El otro lado

Uno podría suponer que estar del otro lado de un micrófono conlleva una cierta idea de clandestinidad, un cierto secreto no del todo comentado por falta de medios, de miradas cómplices y pensamientos verdaderos acallados.

Y la verdad es que todas esas suposiciones son falsas. O, en tren de evitar el extremismo, digamos que todas esas suposiciones no son más ciertas que las que podrían hacerse en torno a estar "de este lado del micrófono".

Si alguna vez te preguntaste qué no dice el famoso periodista que enfrenta la cámara, qué piensa el movilero que le pone el micrófono a un político siempre dispuesto a la auto-propaganda sin criterio ni mesura, o qué diría cuando se apaga la luz de aire aquel locutor que escuchás cada mañana, es porque estás del otro lado.

El otro lado se queda afuera de mucho... pero tiene mucho más para contar, con un sentido de realidad presente y urgente.

Después de algunos años de tener un micrófono enfrente, ahora estoy de este lado: fuera de micrófono y con muchas historias por contar.

Si te interesa, te espero en este espacio -como al pasar, de tanto en tanto- para saber si los que estamos en este territorio de la no voz podemos usar este caos de fin de siglo para salir de la complicidad silenciosa y la clandestinidad ciudadana.

Probamos?