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Mostrando las entradas de 2013

Me gusta Ella

Me gusta Ella. Me gusta que diga lo que quiera, sin esperar certificados de corrección política ni partidaria. Me gusta que no se calle nunca, que no se detenga. Me gusta que se vista como quiera. Que se peine, se maquille, se cuide y sea todo lo mujer que somos todas. Me gusta ese bancarse lo que decide hacer y no hacer. Me gusta esa forma que tiene, que logra que le corra a todo el mundo algo por la espalda cada vez que se planta frente a lo que cree. A los que la quieren, les mueve la emoción. A los que la odian, les crispa más que los nervios. Ella planta talón en tierra y no deja indiferentes. “Tiene cosas que son muy de mina” , me dijo alguien una noche y es cierto. ¿Por qué debería ser de otra manera? Me gusta ver a los editorialistas forzados a mirarla con un cristal que no acostumbran, a los periodistas usando palabras que le dedicarían a sus mujeres más que a un hombre con su rango, a los comentaristas tratarla de cualquier cosa menos de persona. Me gusta que le

Las manos limpias

Desde 1999 he sido una militante del periodismo digital contra incrédulos, desprevenidos y “quinteros” del 1.0. Durante más de 10 años pasé por producciones, micrófonos y letras, siguiendo el paso redoblado de imaginar, armar, crear, imponer (o no), salir, cambiar, y todo de nuevo. Un día me pasó que me quebraron, me cansé, y de repente dejó de tener sentido el esfuerzo. Decidí replegarme, de a ratos habité este espacio y solo asomé la nariz en los ruedos a los que me invitaron. Cuando escribí uno de los últimos posts , intercambiamos mails con uno de esos colegas generosos y únicos que he tenido la suerte de encontrar. Él también me contaba de su desahucio, de las pocas ganas de hacer el intento de relatar tal vez algo de lo mucho que todavía pasa. Pensé entonces si no sería propio de la época antes que personal, aunque lo dejé pasar. Lo cierto es que hoy hace ya un año largo que, a excepción de estas columnas, veo subir y bajar la marea periodística desde otro lado. M

Luchar por Chubut

Las elecciones legislativas de este año tienen para Chubut un condimento aún más interesante que la traición: las postrimerías del rencor. A los que estén por apuntar que eso es territorio femenino, puedo concederles que la venganza lo es, pero el rencor es charco donde son los hombres quienes se enlodan con paciencia y deleite. En este barro los nombres son más que conocidos. Protagonizaron el circo romano del 2011, algunos en todo su esplendor desde la arena y otros silbando bajito desde las gradas. Martín y Carlos. Norberto y Néstor. Gustavo y Javier, tal vez. Sur y Norte. Norte y Sur. Debate fútil pero actual. Y Mario, claro, el omnipresente Mario. “No quiero que nos convirtamos en una provincia llena de miedo, crimen y violencia” , decía quien casi dos años después de disputar la gobernación hasta en complementarias se convertirá en el hombre fuerte del gobierno provincial. El ingreso de Carlos Eliceche a la gestión de Martín Buzzi, tras un paso más que discreto por su