Paisaje
Desde dentro del capullo virtual les escribo a ustedes, que me leen metidos en los suyos propios y apenas asomando sus narices. Afuera el ruido sigue con lo suyo: malas ideas, mismos candidatos, fiebres del oro, precios más altos, intentos vanos, pujas personales, revanchismos, guerras anónimas, abusadores con renombre, buenas intenciones que pavimentan el camino al infierno diario. Y nosotros, en nuestras trincheras, tratando de sobrevivir. A todo y a nada. Esta vez no hay megacrisis argentina que nos esté arrasando, es sólo que la vida se ha vuelto una minicrisis diaria que hay que ir sorteando como se pueda. Les propongo asomar los ojos, aunque sea entrecerrados… Fijemos la vista en ella, que es joven y pelea, pateando la ciudad contra los prejuicios mientras omite en el currículum poner dónde vive porque la sacaría de carrera sin la menor oportunidad. Es valiente. Entra en comercios donde atienden mal a los clientes y peor a los que buscan un trabajo, y pide permiso para ofrecer su