Grandes bolas de fuego
Uno de los hechos insólitos de los pasados días comodorenses ha sido la caída de una bola de fuego frente a la costa de la ciudad. Les juro que hay varios testigos. Nadie atina a dar una explicación científica ni mucho menos y, a través de comentarios virtuales y no sin humor, los lectores de uno de los diarios locales se encargaron de especular que se trataría de marcianos enterados de la posibilidad de usurpar tierras hasta una nueva estrategia petrolera para tomar plantas de almacenamiento costeras. Muchos, con menos humor y hasta alivio, celebran que la trayectoria del objeto desconocido haya terminado en el mar y aseguran que lo último que la faltaría a la actual administración municipal sería lidiar con un impacto profundo en pleno centro de la ciudad. Rodeando el evento, otras bolas de fuego han ido cayendo sobre el cada vez más bombardeado campo de la política local. La elección de Ricardo Trovant como vocero de la gestión ante la problemática suscitada por las ocupaciones ileg