0 y la digitalización de procesos administrativos.<br />
Se trata del último avance de la democracia, de una participación abierta en todos los frentes, de un acceso a las entrañas del gobierno para que se nos parezca todavía mucho más.<br />
<br />
<i>“El pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes”</i>, marca nuestra Constitución. Quizás sea tiempo de incorporar un <i>“junto a sus representantes”</i>.<br />
Fue la idea subyacente en la cumbre de la Alianza Internacional para Gobierno Abierto en Brasilia: <i>“un gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo y CON el pueblo”.</i><br />
Esa es una reforma que valdría la pena intentar.<br />
<br />
En estos días en los que muchos de los libros que seguíamos comienzan a tener letras que ya es anacrónico mantener y sostener.<br />
En estos tiempos difíciles y con recetas totalmente agotadas, clamando por una seguridad sustentable, un nuevo paradigma educativo, reformas profundas en la gestión de salud.<br />
Todo lo que podían aportar los funcionarios se les ha ido entre los dedos y son los foros que eligen los ciudadanos los que marcan un compás de gestión pública que muchos de los primeros no han siquiera registrado.<br />
<br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<i>Allá por Barcelona, después de un rato de andar a tientas, llegué al origen de ese canto. Era una señora muy pequeña, casi frágil, con voz de soprano e inspiración elevadora. La escuché emocionada durante un rato eterno. Cuando se detuvo, le agradecí su arte y me tendió una tarjeta. Se llamaba Pilar Rodríguez y mucho tiempo después supe que era reconocida en ese escenario.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>¿La Catedral? Ahí estaba, apenas a unos pasos, y de alguna manera llegar a ella ya no importaba. </i></blockquote>
<br />
<br />
Desde este rellano en el que decido mi tercera avanzada, recuerdo aquella pregunta descreída del primer paso e invoco la voz de Pilar.<br />
<br />
Quizás porque todos necesitamos confiar en esas voces que guían cuando los laberintos no muestran un arriba para salir.<br />
<br />
Porque el tiempo de un gobierno de élites, con sus lenguajes difíciles y accesos limitados, que no guía ni se deja guiar, está agotándose.<br />
<br />
Porque en la gestión pública así como en la vida, cuando ya no sirven los caminos conocidos, necesitamos inspiración, conocimiento y fe para avanzar en las búsquedas, y pasión puesta en trabajo para expandirnos hacia nuevas fronteras. Con todos y con todas.<br />
<div>
<br /></div>
<br />Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-5311377736421597702012-05-11T00:03:00.001-03:002012-05-11T00:05:39.389-03:00Mandatos cumplidos<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;"><span style="font-size: 15px;"></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">El mes de abril me lo robaron completo. O mejor dicho, me lo auto-robé para volver a ser aprendiz de libros y ruedas de pensamiento. Leyendo, rumiando, <i>foreando</i>, escribiendo prácticos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">En parte, porque había un desafío personal pendiente de volver a esos lugares; también porque me tentaron con dos cursos-taller en simultáneo a la flamante cursada universitaria; y en el fondo, porque se me hacía más que necesario despabilar a las neuronas, cada día más enamoradas de jugar a las estatuas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">En ese camino de regreso, pasé por mucho foro y participé como actor y observador de esos relatos. Historias que contienen en su mayoría esa extraña mezcla entre el hastío, la esperanza y la movilización.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">En un punto, me encontré pensando en cuál es el mapa válido que se sigue cuando todos los mandatos están cumplidos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">En algunos terrenos creo que todavía avanzamos apenas mirándonos los pies para no tropezar demasiado.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Cada vez que atiendo el teléfono o reviso los <i>mails</i>, hay alguien del otro lado dispuesto a compartir su relato sobre el tablero político que tiene a mano.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Que pasa esto o aquello, que aquel se queda o se va, que hizo algo o nada, que influye más o menos... la lista de interpretaciones y conjeturas es interminable.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Pero lo que más escucho, y en lo que más coincido, es en lo extraviados que parecen todos sobre lo que los espera apenas un poco más allá.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Es como si este frenesí de contar todo al instante, apenas digerido como para que pase a otro y otro y otro más sin demoras, dejara al margen el pensar en el párrafo siguiente, en el paso a continuación, en la inevitable consecuencia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Hace unos pocos días escuché a un Gobernador lamentar que se escribía muy poco. Pasó desapercibido y hasta no pareciera ajustarse a lo que diría alguien en su función, al menos hoy en nuestro país. Se entiende porque se le conoce el trazo de otras épocas, pero en la actualidad suena casi anacrónico.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Se refería a la falta de publicación de pensamiento y conocimiento, de avance, de teoría académica puesta afuera, y el inevitable enlace de todo ello con el desarrollo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Fue casi inmediato el ejercicio de repasar la lista de los dirigentes políticos que podrían abordar con éxito ese paso. En los ámbitos académicos, solo los economistas y algún que otro abogado aportan pluma y contenido.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Siguió la todavía más reducida nómina de los periodistas que firman sus columnas con sus nombres reales en medios gráficos y digitales de la misma región. Ampliando el espectro, de los que todavía hacen radio invitando a reflexionar con su propia voz no condicionada.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Hemos dejado de poner afuera lo permanente para quedarnos con lo efímero, con lo que pasa y se olvida en dos minutos. Hemos dejado de pensar el desarrollo como un desafío con historia, presente y futuro. Hemos cedido al encanto del escándalo <i>vedettongo</i>, sacrificando el verdadero debate. Hemos dejado de rumiar para tragarnos cualquier sapo sin pensarlo demasiado.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Cabe preguntarse entonces, cuando todo pasa por el instante fugaz, ¿cómo llegamos a ese salto de desarrollo para hacerlo consistente, progresivo, y no solo fortuito? ¿Cómo nos comprometemos con los otros, los de ahora y los que vendrán?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">El conocimiento compartido, el pensamiento colectivo, es una quimera con muy pocos Quijotes visibles en nuestra región.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Vuelvo a los foros de mis tres desafíos y leo las últimas intervenciones.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">En uno, personas haciendo –y aprendiendo- el ejercicio de cómo transformar el Estado con colaboración, participación y transparencia, para una nueva justicia social.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">En otro, militantes –por definición, personas que creen y trabajan en pos de eso- que debaten sobre las realidades de sus unidades básicas, de sus dirigentes, de los nuevos espacios de militancia que los liberan de algunos mandatos que no terminan de cumplirse.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">En el último, seres con nombre y apellido y de esfuerzo anónimo que cuentan cómo día a día intentan transformar su pedacito de sector público, con una visión que los lleve más allá del capricho político-partidario y los<i> “esto no se puede”</i> sin razón.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Detrás de todos ellos hay un tambor que suena marcando el paso.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Es un latido que subyace en los repasos de tweets, en las pasadas por Facebook, en las mesas de café, en las llamadas, en los correos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Es un ruidito de fondo que suena a mandatos cumplidos: <i>ya hicimos todo como se esperaba, ¿ahora qué?</i></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">En este tiempo, todo lo que se esperaba de nosotros está ahí, afuera, en progreso, evolucionando, transformándose y transformando. Y también, no está.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Está la frustración porque pocos hacen lo que otros quieren o se hace en demasía, porque no funciona, por el mal discurso, el relato que no encastra, por el paso cambiado sobre la marcha.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">¿Qué mandato nos quedará pendiente para zafar finalmente de todos y avanzar a otra etapa, con nombre más propio y pensada desde nuestro lugar?</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Cuando ya fuimos y no fuimos todo lo que nos imaginábamos, lo que esperaban de nosotros, lo que los otros nos impusieron, lo que elegimos ser y hacer.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Cuando ya nos bajaron o nos patearon de los destinos de gloria, perdimos o dejamos pasar los trenes del oportunismo, nos callamos hasta el ovillo o gritamos con las tripas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Cuando saludamos desde el carro de la victoria, no nos salió mal ni una, y dijimos lo que queríamos, como y cuándo queríamos decirlo.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Cuando el escritorio ya no nos condiciona, el aula no nos pesa y la burocracia no nos hunde.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Cuando ya dejamos de lado el censo de fallutos y traidores. Cuando ya no hay mucho más para hacer con el barro.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Cuando está acomodada la mesa de los leales, los amigos en la cancha y los afectos en su lugar. Cuando todo barro esconde oro.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Cuando ya cumplimos e incumplimos todas las profecías…</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Quizás pase que podamos cansarnos con fundamentos y sin tribunas de odio, patear tableros y –real y profundamente- cambiar.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Tal vez entonces elijamos sentarnos y poner el relato afuera, desandado y escrito con todas las letras, para que el aprendizaje sea de todos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Quizás nos sentiremos libres de ser, hacer, decir y escribir lo que pensamos, incluso si es poco y nos parece nada.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Incluso para equivocarnos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Arial;">Incluso si es para repensar todos los mapas, abjurarlos y volver a empezar.</span></div>
<br />Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-82070540552350766102012-04-01T13:03:00.000-03:002012-04-02T21:20:35.162-03:00Las otras vigilias<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Al
atardecer de este día cada año, frente al mar, cada vez menos comodorenses se
reúnen para compartir la Guardia de las Estrellas, el ritual de vigilia con el
que los veteranos locales eligen esperar el 2 de abril.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Según el
año hay más o menos actividad y concurrencia, músicos locales que acompañan con
su arte, el Ejército con su eterno chocolate bien caliente para pelearle al
frío, y el acompañamiento de los que se sienten convocados para recordar a sus
héroes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hace dos o
tres vigilias, se abrió una muestra histórica con elementos de combate,
fotografías y coberturas de prensa en el cercano Centro de Promoción Turística.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">De esa
noche recuerdo una foto de un diario local mostrando una columna de los chicos
que salían del Aeropuerto “General Mosconi” hacia las islas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Me recuerdo
mirando esas caras y pensando cuántos de ellos habían vuelto a sus casas y
cómo, descubriendo en los ojos esa mezcla de incertidumbre y miedo que
trasuntaba el papel.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No sé
cuándo comencé a asistir a las vigilias, sí recuerdo no haberme ido de una sin
llorar y la última en la que estuve antes de dejar la ciudad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Éramos muy
pocos esa noche, incluso de las Fuerzas Armadas y el Liceo Militar había bajado
la cantidad de asistentes, y recuerdo la Marcha de Malvinas apenas tarareada, porque
de las 10 personas que me rodeaban solo dos sabíamos la letra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En mi último
viaje desde Comodoro, en plena ruta escuché una entrevista que le hacían en LU4
al Comandante de la IX Brigada en su despedida de la ciudad. Él decía que en
pocos lugares había encontrado el sentimiento Malvinas tan vivo y que la ciudad
en sí era una “ciudad veterana”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Es cierto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Desde el
inicio de la guerra, Comodoro se había vuelto una ciudad movilizada y posible
objetivo de bombardeos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Las
versiones comunes hablaban de un posible desalojo de tres manzanas a la redonda
del Liceo Militar “General Roca”, considerado para convertirse en base militar.
Cuando se supo que el Aeropuerto “General Mosconi”, base de la Brigada Aérea
Mecanizada, era una locación de despliegue de los Pucará la guerra quedó mucho
más cerca.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Ese abril
toda la flota de la empresa de mi papá fue afectada a Defensa Civil, las 24
horas del día, para ser utilizada como ambulancias. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Mucho
tiempo después supe de los jefes de manzana y los simulacros, de las alertas
–falsas o ciertas- por sobrevuelos de aviones ingleses; de la famosa alerta
roja real en la que nunca llegó a sonar la sirena de alarma; de los chicos de
otros colegios que debían usar collares de identificación; de la decisión de
Supervisión de Escuelas de trasladar a todos los alumnos a un refugio común… <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">¿Qué fue
del registro de aquellos días de guerra en la ciudad veterana? Supongo que
estarán en la memoria privada de cada uno, como lo están en la mía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En 1982
tenía 8 años. Cursaba 3° grado en el Instituto María Auxiliadora de Comodoro
Rivadavia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Tras el
desembarco en las islas, todo el colegio se reunió en el salón de actos, con
copias de la Marcha de Malvinas en mano, para aprenderla y cantarla de allí en
más. Eran una música y una letra desconocidas, incluso las copias todavía
tenían la línea “la <i>perdida</i> perla
austral”, que debía ser modificada por “la <i>argentina</i>
perla austral”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Aunque ese
día no lo sabíamos, la guerra nos alcanzaría en mucho más que eso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Una mañana
el curso fue convocado a votar para elegir a las alumnas más responsables. Fui
la más votada; la segunda fue María Carolina, hija de un miembro de la Fuerza
Aérea que entraba en el conflicto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La misión
era simple: éramos la delegada y subdelegada de Defensa Civil en nuestro grado.
El aula tenía un botiquín de primeros auxilios y nuestra tarea era saber dónde
estaba y verificar que estuviera completo en todo momento. En caso de un
bombardeo, si nuestra “señorita” quedaba herida, éramos las responsables por
nuestras compañeras. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En todo
momento debíamos exhibir un brazalete con el símbolo de Defensa Civil. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No hacía
falta tener muchos años más para saber que nada de eso era un juego, como
tampoco lo que se esperaba de nosotras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No recuerdo
mucho de mi infancia, pero sí es fotográfica la memoria de esos días. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">De los
simulacros de bombardeo que nos dejaban debajo de los bancos o contra las
paredes a golpe de timbre, o los que implicaban evacuar a todo el colegio al
sótano y asumir posición de protección; también de las cartas al soldado
desconocido que muchos años después sabríamos que quizás ni siquiera fueron
enviadas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Mis padres
tomaron la decisión de sacarme del colegio y de la ciudad una o dos semanas
después de que esas prácticas comenzaran.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Nos
trasladamos a un campo a 60 kilómetros de Comodoro. Teníamos agua, un grupo
electrógeno que se activaba por horas, faroles y velas para el después, y día
por medio alguien nos llevaría comida. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Un día
éramos solo cuatro –mi mamá, mi abuela, mi hermano y yo-; una medianoche y sin
aviso nos volvimos casi 30. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Casi toda
mi familia y algunas familias amigas habían decidido acompañarnos en el éxodo.
Solo mujeres y chicos; los padres permanecían en la ciudad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En nuestro
refugio improvisado, los primos más grandes se hicieron cargo de los chicos
ocupando las horas muertas con “clases” sobre fardos de pasto, juegos, horas
interminables de campeonatos de Escoba, Loba y cubo mágico, y mucha pelea al
aburrimiento además de las inevitables entre nosotros mismos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Las tías y
abuelas administraban tiempo y comidas, cocinaban, vivían su parte de
incertidumbre pegadas a la radio, esperaban y fumaban. Su dimensión de la
realidad y preocupaciones eran otras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hasta las
que no fumaban, a veces fumaban. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En épocas
de abundancia, su marca favorita; en días en que ya no hubo, los cigarrillos
armados; en escasez total, los experimentos como la hoja de un sauce o el papel
solo bien enroscadito.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Años
después todavía encontrábamos en los elásticos de las camas, los tarros de
galletitas y rincones imposibles de los roperos, viejos atados de Jockey Club
que habían sido amarrocados para cuando fueran realmente necesarios, y luego
olvidados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La comida
llegaba día por medio, y con ella las novedades de lo que iba ocurriendo en la
ciudad. Fuimos afortunados, nunca nos faltó de lo uno ni de lo otro, aunque mi
mamá todavía hoy recuerda esos tres días en los que no llegó nadie ni supimos
nada de nada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El relato
de la guerra provenía cada noche de la eterna “Siete Mares” a pila que traía la
voz de LU4 Radio Patagonia Argentina. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El otro
ritual era el noticiero de las 21 que emitía Canal 9 de Río Gallegos, el cual
nos llegaba en la única tele disponible y gracias a una antena que requería
ajuste casi constante para no perder la imagen.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Recuerdo la
noche en que esa misma pantalla nos devolvió un alerta roja de determinado
paralelo hacia el sur, la consiguiente corrida de mi mamá linterna en mano
hacia la casa donde estaba el grupo electrógeno, el frenético accionar de mis
tías cubriendo las ventanas con frazadas y todos demasiado asustados para
pensar al sur de qué paralelo realmente estábamos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">También
recuerdo a mi abuela después de escuchar en la radio que comenzarían a enlistar
a los liceístas, llorando y gritando desesperada: “mi hijo, mi hijo va a ir a
la guerra”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Nada de lo
que podían decirle mis tías era suficiente para convencerla de lo contrario. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La novia de
ese hijo estaba ahí con nosotros y nos convocó a rezar. Nadie se negó. Una habitación
llena de chicos de 4 a 17 años, de rodillas, rosarios en mano y pidiendo por un
milagro, es el momento de fe más fuerte que recuerdo hasta hoy.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Fue una
noche muy larga rezando por un tío que podía ser soldado, por un posible
soldado no desconocido y por los otros que sí lo eran.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Fueron poco
más de veinte días de vivir una guerra en continente, entre versiones,
realidades, miedos y reacciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">A nosotros
nos dejó en un lugar protegido, aunque con angustia y miedo, pero cuidados. A
otros los dejó sin nada a qué aferrarse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En ese
tiempo paralelo, nuestra guerra fue esa, a miles de kilómetros de donde se
peleaba la otra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">En las <i>polaroids</i> de la memoria está mi prima
bebé durmiendo al lado de la cocina porque era el único lugar de la casa donde
no hacía tanto frío, las cartas marcadas para poder ganarle al otro equipo de
primos en el juego que tuviéramos en curso, el cubo mágico con el cuadrado
amarillo quemado por haber jugado muy sobre la luz de la vela, la pared de la
“cocina de campaña” con el conteo de tortas fritas que hizo mi abuela con
palotes de truco, la pista improvisada para autitos de carrera que mi hermano
de 4 años había construido con uno de mis primos, un fardo de pasto con una
campera puesta a modo de bandera para cantar el Himno o la Marcha cada mañana…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hoy le
pregunté a mi mamá por qué nadie tenía fotos de esos días. Me contestó: “en ese
momento en lo último que pensamos fue en llevar una cámara, no era lo importante”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Pasa el
tiempo y una, si quiere, descubre. Y allí estaban otras historias en otras
voces.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La de una
amiga que me contó de sus padres llevándoles comida y abrigo a los soldados que
iban hacia las islas y eran arrumbados en un galpón cerrado de la zona norte
comodorense, con oficiales que vivían en casas aledañas disfrutando de mucho
más que hambre y frío.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La de la
enfermera que cuidó a muchos veteranos en el Hospital Regional, relatando
imágenes de horror y desamor de una patria por la que dieron todo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La de otro
miembro del mismo hospital que escribió sobre los que quedaron en el ala de
Psiquiatría, entrampados en su propio infierno.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">La de un
veterano contándome en un micrófono sobre desmalvinización, sobre historias de
olvido y esa guerra que siguió cobrándose vidas mucho después de perdida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">De esas
historias tampoco he visto nunca fotos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Entiendo
recién hoy que las imágenes más reales de las guerras son las que se llevan en
la memoria, porque no hay tiempo en esos minutos para otra cosa que no sea
seguir viviendo y tratar de recordar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">El vecino
de ese campo en el que estábamos se llamaba Don Miller. Había sobrevivido al
horror de la Segunda Guerra Mundial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cuando
empezó la Guerra de Malvinas, habló con mi papá y le dijo que la guerra era una
locura, que dejaba todo porque estaba convencido de que no iba a sobrevivir a
otra, que las guerras vuelven loca a la gente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Hoy
Malvinas es un hashtag, una etiqueta viralizada, un mensaje de un nuevo
lenguaje que pareciera quedar inconexo de las realidades que fueron. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Para muchos
ese hashtag fue vida y muerte, apenas sobrevida, esperanza y decepción,
vergüenza y olvido, relato y memoria.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Cuando
observo manipular con ligereza ese sentimiento, convertirlo en pasto de
tribunas, o el desenfreno en algunas declaraciones e ilusiones de recuperar las
islas como sea, me aturdo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No entiendo
quién, pudiendo elegir un camino por la paz, aboga por la inmediatez
irresponsable. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">No entiendo
quién, sabiendo del dolor y la pérdida de una generación argentina, bastardea
por simplificación una memoria colectiva nunca realmente escrita ni atestiguada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Quizás
estas fotografías de la memoria puestas afuera nos despeguen de las etiquetas
vacuas y nos encuentren en las vigilias de un sentimiento más humano y real. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Mientras
tanto, seguirá teniendo razón Don Miller: la guerra cambia a la gente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-MX">Incluso si
es una eterna ilusión.<o:p></o:p></span></div>Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-54944982782782243122012-03-25T18:17:00.000-03:002012-03-25T18:17:23.594-03:00Todo lo que sostiene Pereira<br />
<i>Este blog arriesgaba sus primeras letras en junio de 2007. </i><br />
<i><br /></i><br />
<i>Diez años antes, en mis últimos meses de porteñismo elegido, "Sostiene Pereira" me salía al paso. Del libro a la película, mi mirada de esos años fue luego a la eterna pantalla blanca de esos días, sin filtros y sin mesura. </i><br />
<i><br /></i><br />
<i>Recién la misma pantalla me devolvió a ese pasado con una noticia: murió Antonio Tabucchi. En el relato colectivo que los medios argentinos ya reflejan, encuentro esta frase de Pilar del Río: "Hemos perdido un gran escritor, un resistente. La libertad era valor indiscutible y la luchó".</i><br />
<i><br /></i><br />
<i>La leo y recuerdo lo escrito, lo busco, lo encuentro y decido publicarlo. </i><br />
<i>No porque sea un digno homenaje a su pluma. </i><br />
<i>Sí quizás porque siempre creo que esas voces únicas que nos llevan a incorporar otros idiomas y otros diálogos, que nos elevan en debates internos y nos desafían a pensar, no debieran acallarse sin al menos un pequeño eco con humilde sabor a "gracias".</i><br />
<i><br /></i><br />
<i>Esquivo la tentación de editar, cambiar palabras y maquillar formas... y va como salió entonces, imperfecta pero desde el alma.</i><br />
<br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<i><b>Domingo 25 de Mayo de 1997 - Buenos Aires, Argentina </b></i></blockquote>
<br />
Sostiene Pereira que todos fuimos alguna vez Pereira. Y que algunos todavía lo somos y, aunque no lo sepamos realmente, él se sostiene ahí en el fondo.<br />
Sostiene Pereira.<br />
Se sostiene a sí mismo entre dos bandos, en los que nadie habla de él o lo recuerda. Pereira es sólo uno más. ¿ Qué decir de quien sólo es “uno más” ? Pereira es uno que está entre los que fueron y los que nunca serán Pereira: es la víctima no especialmente elegida, el triste cordero del azar. Pereira se ha parado entre aquí y allá, siendo parte de ninguno. Un aquí intolerante, que cree que hasta a la democracia hay que cuidarla a garrotazos, y un allá quizás igualmente intolerante que cree que la democracia es el derecho a la igualdad, olvidando que el derecho a la diferencia es lo que crea la verdadera libertad.<br />
Aquí y allá no aceptan a un Pereira.<br />
A un Pereira de inicio de película: cálido, honrado, decente, feliz con su trabajo, cómodo entre sus ambiciones humildes, sus pasiones controladas, su amor por la literatura francesa, su suplemento cultural de diario independiente, sus rutinas, sus mañanas, su mesa de bar, su mozo Manuel que lo mantiene al tanto de las últimas noticias, su limonada “mitad azúcar y mitad limón”, su manera de ser y su vivir a su manera.<br />
Un Pereira de inicio de película, que no lo ha visto todo, no por ceguera elegida sino porque no le ha tocado mirar.<br />
Un Pereira de sombrero y bastón, de espalda encorvada de tanto escribir y andar, de años bien vividos, de amor bien llevado y ausencia dolorosamente recordada, de un solo amor a quien le habla y le cuenta sus penas, cómo siguió yendo el mundo después de que se fuera.<br />
Ese Pereira. Ese Pereira que sostiene. Sin que nadie se entere, sin estridencias, pero sostiene.<br />
Un Pereira que, sin ser santo, encierra todo lo bueno, lo esencialmente bueno, todo lo decente, todo lo digno.<br />
Ese Pereira. Un Pereira que se defiende de las ironías del mundo con ingenuidad, con inocencia, casi sin querer, absteniéndose de montarle un juicio a la verdad.<br />
<br />
Y después, otro Pereira. El del final de película. El que fue. El que, aún sosteniendo algo, lo convierte en útil para la causa presente. En su momento, un tomar partido para la próxima batalla, con el golpeteo de la guerra civil cada vez más cercana del otro lado de la frontera y las trincheras del otro lado de la puerta del dormitorio.<br />
Un Pereira que es como todos, como todos los que creemos en algo y sólo por ello lo defendemos hasta el final.<br />
Un Pereira ya no inocente, el último.<br />
Un Pereira que ha perdido una parte de sí con dolor, con nostalgia contenida, con renunciamiento para con su primera calma. Una calma que no significaba para nada estar en el otro bando, en el de los oscuros, en el bando de los que no hay que mirar a los ojos por temor a la represalia, en el bando de los que nunca serán Pereira y quizás nunca lo hayan sido, de los que han elegido olvidar.<br />
<br />
El Pereira que sostiene estaba en el medio del camino, entre aquí y allá. Y estar en ese medio no le fue permitido. Y vuelve a surgir siempre la misma pregunta: ¿ Por qué es tan necesario optar ? ¿ Acaso los Pereira que sostienen no tienen derecho a, sólo por ello, elegir su lugar ? ¿ Acaso esos Pereira viven y mueren por una causa menos noble, por la cual no es necesario bogar, que carece de luchas, una causa que no merece una primera plana ? Simplemente viven sus vidas. ¿ Qué más hay que hacer con la vida más que vivirla ? ¿ Por qué no soportamos esa neutralidad no elegida, esa neutralidad espontánea ? ¿ Por qué es tan irritante y sospechosa para un lado y para el otro ? ¿ Por qué siempre la reivindicación tiene que ser el encontrar un lado combativo a nuestra existencia ? ¿ Por qué la causa por la que seguir vivo y luchar, por qué el ideal no puede ser publicar en un suplemento de cultura traducciones de literatura francesa ? ¿ Por qué vivir dando respuestas a todo es más válido que vivir sin tener cuestionamientos para plantear o respuestas para ofrecer ?<br />
<br />
El Pereira del inicio sabía por qué vivía, aunque no se diera cuenta.<br />
El Pereira del final sabía por qué iba a morir, y eso me parece que ya es suficientemente malo.<br />
<br />
Alguna vez alguien dijo que el mal crece donde los buenos no hacen nada. Creo, más bien, que el mal crece donde los buenos han dejado de hacer lo que debían y los malos han aprovechado esa oportunidad. ¿ Por qué los buenos tienen que tornarse, aunque sea un poco malos, para recobrar ese sitio que se han dejado ganar ?<br />
<br />
Sostiene Pereira su derecho a ser diferente.<br />
Sostiene su derecho a ocuparse de sus cosas.<br />
Sostiene su derecho a no tener que dar respuestas.<br />
Sostiene su derecho a enterarse de lo que pasa y a decidir por su cuenta cómo actuar.<br />
Sostiene su derecho a ser responsable de sus acciones.<br />
Sostiene su derecho a trabajar en paz.<br />
Sostiene su derecho a vivir simplemente.<br />
Sostiene su derecho a ser amigo de sus amigos.<br />
Sostiene su derecho a ser libre para pensar.<br />
<br />
Pereira sostiene lo que los demás hemos dejado de intentar.<br />
Sostiene día a día, con su rutina, con su simpleza, con sus rituales.<br />
Y sostiene que es un atropello y una vergüenza que no lo dejen sostener en paz.<br />
<br />
Quizás sostener a este Pereira que sostiene sea la única lucha válida contra todo mal.<br />
<br />
<br />
<br />Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-86452215755420574502012-01-09T15:21:00.002-03:002012-01-09T15:21:47.391-03:00Mil Cristinas<em>Los chicos malos. 30 de diciembre de 2010. </em><br />
<br />
Un año y días fuera de todo micrófono. <br />
<br />
En el medio, la historia política de la provincia sangró, tembló, se destruyó, se recreó y volvió a sangrar de nuevo. Todavía es incierto en qué vereda dejarán las últimas réplicas a leales, neo-leales, y traidores. <br />
<br />
Cada tanto, ante una declaración demasiado arriesgada o un toreo incierto, me pregunto si es que todavía importa. Quizás todo derive en lo anecdótico y esta página sea la de un libro dejado realmente atrás, hasta que algún escenario necesite rescatarlo del estante.<br />
<br />
En algún punto de ese trayecto, quizás me cansé de intentar decir algo sobre todo aquello o el resto que siempre es resto.<br />
<br />
Primero dejé de escribir, después dejé de radiar, después dejé mi ciudad y mi provincia, y ahora que miro ese camino desde una nueva salida me pregunto si los altares ante los que cayó el silencio eran tales, ahora que los dioses ya no lo son tanto.<br />
<br />
Para estas fechas de 2010, un amigo -de esos que son más voces en el momento indicado que presencias constantes- me escribía relatando su camino, alejado por elección del foro público, y compartía conmigo su decisión de no callar más. Quería dejar de ser un idiota. No de estos, tan posmodernos, que conocemos todos; sino de aquellos de la antigüedad clásica que eran mirados con desdén por desentenderse de la cosa pública.<br />
<br />
Estos días he pensado mucho sobre los meses fuera de micrófono y la forma de idiotismo elegida. Me pregunto cómo re-descubrirle el sentido a quedarse contando miradas del paisaje cuando terminan en la mesa de saldos y valiendo nada; cómo re-encantarme con el solo gusto del relato por sí mismo.<br />
<br />
Más allá de las incertidumbres, decido encarar esta vuelta segura de que las listas negras y los etiquetados exiliantes son buenos maestros. He de reconocerlo: se sabe adentro cuándo es tiempo de volver. <br />
<br />
Entonces… apago la luz de aire, me quedo fuera de micrófono y pienso en las historias que fui guardando por si este rato llegaba.<br />
<br />
Entre todas, elijo empezar por una que me ronda como duda y militancia desde hace ya un tiempo.<br />
<br />
<br />
Mientras termino esta columna, Cristina ganó dos veces, reasumió y le puso cara a lo que llegue, mientras Beatriz es tercera en la línea de sucesión presidencial.<br />
<br />
Un poco más al sur, Rossana llegó a la Intendencia impensada, Mariví sigue defendiendo una gestión en la que cree y Gabriela se quedó con un Ministerio crucial. Ica preside un bloque, Gilda otro, cada una con su identidad política. Ana comanda una secretaría clave, Zulma alerta ante el avance minero, María Eva milita y milita.<br />
<br />
Son mujeres diferentes, con caminos distintos, con dominios disímiles cada una de ellas.<br />
Acertadas o no, queridas o temidas, sostenidas o desdeñadas, respetadas o ninguneadas. <br />
Son mujeres que creen en la política como ruedo, en el no idiotismo, en las transformaciones. <br />
<br />
Se enfrentan a códigos, mesas chicas, lenguajes, y hasta a relatores de la supuesta realidad demasiado acostumbrados a analizar el mundo desde su género y su óptica. <br />
Defienden la bandera política y de militancia en la que creen. <br />
Sostienen sus discursos con trabajo y con argumentos.<br />
Son tan buenas como cualquiera, son tan malas como cualquiera.<br />
<br />
Toda vez que alguien atina a remarcar que no son suficientes, el dedo señala solo un dato de la realidad: la Presidente de la Nación es una mujer. <br />
Suele ser el punto y aparte de muchas discusiones que obvian de plano otro dato: una vale mucho, miles es mejor. <br />
<br />
Cierto es que la sola existencia de una Presidente de la Nación cambia mucha dialéctica y mueve, más que las fichas, el propio tablero del poder. <br />
<br />
Los lenguajes, los modos, los parámetros han ido mostrando de a poco un ajuste largamente debido. Así lo han entendido con el paso de los años muchos actores, relatores y lectores de la siempre compleja política nacional. Aún sí -todavía más que muchas veces- la carga cultural sigue siendo un lastre y los discursos se ensucian, los golpes son más que bajos y el palito de impedir queda trabado invariablemente en la rueda.<br />
<br />
“El género pesa”, dice una voz cercana estos días de nombramientos de <em>Vanesas</em> y <em>Paulas</em>. Y asiento, sonrío, y pienso que sí y que es bueno que pese. Aunque también reconozco que para aquellas que están mucho más abajo en la red, más alejadas de los polos de transformación del poder político central y con mucho más señor feudal antes que referente pisándole la cabeza, la historia cambia demasiado lento.<br />
<br />
Siempre he sostenido que voy a creer en la igualdad plena cuando una mujer no tenga que demostrar ser <em>“la mujer maravilla”</em> y portar más chapa de excelencia que cualquier hombre para asumir el compromiso de una función pública. <br />
<br />
Capacidad, compromiso y trabajo debieran ser una tríada igualadora, aunque pocas veces lo es.<br />
<br />
<br />
Mientras ese día llega, o quizás para que llegue, es necesario que florezcan mil Cristinas.<br />
<br />
Que tomen cada silla de cada acto de cada unidad básica, comité, sede o agrupación. <br />
<br />
Que sean oradoras, arengadoras e inspiradoras, que tengan una voz presente en cada foro que les y se habiliten.<br />
<br />
Que se eduquen, se capaciten, se formen en lo que sientan necesario para ocupar sus lugares en las mesas de decisión. Tanto que se sienta desde las estructuras que las contienen que esos espacios deben ser creados como necesidad y no como opción espasmódica ante cada 8 de marzo.<br />
<br />
Que reclamen su derecho a las bancas por mucho más que un cupo; su derecho a las presidencias de bloques, de comisiones, de cuerpos legislativos enteros.<br />
<br />
Que sientan suyo cada espacio de terceras, segundas y primeras líneas de la administración pública, y que lo luchen hasta ocuparlo. <br />
<br />
Que cabildeen por proyectos, que los discutan, reformen, voten y firmen, que los implementen y conviertan en realidades.<br />
<br />
Que se multipliquen las <em>Alicias</em>, <em>Nildas</em> y <em>Déboras</em> hasta que los gabinetes municipales y provinciales no sean igualitarios si no están ellas junto a los hombres, a la par.<br />
<br />
Que sean contempladas por los medios de comunicación en sus mesas editoriales, en sus micrófonos, cámaras y plumas, con la misma relevancia con la que se visibiliza a referentes masculinos. <br />
<br />
Que sean reconocidas en sus trabajos con igualdad plena, tanto en acceso a posiciones como en salarios y en capacidad para enfrentar cualquier tarea.<br />
<br />
Que sean las que eduquen como madres a hombres y mujeres para esa igualdad.<br />
<br />
Que cambien la matriz de una sociedad que aprenda y aprehenda esos nuevos roles como lógicos, naturales, justos.<br />
<br />
<br />
Los “mientras tanto” no son permanentes y, en este en particular, ya se ha recorrido mucho camino y son un tiempo acabado.<br />
<br />
<br />
Eva Perón dejó el voto femenino en nuestras manos. <br />
Más allá de la coyuntura, fue un legado que ha atravesado ideologías a la vez que décadas.<br />
<br />
Nunca volvió a existir una mujer tan políticamente poderosa… hasta ahora. <br />
<br />
El empoderamiento de las mujeres viene asomando como el legado político transversal de “esta mujer”, como algunos todavía la llaman. <br />
Como género, estamos ante una oportunidad histórica. <br />
<br />
No puedo sino desear que más allá de las acciones, los nombramientos y los gestos, aparezca también este avance en la forma de una ley que garantice acceso y verdadera igualdad, más que un cupo. Que esas llegadas tengan un flujo permanente que permita afianzar el cambio en todos los niveles y sacarlo del terreno de lo discutible.<br />
<br />
Y entonces, ya sin techos de cristal siempre disfrazados, que florezcan mil Cristinas.<br />
<br />Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-3916052508746827260.post-718441714006142152010-12-30T22:29:00.002-03:002010-12-30T23:32:25.281-03:00Los chicos malosEste no ha sido un año muy prolífico para mis letras en este espacio.<br />Quizás hubo demasiado “en el micrófono” para el silencio que requiere escribir pensando desde el otro lado.<br />O tal vez todo sucedió con paso tan fugaz que las columnas iban cayendo a cada golpe de timón que zamarreaba personajes e historias.<br />No significa que esta en particular sí valga la pena ser escrita o leída, pero es la primera vez en meses que realmente tengo ganas de contar algo y voy a por ello.<br /><br /><br />De un tiempo a esta parte escucho a una amiga política decir, a la hora de justificar el imparable ascenso de algunos <em>sub50</em> del tablero chubutense: <em>“es que son kamikazes, no tienen miedo y van por todo”.<br /></em>Invariablemente, siempre que la escucho, pienso: <em>“tiene razón…”<br /></em>Y en el fondo me queda una sensación que se parece mucho a la envidia, otro tanto a la duda y también un poco a la aventura de imaginar cómo será un mapa político provincial dominado por esos nombres en los próximos diez años.<br />La pregunta que permanece en el rebote mental es: ¿el cambio logrará ser un cambio que perdure?<br /><br />Desde que se oficializaron las principales candidaturas a la Gobernación para el 2011 y ya todos saben quién es la figura que tienen enfrente, resta dirimirse la cuestión de qué los hará diferentes a unos de otros, entrampados en un <em>posdasnevismo</em> que los iguala como tabla rasa.<br /><br />Es un interrogante todavía sin coordenadas y quizás no sepamos cuál será el rumbo que bifurque esos caminos hasta los últimos 20 días de campaña.<br /><br />La certeza que pintó el blanco y negro en el tablero es otra.<br />El justicialismo <em>“dasnevista”</em> puso una vez más la bisagra en el cambio dirigencial de la provincia. Y, aunque abierta en ese ruedo, la puerta se mueve con mucho más que gente de su palo.<br /><br /><br />Desde la UCR, las voces cantantes de la discordia se mueven dentro del mismo casillero <em>sub50</em>.<br />Son militantes de años ya no dispuestos a dejar pasar los ciclos naturales de una renovación que no se apura. Algunos de ellos han dado, y sospecho seguirán aportando, más de un dato interesante en la disgregación de base que presenta el partido, preservado en la cúspide por un pegote de unidad que no termina de sellar las fracturas.<br /><br />Posicionado por ese acuerdo, Pedro Peralta es a pesar de todo un candidato esperado y hasta bienvenido que bien podría encuadrarse en ese seleccionado.<br />Lleva en sus espaldas el peso de los popes históricos de su fuerza y las ganas de ser gobierno de los jóvenes que no fueron parte de los años dorados. Entre los dos mundos radicales, aún no logra el acompañamiento de las líneas ninguneadas por el cierre de listas que boyan entre el éxodo y la apatía, lo que se convierte en una gran pérdida para una de las promesas sostenidas por la zona sur en los últimos juegos electorales.<br /><br /><br />Desde la CC-ARI, aunque la candidatura a la Gobernación recayó en el sector histórico y la figura de Fernando Urbano, desde Comodoro Rivadavia hace años que Javier Genta supo cómo crecer y manifestarse en los momentos indicados, para ser hoy una de las mejores apuestas de la oposición comodorense y con varios lamentando su afiliación a una fuerza minoritaria.<br />Aún así, su voz -sumada a la de José María Ramón en el Valle- no logra subir el tono del coro fundador del partido que se encastra en un registro medio, el cual pareciera no querer abandonar.<br /><br /><br />Desde el justicialismo <em>“efepevé”</em>, la movida se siente menos pero es un hecho que el postulante a la Gobernación es parte de esta nueva ola.<br /><br />Carlos Eliceche resulta, bien mirado, un candidato con un carisma subyacente mucho más interesante del que muestra hacia afuera, aunque rodeado de una red política de la que deberá zafar un poco al menos para dar el salto de fe que lo lleve a la Gobernación.<br />Con el perfil de transición más propicio de entre todos sus oponentes, está en el <em>punto caramelo</em> que pueden acreditar muy pocos: larga militancia-gestión pública transversal-estilo político de cercanías.<br /><br />Con esa <em>polaroid</em>, es un <em>menos </em>inoportuno la estrategia errática en la que parece sumida su campaña, en un espacio con demasiados caciques para el bien de su propia proyección. Sin embargo, en un mundo de justicialismo no dividido podría haber sido el candidato ideal para una sucesión que, aunque pueda parecer natural, tendrá su propia bola con cadena en la marca registrada de Das Neves que tardará más años de los que a muchos les gustaría en dejar de pesar.<br /><br /><br />Volviendo al punto de partida, desde el mismo oficialismo las dos figuras sobre las que giran los afiches y las apuestas de continuidad, son el mejor botón de muestra de la tendencia que apenas asoma en otras fuerzas.<br /><br />De Martín Buzzi poco puede teorizarse en este espacio que ya no se haya escrito.<br />Mientras muchos hablan del error político y del Plan B que representa su candidatura, elijo pensar que su perfil es el que encaja en el objetivo de la próxima gestión provincial según el diseño de continuidad <em>dasnevista</em>: alguien con visión poco convencional para un plan de desarrollo productivo, hormigonado por las obras de infraestructura de su antecesor en el cargo.<br /><br />Cualquier Gobernador que llegue deberá enfrentar el mismo desafío, aunque no todos lo comprendan y la agenda de gobierno plantee muchos otros con bandera de urgente.<br /><br />Ni la deuda de infraestructura está saldada, ni la seguridad está garantizada en ninguno de sus abordajes, ni Buzzi es la octava maravilla.<br />Aún así, si lo que existió detrás de la elección de su figura es la planificación de desarrollo y producción largamente debida para el Chubut, se ve el hilo de la trama cuando algunas voces como la del Secretario de Ciencia y Tecnología, Fernando Menchi –muy ajeno al vapuleo discursivo mediático de la gestión- comienzan a identificar las garantías que en esos términos implican la nominación del comodorense.<br /><br /><br />Pero el perfil más sugestivo es el del otro, el del segundo.<br /><br />Incomprendido y hasta condenado por su propia base, Gustavo Mac Karthy ha sido la rata sabia del laberinto de acuerdos al “ceder” la promesa de un poder manifiesto por la garantía de acceso al verdadero: el que está detrás del sillón y teje las redes.<br /><br />Desde un lugar expectante, con actores en puestos claves de la administración, con una mente lo suficientemente astuta como para no permitirse desvíos de discurso que traicionan a más de uno y la genética de justicialismo chubutense para trazar la avanzada, será de lo más interesante para ver en términos de nuevos dirigentes si marzo le da el pase al poder provincial.<br />Por si algo le faltara, representa al aparato de poder político más eficiente que ha tenido la provincia en su historia y, lo digiera o no a la dirigencia sureña, es el dato de una realidad ineludible y que llevará años de construcción consciente equilibrar, sea o no comodorense el próximo Gobernador.<br /><br /><br />Estos son los <em>sub50</em>, aunque algunos pasen la edad documento en mano o estén al borde.<br /><br />No tienen miedo ni sentido de posteridad.<br />No van por el bronce, van por el cambio y lo que ese cambio genere. Lo entienden como parte fundamental de su posicionamiento.<br />Mutan y se reinventan. El <em>camaleonismo</em> los ayuda a adaptarse a cualquier entorno.<br />Respetan sólo las canas que eligen, pero no las veneran como intocables. Parte de la irreverencia de las edades, quizás, pero también de reconocerse más en su propia experiencia que en el GPS prestado y con mapas que ya casi no existen.<br /><br />Para aquellos acostumbrados a los largos caminos institucionales y orgánicos, la fugacidad con la que se mueven se asemeja a precariedad, y el progreso a paso acelerado a algo muy similar al paracaidismo.<br /><br />Cierran acuerdos impensados, para muchos inaceptables. Explican sólo lo necesario, deciden lo imposible. Si se arrepienten o no, lo mascullan sin que otros se enteren.<br />Las bases se confunden, los históricos los condenan, aunque se cuidan de hacerlo en el estricto <em>off the record</em> y la mesa de café.<br />A la hora de comunicar, construyen discursos por momentos tan blindados que cada infidencia suena a una estrategia cuidadosamente planeada. Para los más <em>americanizados</em>, el revoleo de media se profesionaliza con diseños de consultores por lo general alejados de los ruedos locales y aún así efectivos.<br /><br /><br />Uno de los últimos legados políticos de Mario Das Neves fue el más audaz.<br />Quebró de una patada el techo de cristal de la política vernácula.<br /><br />Por ánimo propio o contagiado por el círculo cercano que lo rodea, el hecho es que se lo lleva puesto hacia donde vaya y a nosotros nos queda lo que devenga de ello.<br />Y está claro que no hablo de los inefables niñatos con poder, sino de los que a pesar de todas las etiquetas adosadas por terceros coparon la parada, sin preocuparse ni demorarse demasiado en los rótulos ni en los avales de los <em>Pater Eternum</em>.<br /><br /><br />Como parte de esa generación no puedo sino esperar que la decisión pruebe ser acertada, que el experimento salga bien y se amplíe hasta abarcar a <em>las chicas malas</em>, que son tan pocas y están tan relegadas en el fenómeno que no pasan el corte.<br /><br />El lugar femenino en las listas vino a ser ocupado por el rol de sostenimiento en el tiempo más que por el de nuevos cuadros. Aunque muchos nombres se estrenarán en las urnas, lo cierto es que no son debutantes en la agenda y a nadie le preocupa con seriedad la falta de influencia del género en la política provincial.<br /><br />Resumiendo: <em>las nenas</em> sostienen, fundamentan, pero no innovan.<br />En esta también nos quedamos atrás. Con presencia, pero un paso atrás.<br /><br />¿Alguna vez alguien pateará ese techo de cristal también para nosotras y nos animaremos a ponernos al mismo ritmo en la marcha?<br /><br /><em>Ojalá</em>, me digo como deseo de este año que termina y sabiendo que el próximo ya tiene perfume de hombre.<br /><em>“Es que son kamikazes, no tienen miedo y van por todo”.<br /></em>Y bueno: habrá que juntar coraje…Sandra Gaitan Tabuyohttp://www.blogger.com/profile/00450632777346621354noreply@blogger.com