Nobleza obliga
Quienes han seguido este blog fuera de micrófono, y antes mi voz desde el otro lado del micrófono, sabrán lo cercano e importante que ha sido para mi el cabildeo por el estado de la Ruta Nacional 40 entre Esquel y Gobernador Costa.
Hace unos días regresé de un largo viaje rutero en el que transité ese tramo por primera vez en años.
Después de meses y meses de voces amigas contándome destrozos y mejoras y nuevos destrozos, pude verlo todo por mí misma.
En honor a la verdad, hay tramos todavía deshechos por baches con diploma de cráteres o banquinas comidas por el paso de los vehículos pesados y algún que otro invierno.
En general, la señalización de advertencia varía entre muy buena e inexistente. Prima la muy buena, así es que tomo lo inexistente como un detalle a ser salvado, con urgencia claro está.
Hay tramos hechos a nuevo y ya mostrando algunas huellas de desgaste por el tránsito de camiones que no perdona.
Pero hay otros en los que se observa el trabajo ya hecho o en progreso, logrando una carpeta asfáltica a nuevo.
Más allá de la 40, la Ruta Nacional 26 también va en proceso de mejora, la cual es más que necesaria en zonas en las que la circulación ha quedado reducida a una sola mano intermedia.
Como saben, durante estos años he pedido a mis amigos y conocidos escribir a nuestros Diputados y Senadores en el Congreso de la Nación, al Gobernador del Chubut, y a quienes ellos consideraran necesario para lograr el mejoramiento definitivo de la 40.
Yo misma lo he hecho.
He recibido pocas respuestas. Casi ninguna.
Como ya he contado en este espacio, el único legislador que ha respondido explicando gestiones y tiempos de concreción ha sido el Senador Marcelo Guinle.
Hace poco más de cuatro años una de mis mejores amigas moría en esa ruta, desnivelada y rota, en un absurdo accidente de tránsito que podría haberse evitado con sólo invertir un poco y mantener otro tanto más.
Hace unos días me paré frente a la cruz blanca que la recuerda, a 32 km al sur de Tecka, y la ruta a mis espaldas estaba hecha a nuevo, flamante, segura.
Es un mal consuelo, pero vale. Vale mucho.
Entonces, en honor a lo solicitado y atendido, decido usar este espacio para un agradecimiento público que también haré en privado.
Gracias, Gobernador Mario Das Neves.
Gracias, Senador Marcelo Guinle.
Gracias por sus gestiones y el accionar que ha llevado a estas concreciones que servirán en la práctica para salvar vidas.
Gracias a los amigos y conocidos que me han acompañado y sostenido en la cruzada.
Ahora la seguridad depende de nosotros y nuestras acciones detrás del volante.
La suya es, o pronto será, misión cumplida. La nuestra es un aprendizaje constante.
Hace unos días regresé de un largo viaje rutero en el que transité ese tramo por primera vez en años.
Después de meses y meses de voces amigas contándome destrozos y mejoras y nuevos destrozos, pude verlo todo por mí misma.
En honor a la verdad, hay tramos todavía deshechos por baches con diploma de cráteres o banquinas comidas por el paso de los vehículos pesados y algún que otro invierno.
En general, la señalización de advertencia varía entre muy buena e inexistente. Prima la muy buena, así es que tomo lo inexistente como un detalle a ser salvado, con urgencia claro está.
Hay tramos hechos a nuevo y ya mostrando algunas huellas de desgaste por el tránsito de camiones que no perdona.
Pero hay otros en los que se observa el trabajo ya hecho o en progreso, logrando una carpeta asfáltica a nuevo.
Más allá de la 40, la Ruta Nacional 26 también va en proceso de mejora, la cual es más que necesaria en zonas en las que la circulación ha quedado reducida a una sola mano intermedia.
Como saben, durante estos años he pedido a mis amigos y conocidos escribir a nuestros Diputados y Senadores en el Congreso de la Nación, al Gobernador del Chubut, y a quienes ellos consideraran necesario para lograr el mejoramiento definitivo de la 40.
Yo misma lo he hecho.
He recibido pocas respuestas. Casi ninguna.
Como ya he contado en este espacio, el único legislador que ha respondido explicando gestiones y tiempos de concreción ha sido el Senador Marcelo Guinle.
Hace poco más de cuatro años una de mis mejores amigas moría en esa ruta, desnivelada y rota, en un absurdo accidente de tránsito que podría haberse evitado con sólo invertir un poco y mantener otro tanto más.
Hace unos días me paré frente a la cruz blanca que la recuerda, a 32 km al sur de Tecka, y la ruta a mis espaldas estaba hecha a nuevo, flamante, segura.
Es un mal consuelo, pero vale. Vale mucho.
Entonces, en honor a lo solicitado y atendido, decido usar este espacio para un agradecimiento público que también haré en privado.
Gracias, Gobernador Mario Das Neves.
Gracias, Senador Marcelo Guinle.
Gracias por sus gestiones y el accionar que ha llevado a estas concreciones que servirán en la práctica para salvar vidas.
Gracias a los amigos y conocidos que me han acompañado y sostenido en la cruzada.
Ahora la seguridad depende de nosotros y nuestras acciones detrás del volante.
La suya es, o pronto será, misión cumplida. La nuestra es un aprendizaje constante.