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Mostrando las entradas de 2007

La mirada femenina del poder

Es la frase de la hora. A qué negarlo. Avanzó primero en el continente y ahora está en el umbral de nuestra puerta. Si lo pensáramos con detenimiento, no debiera existir una mirada femenina ni masculina de nada, y menos del poder. Pero es innegable que la mirada de género todavía tiene mucho por decir en el escenario de igualdades disímiles en el que nos movemos. Y el escenario de la política siempre ha sido más una arena de circo donde nos caben las lentejuelas y acrobacias que los roles dominantes. ¿Habrá caído el famoso techo de cristal que teníamos las chicas en los ruedos políticos? ¿O sólo se habrá corrido un par de metros más arriba en algunas partes para seguir siendo oprimente en otros ruedos? Quizás podríamos suponer que ha dejado, como aquellas ventanas que se abren y cierran para liberar moscas, que al menos una o un par de nosotras cruce la barrera y se confíe diciendo "ahora nos llegó la hora" para luego cerrarse sin previo aviso y dejarlas atrapadas en un terri

La Otra Campaña

Llegará un día en que nuestros hijos, llenos de vergüenza, recordarán estos días extraños en los que la honestidad más simple era calificada de coraje. Yevgeny Yevtushenko Poeta ruso contemporáneo Hoy es día de elecciones. De esas que nos tocan cada cuatro años y siempre terminan dividiendo discusiones familiares, cafés de bar, conversaciones al paso. Como los clásicos del fútbol en el antes, pero como los grandes pecados en el después, con una previa a plena voz desafiando al rival y una eterna crítica no asumida en el resumen posterior. Estamos en veda, sí, lo sé. Pero no de pensamiento ni de acción. Hoy es, según el folklore de la democracia mediática -esa que surge cada dos años- el día en que los ciudadanos ya se han llamado a la reflexión y votan en pos de eso. Me sorprende, entonces, todavía hoy recibir en mi correo electrónico la otra campaña. Esa que no habla de las propuestas de uno y otro, que muchos recién han visto en los grandes medios nacionales en esta última semana. Es

Unos pocos perros verdes

En el imperio del petromaterialismo hablar de valores, esencia y principios es un gesto de anacronismo ya no siempre perdonado. Si bien nunca he sido una nostálgica de las que enuncian que "todo tiempo pasado fue mejor", en estos días no puedo evitar sentirme un tanto perdida entre tanta maroma que nos dice que las cosas son como son y poco podemos hacer por cambiarlas. Que he sido y soy una idealista lo confieso y, según la época, con mayor o menor sentido de la realidad. Pero ¿no te pasa últimamente que llegás a un punto cada día en el que te gana la indignación, seguida de un profundo estado de indefensión, cuando ves que los límites que nos protegen como ciudadanos, como trabajadores, como miembros de una sociedad, se vulneran con total impunidad? Los cambios en las reglas de juego te dejan invariablemente fuera de la que solía ser tu cancha y el dueño de la pelota de ocasión te mira socarrón mientras vos desgranás argumentos para seguir en juego. El nivel de relajación e

Los Otros

Definidos los nombres que nos rodearán en carteles, imágenes y voces hasta Septiembre y Octubre, es otra lista la que también se define. Los una vez más no candidatos quedan oficializados y las preguntas se acallan. Ya no hay danzas de nombres, ni mesas con identidades trocadas como cartas. Podríamos decir, no sin cierto fatalismo, que la suerte está echada aunque nunca me he resignado a aquello que lo da todo por perdido y menos en este ruedo donde lo perdido casi nunca es recuperable. Tras haber pasado por las diferentes propuestas de unos y otros, o al menos los esbozos, no queda sino la vergüenza ajena de no haber encontrado para nuestra ciudad más destino posible que los garrapateados al azar, descolgados de la realidad, o prolijamente ordenados en una agenda estratégica de veinte puntos paupérrimos, o en un discurso incoherente que reúne lo que no se pudo, lo sí se pudo y el cómo se nos trata, llevados adelante por algún caballito de batalla que poco se acerca a la inquietud del

Estos son los días

Este año a los comodorenses nos ha tocado vivir en difícil. Desabastecidos, paralizados, piqueteados o piqueteros, deambulamos entre góndolas buscando el litro de leche imposible o hacemos colas interminables en la estación de servicio menos congestionada para llegar al surtidor donde con suerte todavía habrá algún tipo de combustible, el que sea. Atrás quedó el tiempo del marketing, en el que tenían que convencernos de que aquella marca era mejor que esta. Esta vez los publicistas la tienen fácil. Ya no optamos por el combustible más "verde" o eficiente, o el de la empresa que nos regala puntos por fidelidad. Vamos por el que tenemos más a mano en medio de la urgencia o la provisión obligada "por si empieza el paro". No buscamos vivir en el lugar que siempre soñamos. Nos conformamos con lo que podemos pagar, a sobreprecio y mal ubicado. No elegimos los productos que nos gustan. Elegimos los de precios acordados, las ofertas, las promos y, si vienen de un mayorista

Peccadillo

Es la palabra en Inglés para las pequeñas faltas, diminutos pecados apenas discernibles. Claro que pertenece a nuestro idioma y hunde sus raíces en el Latín. Pero mucho más acá de la etimología, hoy quiero contarles de esos peccadillos , puestos así en otro idioma, como para disimularlos aún más. Hace unos días recibía una gacetilla de prensa del Ministerio Público Fiscal informando sobre la suspensión de juicio a prueba al sindicalista petrolero Ángel Capurro por la histórica y violenta toma de la planta de Termap en Octubre de 2005. Histórica porque es indudable que fue uno de los hechos que marcó la dura huelga petrolera que sentó un antes y un después en las negociaciones de la industria en la región. Violenta porque un grupo de personas con rostros cubiertos, a excepción de Capurro, ingresó por la fuerza a la planta, golpeó con salvajismo a un guardia de seguridad y durante los días que duró la toma se dedicó a destruir, ensuciar -y algunos vecinos del barrio todavía lo recuerdan

Cosas de Chicas

Desde este siglo XXI no queda sino preguntarnos cómo habrá sido, allá lejos y hace tiempo, ser chicas.Cuando hoy estamos cercadas en nuestro propio territorio de independencia ganada en batallas que han llevado demasiados años, y mientras tratamos de descubrir la respuesta a todos los "para qué quería yo esto", apenas si podemos imaginarnos un tiempo en el que sólo teníamos los sueños. Una posible mujer Presidente electa es la última realidad que se nos ha plantado enfrente. Quizás no fue una sorpresa, pero a veces dudábamos si sería una realidad palpable. No fuimos pocas las que nos emocionamos con una Michelle Bachelet asumiendo su cargo mientras nos preguntábamos si alguna vez lo veríamos de este lado. Y una vez que ya tenemos una chica en carrera, varios insisten en hablarnos de sus extensiones, sus gustos en ropa, sus ansias de mantenerse perfecta, la coronan "Reina" o la etiquetan como "autoritaria". Pero... qué esperábamos? Qué otra cosa puede ser

No dañarás

"El mejor médico es Aerolíneas Argentinas" Qué comodorense no ha escuchado alguna vez esta famosa frase? Si alguien se detuvo a pensarla o no, es un detalle adicional. Pero quién, teniendo la posibilidad económica, no se ha subido a un avión en busca de mejores horizontes para su salud? A veces, hasta los viejos médicos caen en un rapto de sinceridad y aconsejan a sus pacientes, conocidos o amigos más cercanos que busquen la solución, una alternativa, una segunda opinión en otro lado. A veces lo hacen por verdadero sentido de responsabilidad médica, otras veces porque son humildes y reconocen sus limitaciones, pero la mayoría de las veces el consejo pasa por un reconocimiento implícito de que el ruedo local ofrece más riesgos que aciertos. Cuando se pasa de la enfermedad a la necesidad inmediata, la historia se hace urgente y deja el campo de lo anecdótico. La escasez de camas para internación, la falta de ambulancias, un sistema de emergencias que no soportaría el peso adici

Los 4400

No es la serie de televisión, no. Tampoco es el total de la lista de ofendidos, suspendidos y humillados que arrastra cierto partido -de internas históricas y sin internas actuales- con vistas al próximo ruedo electoral. No. Es la cantidad de pesos que necesita una familia tipo para vivir en Comodoro Rivadavia durante un mes. Monedas más o menos, ese es el número imposible para muchos, apenas posible para otros e irrisorio sólo para unos pocos. Y de seguro más de una voz se alzará indicando que las mediciones no son correctas, que debió ser mucho menos, que es imposible. Quizás hasta la oficial indique 4000 y hasta nos parecerá mucho menos. Pero la realidad dista de ser una cuando quien trabaja en un comercio que paga hasta 30.000 pesos de alquiler por estar en una codiciada calle céntrica apenas gana un cuarto del número mágico. CR se ha vuelto el reino de las multi-realidades y no hay quien haya sabido sacarla de su encantamiento. ¿Dónde vivís si sólo ganás 1000? ¿Qué ropa usás? ¿Qué

Fantasmas

La figura de Juan Domingo Perón es uno de los eternos fantasmas de los argentinos. Cada tanto reaparece para desgranar una frase pulida de todo contexto, para hermanar o resistir, para evocar miedos o glorias. Tiene el magnetismo de los misterios y la presencia ominosa de los cucos de cuento, según la voz que lo evoque. En cualquier momento, con la excusa más bizarra o justificable, alguien se arroga el derecho de preservar su imagen o denostarla. Y otras veces, algunas almas buscan la letra para imaginar-decir lo que quizás aquel General alguna vez pensó... o no... Quizás, pienso, esas voces sean las más leales. Este fragmento fue escrito por una politóloga peronista de pasión aunque no de oficio. Ella se llama María Esther López y aquí está su palabra, para que encuentre en ustedes un destino. Juicio Final Tengo 78 años y acabo de morir. Por fin. No sé hacia dónde dirigirme ahora. Me llaman por allí, ya voy. Y esta mujer que no para de llorar. Qué hipócrita. Si ni lo siente. Claro, l

El otro lado

Uno podría suponer que estar del otro lado de un micrófono conlleva una cierta idea de clandestinidad, un cierto secreto no del todo comentado por falta de medios, de miradas cómplices y pensamientos verdaderos acallados. Y la verdad es que todas esas suposiciones son falsas. O, en tren de evitar el extremismo, digamos que todas esas suposiciones no son más ciertas que las que podrían hacerse en torno a estar "de este lado del micrófono". Si alguna vez te preguntaste qué no dice el famoso periodista que enfrenta la cámara, qué piensa el movilero que le pone el micrófono a un político siempre dispuesto a la auto-propaganda sin criterio ni mesura, o qué diría cuando se apaga la luz de aire aquel locutor que escuchás cada mañana, es porque estás del otro lado. El otro lado se queda afuera de mucho... pero tiene mucho más para contar, con un sentido de realidad presente y urgente. Después de algunos años de tener un micrófono enfrente, ahora estoy de este lado: fuera de micrófono